Para las autoridades municipales que entrarán en funciones el 1° de enero del 2026 será una obligación, dentro de sus capacidades presupuestales y en coordinación con el Sistema DIF Municipal, crear Casas de Día para Adultos Mayores.
Este sábado entraron en vigor diversas reformas a la Ley Orgánica del municipio Libre, que obliga a los ayuntamientos a crear dichos inmuebles para brindar a los adultos mayores servicios de atención integral durante el día.
Estas casas deberán promover la convivencia, el desarrollo de actividades recreativas, culturales, deportivas y terapéuticas, así como atención geriátrica y nutricional básica, en los términos que establezcan los reglamentos municipales correspondientes y en coordinación con el DIF Municipales.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), Veracruz cuenta con una población aproximada de un millón 16 mil personas adultas mayores de 60 años, de las cuales más del 50 por ciento son mujeres.
Este grupo etario representa alrededor del 14 por ciento de la población total de la entidad, lo que coloca a Veracruz como el segundo estado con mayor número de adultos mayores en el país.
El abandono y el aislamiento social constituyen problemáticas de alta gravedad para las personas adultas mayores, en tanto impactan de manera directa y negativa en su salud física y emocional, así como en su plena integración a la vida comunitaria.
Tales situaciones obedecen a diversos factores que con frecuencia están interrelacionados; entre ellos, la insuficiencia de redes de apoyo familiar, comunitario o institucional, condición que profundiza su vulnerabilidad y limita el ejercicio efectivo de sus derechos y su desarrollo integral.
Por esa razón, las Casas de Día para Personas Adultas Mayores constituyen una alternativa eficaz para promover su independencia y permanencia en el hogar, al brindarles atención profesional, actividades recreativas y oportunidades de convivencia durante el día. Dichos espacios contribuyen a evitar la institucionalización prematura, permitiendo que las personas adultas mayores se mantengan integradas en su comunidad y conserven su autonomía y dignidad.