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Sección: Estado de Veracruz

Pese a posible conflicto de intereses, Norma Lobato es aspirante única a dirigir la BENV

- Le cuestionan que un tiempo fungió como encargada de la dirección

- Daniel Domínguez, otro aspirante, declinó integrar la terna por considerar que hay irregularidades

?ngeles Gonz?lez Ceballos Xalapa, Ver. 21/03/2017

alcalorpolitico.com

Luego de que este martes se celebrara la Junta Académica para elegir la terna y luego elegir al nuevo director de la Benemérita Escuela Normal Veracruzana “Enrique C. Rébsamen”, el maestroDaniel Domínguez, uno de los aspirantes declinó su participación porque denunció que en el proceso había un conflicto de intereses, de manera que quedó como aspirante única la maestra Norma Lobato García, quien potencialmente será nombrada como la nueva titular de dicha institución.

La inconformidad de Daniel Domínguez fue porque señaló que Lobato García se desempeñó durante el tiempo que Fidel Hernández dirigió la institución como subdirectora técnica de la Normal y a su salida, ella se quedó como encargada de la institución, pero curiosamente una semana antes de integrar la terna presentó su renuncia y su aspiración al cargo.



Hay que recordar que actualmente Fidel Hernández es el titular de las escuelas normales de todo el Estado y es quien lleva el proceso de elección del nuevo director de la benemérita institución.

Así, la mañana de este martes sólo se presentó la profesora Norma Lobato García y por lo tanto no se descarta que en los próximos días sea nombrada por el secretario de Educación, Enrique Pérez.




Denuncian posible conflicto de interés

Daniel Domínguez expresó en las redes sociales que hace 6 años intentó dirigir a la benemérita institución, pero las circunstancias no le favorecieron y a continuación se da a conocer lo manifestado este día:

Hace 6 años, intenté dirigir a nuestra benemérita institución; las circunstancias no me favorecieron. En julio del año pasado, tras mucho deliberar, tomé la decisión de participar nuevamente en este importante proceso, estaba consciente que en esta ocasión, sería sometido a un examen de oposición y me preparé para ello.



Revisé, en primer lugar, la normatividad que rige el funcionamiento de las IES, nuestra institución lo es; estudié con detenimiento la Ley General de Educación, la Ley del Servicio Profesional Docente y los lineamientos del INEE, para saber de qué manera esos documentos normativos impactaban en las tareas encomendadas a las instituciones normales, y cuál debería ser nuestro papel ante esas exigencias.

Además, revisé el Modelo Educativo en ciernes, ahora ya consolidado, con el propósito de intentar entender en qué consistían las sinergias que debían darse entre las IES. Es decir, qué tipo de relaciones deben establecerse entre las escuelas normales y las universidades.

Analicé el Plan Veracruzano de Desarrollo 2016-2018 y sus propuestas en dos temas básicos: la visión en ese documento del normalismo, particularmente el veracruzano, y el aspecto de la recreación, cultura física y deporte.



Incorporé en el plan de trabajo que presentaría ante la R. Junta Académica estos temas, y los puse en sintonía con las políticas de la administración gubernamental actual.

Así mismo, leí el último PDI existente en la BENV, que se elaboró en la administración de la maestra Marcel Edna Acosta Hernández.



Especial cuidado y suficiente tiempo utilicé para ver qué se dice de las normales, de afuera hacia dentro; encontré críticas suaves y otras no tanto. Leí a distintos referentes teóricos: Arnaut, que es obligado; a Carlos Ornelas, crítico severo de las normales; a Patricia Ducoing, a Gil Antón, a Tatiana Col, Hugo Aboites, y otros más que han abordado el tema polémico de la llamada Reforma Educativa, en donde el normalismo tiene un papel preponderante.

Pertrechado con todos esos elementos normativos y teóricos, así como con la visión y conocimiento que 40 años me han dado de la dinámica institucional, elaboré el documento de trabajo que habría de aterrizar en un Plan de Desarrollo Institucional, el cual pensé debía ser concebido por un colectivo académico; un PDI no debe ser elaborado por una sola persona: es fundamental que en su concepción intervengan todos los trabajadores que se desempeñan al interior de nuestro centro de trabajo, porque es la única forma de que todos hagan suyo el compromiso institucional, plasmado en acciones, estrategias, metas y cronogramas. Así, teoricé un poco para darle consistencia a las propuestas.

Después, me di a la tarea de recabar algunas opiniones en torno al documento elaborado para enriquecer lo que mi visión personal generó y detectar así omisiones y correcciones a lo ya escrito. Lo guardé en el cajón de mi escritorio para esperar el momento que las autoridades señalaran.



En el lapso de espera, que fue desgastante, me dediqué a observar y escuchar buena parte de lo que se decía, y aún se dice, en torno a la sucesión; cómo las fuerzas y los grupos que se mueven al interior de la escuela se agrupaban y caminaban en pos del mismo objetivo: la dirección de la escuela.

