La vida cómoda y rápida no contribuye a una madurez personal y convivencial, sino al contrario, provocan la disminución de matrimonios y aumento de las separaciones, advirtió la coordinadora de la Pastoral de la Comunicación de la Diócesis de Tuxpan, Claudia Elizabeth Pérez de la Cruz.
Lo anterior, reflexionó, podría ser el resultado de un cambio de modelo familiar, que conlleva a uniones no tan estables.
“El modelo tradicional de familia se encuentra desde hace mucho tiempo en transformación, ya que empiezan a ser mucho más significativas las familias binucleares: familias monoparentales y ensambladas.
“Las primeras están compuestas por un sólo progenitor con uno o varios hijos a su cargo, mientras que las ensambladas son aquellas donde dos adultos forman una familia y al menos uno de ellos tiene un hijo de una relación previa”, compartió.
Sin embargo, aclaró, aunque en la actualidad el modelo de familia ha cambiado, la función de ésta sigue siendo la misma. Cada familia cristiana es una “comunidad de vida y de amor”, asentó.