El calor apuntaba a más de 36 grados centígrados en el puerto jarocho; la sensación térmica lo hacía insoportable. Carlos Navarrete, parado en medio de la playa con su camisa blanca, chorreaba tanto sudor que no aguantó la sed y gritó a uno de sus ayudantes: “vete por unas cervezas, unos six”.
El líder nacional del Sol Azteca estaba colorado, como dicen por aquí: semejante a un camarón. Pasaba por su frente un desgastado paliacate, sin mucho éxito, pues apenas le quitaba las gotas de sudor le afloraban.
Volteó para todos lados, buscando una sombrita, pero nada. Miró al candidato a diputado en el distrito IV, Julio Saldaña Morán y le preguntó: “¿Quién es tu mejor operador? Que se vaya por unas chelas, de esas de seis, para todos”.
La espera fue eterna. A cada rato preguntaba que si ya habían regresado del Oxxo con las frías. Aprovechó esos 10 minutos para comprar volovanes. El vendedor ofreció, él le pidió la cuenta por toda la canasta.
Al joven, de cachucha azul, curtido por el sol veracruzano, no le alcanzaban los dedos para contar todos sus “bolos” y mucho menos para sacar el costo exacto. Tuvo que rescatarlo Rogelio Franco Castán, líder estatal del PRD.
“A ver ¿A cómo son? Y ¿Cuántos son?”, dijo el diputado local, asomándose de puntitas entre la multitud de perredistas que se saboreaban los volovanes y estaban listos para arrebatarlos, en cuanto los pagara Carlos Navarrete.
Tras varios regateos, los volovanes eran devorados. Por fin, las cervezas llegaron y en medio de ese infierno de casi 40 grados, todos se peleaban por una lata, fue tanta la demanda que casi dejan al líder nacional sin su bebida.
No era para menos, Navarrete, Saldaña, Franco y compañía, venían de dar unas vueltas por la costera jarocha, en varias lanchitas, rentadas a pescadores del lugar, como parte de un acto proselitista la tarde de este viernes.
Se acabaron los volovanes y la cerveza y todos corrieron a refugiarse del sol, dando por terminado el evento de campaña.