Tierra Blanca, sitio de violaciones, atracos, extorsiones y asesinatos de migrantes

Los estados de Tabasco y Veracruz siguen siendo de los más peligrosos para los migrantes, pues es en éstos donde son objeto de violaciones, asesinatos, extorsiones y asaltos, tanto por parte de grupos criminales como de la propia policía y hasta personal de Ferrosur, denunciaron ciudadanos que apoyan a los indocumentados en su viaje al norte del país.

Indicaron que conforme a los datos que les dan a conocer, los tramos más peligrosos son los de Tenosique, en Tabasco, y al parecer cerca de ahí dos lugares que ellos llaman Paso de Ruedas y Salto del Agua, pero también Tierra Blanca la tienen identificada como otra zona donde padecen mucho los embates de la delincuencia.

De ahí, mencionaron, tienen experiencias escalofriantes, como el asesinato de un matrimonio ocurrido el pasado 5 de octubre, cuando la banda que opera ahí cayó sobre un grupo de migrantes y violó a la joven mujer, mientras que al marido lo torturaron, pues primero le cortaron las manos y luego lo decapitaron, aunque también a la mujer la asesinaron.



Quienes los acompañaban, dijeron, trataron de defenderlos, pero no pudieron, sólo fueron agarrados a “planazos”, por lo que aquí les mostraron sus espaldas con las marcas de los golpes, algunos muy lastimados todavía.

También, agregaron, hay otros que los secuestran y les quitan sus teléfonos para hablarle a sus familias y pedirles dinero para que les dejen continuar su camino o los matan.

Sin embargo, después de Tierra Blanca se enfrentan a otros problemas, pues en la zona centro son constantes los asaltos por parte de elementos de las policías, que los asaltan y les quitan todo su dinero y la mejor ropa que traen, a veces hasta sus mochilas completas.



En Río Blanco, contaron, muchas veces sin dinero, se enfrentan a otro problema al intentar subir el tren, pues los garroteros les cobran 300 pesos a cada uno con el compromiso de que pasará el tren a poca velocidad para que se puedan subir.

Pero muchas veces les pasa que no hacen eso, sino que pasa el tren a toda velocidad y no alcanzan a subirle, entonces tiene nuevamente que arreglarse con los garroteros para que les permitan subir al siguiente convoy, además de los peligros que les representa ir a bordo de los vagones, pues no falta quienes caen bajo las mismas ruedas y quedan despedazados o sufren la amputación de algún miembro.



Ante ello, los ciudadanos, aunque se conduelen, nada pueden hacer, pues como afectados, tendrían que ser ellos mismos los que presenten denuncia, pero lo único que quieren es continuar su camino y llegar al norte del país, en espera de que puedan adentrarse en Estados Unidos o bien quedarse a trabajar en algo y enviarles dinero a sus familias.