Entre más tardaba la emisión de la convocatoria, mayor especulación había en torno a la demora. A estas alturas tengo claro que para una porción de trabajadores yo no soy la opción para acometer tan importante y delicada tarea. Me inclino a pensar que para algunas áreas de la SEV tampoco soy yo el elemento que debe encabezar el proyecto institucional de nuestra Benemérita Institución.



Por obvias razones, era importante saber esta situación. Ya que, como señalé al principio, en el actual mecanismo para la elección de Director estarían directamente involucrados, el maestro Fidel como Director de Normales; así como el Profr. Ricardo Gómez Leyva, actual Subsecretario de Educación media superior y superior.



El otro hecho que significo fue el dicho del maestro Fidel, quien me refirió "los compañeros están inquietos porque no te has acercado a hablar con ellos". Yo comenté que no había hablado con nadie porque estaba esperando que el proceso se abriera. En ese momento supe, por petición del maestro Fidel y del maestro Gerardo con quién debería hablar; se referían a los representantes formales de las delegaciones sindicales que existen en la BENV.

Acepté y le dije que lo haría con los tres compañeros al mismo tiempo; él me sugirió que no, argumentando intereses diferentes.

No voy a narrar todo cuanto platiqué con los representantes sindicales, solo les diré que los tres mostraron simpatía ante mis comentarios, y de alguna manera compaginaban con algunas de mis ideas. Actitud que valoré mucho de los tres.



Les comenté que mi idea para integrar el cuerpo directivo consistía en conformar un equipo plural e incluyente; juzgaba prudente que todas las fuerzas que se mueven al interior de la BENV se vieran reflejadas en el equipo de trabajo; porque es mi convicción les dije: que los equipos no nacen, los equipos se hacen. Ahí empezaron las divergencias porque entendí en las ideas manifestadas que la intención era conservar determinadas posiciones; con nombres y apellidos.

Fue tanta la insistencia que terminé diciendo que había un espacio de la administración que no entraba en la negociación; para mí quien ocupara la Subdirección Administrativa tenía que ser una persona que destilara honradez, no solo ante mi, sino ante toda la comunidad, porque es absolutamente necesario, especialmente en estos momentos.



Se habló de otras posiciones pero no hubo ningún acuerdo sobre ese particular. Quiero decirles que si mi interés solo fuera sentarme en la silla de la dirección, nada hubiera regateado con tal de llegar; hubiera aceptado, repito, con nombres y apellidos los puestos que se me solicitaban. En mis 40 años de trayectoria, es la primera vez que las delegaciones sindicales negocian de esa manera.



No es ese mi estilo, ni es mi interés. Quien dirija esta escuela debe tener plena libertad para integrar su equipo de trabajo y ningún, repito, ningún Sindicato tiene porqué imponer a persona alguna. Los correctos equilibrios los debe decidir el director. Y sólo él (o ella).

Finalmente, al cuarto para las doce, surge la candidatura de la maestra Norma; por un lado, me da gusto; por otro, me mueve a la reflexión: me preocupa un posible conflicto de interés, pues la compañera, quien tiene todo el derecho de participar, fue Subdirectora Técnica- la segunda al mando- en una administración donde la rendición de cuentas no fue del todo satisfactoria, por lo menos para mí, y donde por salud de la escuela se impone dejar transparentado el manejo de los recursos económicos y materiales; no sea que en una de esas, institucionalicemos, por acción u omisión, esa forma ligera de rendir cuentas. Nuestra escuela no lo merece. Máxime que se va a trabajar con un Gobierno que a diario habla de la transparencia y rendición de cuentas.



No me extraña y veo hasta natural que ahora las tres delegaciones sindicales convertidas en un "colectivo académico unificado" vuelquen su apoyo a otra candidata, cuando ya habían recibido la consigna hacia mi persona. Seguramente las posiciones que querían conmigo, les serán otorgadas, especialmente aquellas relacionadas con el manejo de los recursos, particularmente la Subdireccion administrativa. En poco tiempo lo sabremos.

Por todo lo anterior, surge mi convicción de que la situación no está dada para que yo concurse para ser Director; no pido disculpas a quienes me brindaron su apoyo porque nunca ofrecí puestos, ni me los pidieron; solo hablamos y trabajamos por un compromiso institucional.



Deseo un cambio verdadero para la escuela, los tiempos así lo exigen.



Inercialmente, por nuestro peso histórico, podemos llevárnosla de bajadita otro tiempo, no sé cuánto más, pero me parece en exceso arriesgado; debemos todos, reposicionar a la escuela para ubicarla en otros planos para que, colateralmente nuestra fuente de trabajo se preserve por mucho tiempo. Ese es el desafío.

Seguiré en la docencia que ha sido la pasión de mi vida y donde, creo, todavía puedo aportar mucho.

Gracias a todos por escucharme.