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Sección: V?a Correo Electr?nico

Vergonzante odisea de cómo, hambrientos elementos de Tránsito, hacen el ridículo

Patrulleros y grúa mostraron que no tienen autoridad y un vendedor de fruta les gritó: “levántenme la infracción, no les voy a dar nada”

Xalapa, Ver. 27/07/2010

alcalorpolitico.com

Señor director de alcalorpolitico:

Por medio de la presente le envió un atento saludo agradeciéndole el espacio que nos brinda a los veracruzanos para estar enterados del día a día y además con un plus, que nos permite realizar diversas opiniones, ante lo cual le estoy muy agradecido.

Quisiera comentarle a usted, a su equipo de trabajo y a todas aquellas personas que nos lean, que es un insulto la actitud que asumen algunos elementos de Tránsito Municipal, de verdad resulta el colmo de colmos, la torpeza, ridiculez, opacidad, abuso de autoridad y corrupción es el “pan de cada dia” de esos “algunos elementos”, permítame platicarles:

“Todo sucedió el viernes pasado, por ahí de las 21 horas, en la calle Prolongación Acueducto, casi esquina Isauro Acosta, de la colonia Rafael Hernández Ochoa, si ahí mero, a 30 metros de donde viven los padres de la futura presidenta municipal de Xalapa; unos vendedores de frutas que comúnmente están bajo los efectos del alcohol y de “alguna cosa más” siempre dejan mal estacionadas sus camionetas, en segunda fila, tercera fila o dejándolas a mitad de la calle sobre la cuchilla que se forma en Prolongación Acueducto e Isauro Acosta.

Ya es común el tráfico que se forma por el estorbo que ellos ocasionan, y la verdad, como son personas que siempre están bajo los influjos de “algo” y como buenos fruteros siempre traen cuchillos, ahora sí, ni quien les diga nada por el estorbo que ocasionan; pero resulta que ese viernes pasado, por alguna razón que no vi, un patrullero de Tránsito Municipal a bordo de la unidad Toyota 265 matrícula YFE 7202, el conductor un señor como de 1.78mts y robusto, intervino al conductor de la unidad mal estacionada (a mitad de la calle) solicitándole su licencia y tarjeta de circulación, una vez entregados estos documentos, se llevá al conductor y al acompañante de este a “lo oscurito” creo yo irónicamente para ilustrarlo acerca del Reglamento de Tránsito y Vialidad de Xalapa.

Mas no se cuál haya sido el rumbo de la plática, que el conductor de la unidad mal estacionada de pronto le grito “infraccióname cabrón pero ya”, el agente en comento, le decía sutilmente que se calmara, que bajara el tono de su voz, pero nuevamente el conductor le gritó “a mí no me salgas con esas chingaderas, yo soy gente de trabajo que en todas partes debo liar con gente como ustedes, así que infraccióname pero ya”.

El agente de la unidad 265 se comenzó a poner nervioso e hizo uso de su radio nextel (wowww como a un agente de tránsito le alcanza para un nextel, yo soy profesor padre de familia y no tengo esos lujitos); nuevamente el conductor le gritó ya mas airadamente “ponme la chingada infracción”; el nerviosismo invadió mas al agente y desesperadamente “llamo refuerzos”, hago mención que durante la discusión de lo poco narrado se llevo en un lapso de 10 minutos, y que en diversas ocasiones pasaron patrullas de la policía intermunicipal y en ningún momento el elemento de la unidad de Tránsito Municipal solicitó el apoyo de dicha autoridad.

Pues bien, a los 3 minutos que el elemento de la unidad 265 solicitó “el apoyo”, apareció una patrulla de Tránsito Tsuru número 219 con 2 agentes con la sirena escandalosamente como si se tratara de una verdadera emergencia, ya para todo esto, al menos 30 curiosos observaban la torpeza de Tránsito Municipal, los elementos que llegaron en refuerzo del agente de la unidad 265, intentaron dialogar de nueva cuenta con el conductor, y de nueva cuenta eufórico gritaba “levántenme la pinche infracción”, los elementos de Tránsito Municipal ya no sabían qué hacer, todos los vecinos asomados por las ventanas de sus domicilios, con teléfono celular en mano, grabando y tomando fotografías de la chusca escena fuera de control de Tránsito Municipal.

Y eso no fue todo, continuaron apareciendo mas refuerzos, vorazmente y con torreta encendida llegó una nueva patrulla de Tránsito Municipal, ahora fue la unidad Tsuru 212 quien también se unió al “diálogo” para apoyar a sus compañeros, es penoso el asunto, todo esto se ha desarrollado en alrededor de 25 minutos, todo se hubiera resuelto con tan solo levantar la boleta de infracción tal y como lo pedía el conductor de la unidad mal estacionada.

En fin, los elementos de Tránsito actuaban confusos, llamaban todos por su respectivo nextel (ahora veo que todos los agentes de tránsito traen nextel) no se a quien le pedían indicaciones de cómo proceder; 10 minutos después llegó la grúa de Tránsito y Vialidad Municipal con numero 328 y de ella bajó un elemento que por lo que supongo era el superior inmediato, ya los 5 elementos que ya estaban en escena con anterioridad se acercaron a él para recibir indicaciones.

El tráfico que en esos momentos había en la calle Prolongación de Acueducto un intenso tráfico con 3 patrullas de Tránsito estorbando la circulación, una camioneta mal estacionada y una grúa haciendo maniobras a mitad de la calle, los curiosos ya sumaban casi media centena y los agentes de tránsito iban y venían de un lado a otro, confusos y no sabiendo cómo proceder, el conductor pedía a gritos “levántenme la infracción, no les voy a dar nada”, hasta que ya después de casi 35 minutos de transcurrida esta penosa escena, el agente de tránsito que descendió de la grúa 328 le grito al conductor “señor, por favor mueva su camioneta”, a lo que el conductor le dijo “así sí”; inmediatamente procedieron a retirarse los elementos de tránsito y el trafico volvió a la normalidad; y saben qué?: El señor no movió su camioneta y la sigue ahí dejando todas las noches mal estacionada.

Penosamente como ciudadanos podemos observar a una autoridad de Tránsito Municipal que hambrienta, intenta sacar a como dé lugar dinero a la sociedad, pero lamentablemente cuando tiene todos los elementos para aplicar el Reglamento entra en una opacidad y torpeza, que al final la cosa queda igual y la autoridad termina como adorno.

Gracias señor director

Secundino Lara Bustamante