El sistema judicial mexicano atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente, pues la reforma impulsada por el Ejecutivo federal no solo trastoca el equilibrio de poderes, sino que también amenaza con minar la independencia judicial, afirmó el abogado Álvaro Martínez Aguilar.
“Estamos perdiendo la capacidad del Poder Judicial para funcionar como contrapeso”, dijo el litigante con amplia experiencia en derecho constitucional. Afirmó que las recientes elecciones de jueces y magistrados mediante voto popular reflejan una estrategia más política que jurídica, y se denunció incluso el reparto anticipado de listas con nombres marcados, lo que mancha el proceso.
Aclaró que no es solo una preocupación técnica, ya que el fondo del problema es que ahora cualquiera puede ser juez, sin la experiencia necesaria. “Muchos tienen títulos, pero no la práctica. Vi las entrevistas, y es preocupante lo poco que saben del sistema”, agregó Martínez Aguilar.
La reforma, lejos de democratizar la justicia, parece orientada a controlar las decisiones judiciales desde el poder político, consideró, y el resultado: incertidumbre jurídica, jueces sin carrera judicial y un mensaje preocupante al mundo. México se aleja del modelo de Estado de Derecho para acercarse peligrosamente a un modelo autoritario, apuntó.