El primer semestre del 2025 ha sido complicado para el comercio local en Álamo, donde decenas de negocios han cerrado sus puertas en el periodo de enero y lo que va de julio o incluso más atrás.
La situación es reflejo de factores que inciden en lo económico, entre ellos la inactividad en la cosecha de naranja Valencia, principal producto agrícola de la región, el alto costo de las rentas comerciales en la zona centro e incluso la inseguridad. Productores citrícolas y comerciantes locales coinciden en que la pausa en el corte de la fruta ha tenido efectos directos en toda la cadena económica. Sin ingresos por la cosecha muchos pequeños negocios han visto caer sus ventas drásticamente, lo que se agrava con gastos fijos como impuestos, nóminas, servicios y rentas que, en el primer cuadro de la ciudad, llegan a superar los 20 mil o incluso 30 mil pesos mensuales.
Uno de los casos más simbólicos es el del local ubicado en la esquina de Bucareli y Emilio Carranza, que permanece vacío desde marzo del año pasado, cuando la sucursal de HSBC cerró tras 25 años de operación. El cierre del banco marcó para muchos habitantes el inicio de una etapa crítica para la economía local. “Es difícil sostener un negocio aquí. Muchos ya no rentan por años, sólo lo hacen por contratos cortos, de meses, y si no funciona el negocio, lo cierran”, comentó el dueño de una ferretería que atiende sin ayudantes. “Yo ya llevo como 3 años sin poder pagar empleado”, añadió.
Otros comerciantes entrevistados exponen que cada vez más pequeños empresarios se ven obligados a migrar hacia zonas menos costosas o cerrar definitivamente. En contraste con esta tendencia, algunas marcas nacionales han optado por establecerse en la periferia o en predios propios. Es el caso de tiendas como Más Ferre y AutoZone, que abrieron sucursales en terrenos a un costado de la carretera federal, y la cadena 3B, que ya opera en varias colonias. Próximamente, se espera la apertura de un cine en el centro de la ciudad, también construido en terreno propio, lo que evita el gasto en renta.
La diferencia clave entre estos negocios y los que han cerrado, señalan los entrevistados, es que los nuevos proyectos se edifican sobre terrenos adquiridos por los propios empresarios, lo que les permite sortear la carga de rentas elevadas y operar con mayor viabilidad. Ante este panorama se suma la inseguridad, pues otros negocios han cerrado tras sucesos trágicos, como una clínica dental que dejó de operar tras el asesinato del propietario y una ferretera que fue baleada y el empresario ya no abrió.