Veracruz les ofrece empleos mal pagados; prefieren trabajar en otros estados

Abrazos prolongados, besos y un llanto disimulado, fueron algunas escenas de despedida en las inmediaciones de las oficinas de la Secretaría del Trabajo, Previsión Social y Productividad en Xalapa.

Afuera, un par camiones a la espera de los 250 veracruzanos de entre 18 a 58 años y de distintos municipios, principalmente Xalapa y Boca del Río.



Todos están dispuestos a separarse de sus familias por cuatro meses para laborar en Tijuana con la empresa Samsung, por un salario promedio de mil 300 pesos semanales.

Algunos se cansaron de buscar empleo en Veracruz y por esta razón optaron buscar la oportunidad en otra entidad, ante las ofertas de maquilas en Tamaulipas y Baja California.

“Aquí en Xalapa sí hay empleos, pero el sueldo que ofrecen es más bajo y con las cosas que ofrecen allá si es un poco mejor que aquí”, comentó Ángel Caballero Casas, de 22 años.



Ángel es electricista y a veces trabaja en carpintería, pero por tercer año consecutivo buscó la oportunidad de irse a Tijuana por cuatro meses para ensamblar televisores.

Lo hace para mantener a su hijo de dos años. Sin embargo, en esta ocasión lo acompañará su pareja, ya que el dinero no les alcanza.

Por esta razón optaron por dejar al menor con su abuela y entre los dos tratar de llevar el sustento a su hogar, considerando que la retribución es mejor que en Veracruz.



Según las autoridades de la dependencia al menos el 30 por ciento de los viajeros vuelve a intentarlo al siguiente año, aunque se trata de espacios disputados por ser una empresa confiable.

“El año pasado intenté irme, me di una vuelta y ya no alcancé. Esta vez me apuré y sí se me dio la oportunidad”, comentó Edgar Iván Gutiérrez Mendoza, quien refirió que aunque sólo vive con su madre y su abuela sólo busca una oportunidad.

Incluso personas de más edad como Micaela Saldaña de Rafael Lucio, de 42 años de edad, mencionó que por redes sociales se enteró de esta oportunidad y no la desaprovechó.



“Mi meta es ir y regresar; mis hijos se quedan con mis papás; ya están grandecitos y pueden estar con ellos”, consideró.

De esta manera, unas 200 personas empacaron maletas y salieron de la capital del Estado por un empleo a una ciudad que está a casi dos días viajando por carretera, en un recorrido de más de 3 mil kilómetros.