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Sección: Estado de Veracruz

Van contra brownies: en espacios de UV, vendían y consumían mariguana

- En la Ex Unidad de Humanidades, en Xalapa, se ha reforzado la vigilancia para controlar quién ingresa

- Directores reportan casos de “intoxicación” y agresividad por “brotes psicóticos” por consumir mariguana

Héctor Juanz / Exclusiva Xalapa, Ver. 30/09/2019

alcalorpolitico.com


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Desde el 8 de agosto, directivos, alumnos consejeros, secretarias y consejos técnicos de las seis facultades que integran la Ex Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana determinaron la instalación de controles de seguridad en las dos entradas ubicadas en las calles Francisco Moreno y Ezequiel Alatriste, de la colonia Francisco Ferrer Guardia, en Xalapa.

Argumentan que así se evitaría el ingreso de vendedores y alumnos con droga, principalmente de mariguana, de personas que irrumpen la paz, tranquilidad y seguridad en la unidad, entre los principales motivos.

La mayoría de los directores de estas facultades aseguran que además del consumo cotidiano de mariguana, hubo casos en los que alumnas la ingirieron de manera involuntaria, pues una persona les vendió brownies con esta droga sin advertirlo, provocando que requirieran atención médica, dio a conocer la directora de la Facultad de Letras, Magali Velasco Vargas.



“Ha habido casos, por ejemplo, de venta de brownies con mariguana. A mí personalmente me tocó ver a una alumna en el comedor, que estaba muy intoxicada. Vino la ambulancia (…). Casi de un exalumno que causó baja, el chico tuvo un brote psicótico y se puso agresivo. Principalmente la preocupación radica en la entrada de gente que no son alumnos ni son maestros”, dijo en entrevista.

En los dos accesos y salidas, personales de vigilancia de la empresa de seguridad privada Centauro pide en algunos casos credenciales de identificación a quienes ingresan a esta facultad; sin embargo, el consumo de mariguana persiste afuera de esta facultad.

Las medidas de seguridad mantienen inconformes a algunos estudiantes y docentes, pues califican esta acción como una medida autoritaria que además criminaliza a los universitarios y que no resuelve la vulnerabilidad que genera la inseguridad, no sólo dentro de este campus sino en el entorno.



Entre los acuerdos que tomaron los representantes de las carreras de Humanidades el mismo 8 de agosto se añadió el cierre de las puertas de emergencia en dicha Unidad: al frente, portón de entrada y salida puerta personal lateral al portón trasero de carga y descarga, dejando un solo acceso de entrada y salida al frente de la facultad.

El 11 de septiembre, un grupo de alumnos de diferentes licenciaturas abrieron los portones de la parte de descarga o parte trasera que se ubica en la calle Honorio Rodríguez, logrando con ello que posteriormente la rectora Sara Ladrón de Guevara autorizara el acceso y salida, para lo que se acondicionó una reja más y una caseta de vigilancia.

Maestros y autoridades universitarias dieron distintas versiones del motivo del cierre de esta puerta, tema que ya se discutía desde el año pasado igual que el uso obligatorio de credencial de estudiante o docente para ingresar a la facultad.



“Nosotros como alumnos lo sentimos como autoritarismo y como represión, porque no se nos avisó en ningún momento que la puerta se iba a cerrar, simplemente se cerró y ya (…) hubo diferentes versiones, de hecho Rectoría no sabía la versión oficial.

La administradora decía que se cerró porque se iba a inaugurar la parte de arriba del Edificio C porque estaban remodelando (…) nos dijeron que Protección Civil había venido y no se podía abrir porque está una rejilla y en esa, en caso de siniestro íbamos a caer todos e íbamos a morir. Les pedimos el dictamen de Protección Civil y nunca nos lo mostraron. Vino un compañero de rectoría y nos dijo que fue por el caso de personas ajenas que se metieron”, comentó Carmen Bolaños Martínez, alumna de la Facultad de Sociología.

Los alumnos que participaron en esta protesta de abrir sin autorización el portón, principalmente de Sociología y Antropología acusan que fueron intimidados, pues personal administrativo les tomó fotografías.



“Lo único que hicieron fue tomarnos fotos. Abrimos el portón simbólicamente, la administradora con Capetillo de Rectoría nos sacaron fotos. En ningún momento hubo diálogo…ya antes les habíamos mandado documentos y oficios donde les pedíamos que se abriera o nos dieran una respuesta lógica de porqué se había cerrado. Nunca hubo respuestas”, añadió la estudiante.

Kevin Miñón, estudiante de Sociología opinó que se deben plantear planes de seguridad diferentes, donde sea prioritario el entorno y convivencia con los vecinos y no medidas autoritarias que criminalicen a los propios estudiantes.

“Pensar en diferentes planes y acciones de seguridad que vayan acorde con la ideología de Humanidades. De alguna u otra forma es recuperar el vínculo con los vecinos. Pensar en una seguridad con una ideología que no sea tan autoritaria, con menos estigmatización y criminalización contra el estudiante”.



Un estudiante de Antropología dijo que los accesos controlados de seguridad y la credencialización implementados a inicios del actual semestre son medidas “arbitrarias y desinformadas”, ya que desde el semestre pasado se había discutido en asambleas estudiantiles que ambas medidas fueran discutidas por estudiantes de todas las carreras.

“Varias consejerías sólo subieron a las redes sociales una circular donde explicaron que se iban a cerrar las puertas, el estacionamiento, la del otro lado y el acceso a la calle de Honorio Rodríguez”, por lo que insistió que se debe discutir entre estudiantes, académicos y autoridades universitarias.



Homero Fernández, librero dentro de esta Unidad de Humanidades, recomendó que en vez de estigmatizar a los jóvenes, se atiendan las adicciones y se conciba la “seguridad humana” bajo la cultura de paz.

“Que tengan una mirada más enfática, los jóvenes están expuestos a las drogas, a las adicciones, si el país está caminando hacia una cultura de paz y derechos psicoactivos, ¿qué es lo que está pasando en Xalapa y Humanidades que estos discursos aún no están permeando?, cuestionó.



Los estudiantes niegan que hubiera venta de drogas dentro de la Unidad de Humanidades, donde por años ha sido común el consumo de marihuana dentro y alrededor de donde se ubica el campus y acusan que tras la protesta a estas medidas de seguridad son señalados bajo rumores y fichados por las autoridades universitarias, por lo que continuarán pronunciándose sobre este y otros temas con los que no están conformes.