Las circunstancias y la necesidad de encontrar a sus hijos han llevado a madres buscadoras del Colectivo de Familiares de Desaparecidos Orizaba-Córdoba a aprender a distinguir el olor de un cuerpo humano en descomposición en algún terreno, así como a usar diferentes objetos de fierro en la tierra para detectar restos humanos en profundidad.
Algunas de estas mujeres indicaron que los artículos de fierro que tienen –una especie de varilla– les han ayudado a encontrar los lugares que dan positivo e iniciar la recuperación de cuerpos. Explicaron que la varilla tiene en la parte superior lo que ellas llaman “el volante”, y este objeto les ha servido mucho, pues lo toman desde arriba y, al girarlo, logran enterrarlo en la tierra, la cual en ciertas ocasiones está muy compacta. “Le damos vuelta al volante y también le damos con el mazo para que se siga moviendo más. Tenemos de distintas medidas: de 1.20, 1.30, 1.50 y la más larga es de 1.80 metros; eso nos hace entender la profundidad en la cual hemos podido encontrar”.
Comentaron que han ido educando su olfato para poder distinguir, cuando entierran el fierro, si se trata o no de un cuerpo humano. “Cuando han sido los puntos positivos, a la hora de romper la tierra comienza a salir el olor de descomposición del cuerpo humano, pero también sabemos detectar cuando se pega en la profundidad con una piedra, pues huele como a pólvora. A veces, cuando le pegamos a las raíces, es otro tipo de olor”.
Añadieron que, para efectuar esta dura tarea, las guían los aromas y las alteraciones que presenta la tierra. “Así es como hemos podido encontrar positivos y trabajar en ciertas zonas para recuperar restos de personas desaparecidas”.