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Sección: Vía Correo Electrónico

Votemos disipando odios y resentimientos

Jorge Salazar García 18/06/2018

alcalorpolitico.com

Para implementar sus reformas sin tener el respaldo popular, los tecnócratas tuvieron que echar mano de tácticas propias de la traición. Ellos sabían desde 1988, (fraude electoral) que la mayoría de mexicanos se opondría a la privatización de los bienes de la Nación (petróleo, minas, agua, etc.). Por esa causa maquinaron acciones buscando “legitimar” los cambios impuestos desde el extranjero. Cinco presidentes abusaron del uso de la fuerza y del dinero (cárcel, tortura, asesinatos, fraudes) con el propósito de aplastar a la oposición. Actualmente, después de 30 años, queda poco por vender, pero al no generar los beneficios sociales prometidos y provocar una de las concentraciones de la riqueza más injusta del mundo, la consolidación de aquellas se tambalea.

Un síntoma de lo anterior es la amplia ventaja (20 puntos) que tiene el candidato presidencial de MORENA sobre Anaya y Meade. Como bien saben los informados, sus partidos (PRI-PAN-PRD) firmaron el Pacto por México y ellos mismos, sirviendo fielmente a Peña Nieto, construyeron juntos el modelo privatizador en el país. AMLO, siendo el único candidato opositor, no debe sorprender que esté cosechando más apoyo que los otros. Lo extraordinario es el respaldo proveniente de militantes de los partidos firmantes del Pacto que están abandonándolos para sumarse a MORENA.

Por otro lado, intentando explicar la pejemanía y considerando datos oficiales deben mencionarse algunas de las consecuencias de la política oficial. Por ejemplo el esquema pensionario de cuentas individuales está en crisis; lo mismo sucede con la reforma educativa, el sistema de salud, el campo y otras áreas del quehacer público gubernamental; pero en dónde si hay foco rojo anunciando el colapso inminente, es el asunto del dinero: la deuda pública es impagable, su monto asciende a los 11 billones de pesos (cada mexicano debe cerca de 90 mil). Tan sólo para el pago de los intereses se destinaron para este año 553, 300 millones: ¡casi el doble! de lo presupuestado para la educación (281 000 mdp). Esto aclara, en parte, el saqueo de las finanzas públicas y la reducción del gasto social. De manera parecida se ha hundido en el caos, la opacidad y la ineficiencia los aspectos de seguridad, energía y medio ambiente, el agua....etc. con el único objetivo de hacer negocios. De aquí se deduce que Peña dice la verdad cuando afirma que ha cumplido el 90% de sus compromisos de campaña. El problema es que los asumió con los empresarios no con los trabajadores. Nadie como él ha dado tanto a tan pocos (1% ) sin

importarle el bienestar de la población que si trabaja y produce. Sin duda, su única preocupación han sido los negocios no las consecuencias dañinas de su política.

Refiriéndonos a los miembros del reducido grupo de privilegiados, están gastando carretadas de dinero en la guerra de odio para cambiar las preferencias electorales. Cegados por la codicia calumnian sin medida a López Obrador atemorizando a sus simpatizantes e induciendo el voto hacia sus aliados. Con estas acciones están evidenciando que en esta elección únicamente hay dos alternativas: o se sigue beneficiando a los mismos de siempre o se cambia el enfoque distributivo para mejorar la vida de todos.

Sin exagerar, puede decirse que el voto LIBRE de los trabajadores del campo y la ciudad, este 1 de julio, determinará su futuro: continuar viviendo en la incertidumbre y la exclusión o se opta por la esperanza de construir un País sin odios. El renacimiento de México no será fácil; se requiere la participación generosa de todos. Sólo así podrá sacarse el agua sucia que inunda al barco, evitar su naufragio y echarlo andar. Hay capitán con visión y firmeza suficientes para conducir la nave a buen destino y ya sabemos quién es.



Dignifiquemos el voto recuperando su fuerza legítima excluyendo los resentimientos generados en el pasado. No lo desperdiciemos vendiéndolo o anulando nuestra libertad de elegir.

Propongo que vayamos a las plazas públicas de todo el país después de votar y permanecer en ellas hasta que reconozcan la voluntad popular.