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Columnas y artículos de opinión
Reynaldo, procurador
Rafael Martínez Zaleta
18 de junio de 2011
alcalorpolitico.com
Ser Procurador General de Justicia de un estado, es una responsabilidad nada fácil de desempeñar, porque la procuración de justicia debe estar representada por un hombre que reúna determinados atributos, como lo es el pleno conocimiento de la ley; la suficiente sensibilidad para hacer uso de ella y ser el primero en respetarla; tener la solvencia moral en el ámbito en que va a ejercer dicho cargo; firmeza, carácter y decisión en todas sus acciones; y la omnipresencia adecuada para que los agentes del ministerio público se conduzcan conforme a derecho.

El licenciado Reynaldo Escobar Pérez, como servidor público ha hecho un buen papel, pero sobre todo se distinguió en su administración municipal, como en la Secretaría de Gobierno, por mantener el orden y darle la respetabilidad debida a dichos cargos. Don Reynaldo no es ningún improvisado en la cosa pública, la conoce y muy bien, administrativa, jurídica y políticamente. Estas razones y algunas que por falta de espacio omitimos, nos hacen pensar que el nombramiento y la gran responsabilidad que en él se deposita es para beneficio de nuestra sociedad.

El Dr. Javier Duarte de Ochoa ha tenido un gran acierto al elaborar la propuesta y presentarla ante el Congreso local, para que éste a su vez con 48 votos a favor nominara a este flamante Procurador General de Justicia. El ahora abogado de los veracruzanos, es producto de la anuencia de los diputados del PRI, PAN, PANAL y PRD-Convergencia, todos ellos sin ningún distingo partidista, son fedatarios de la extraordinaria carrera judicial, política y de servicio público que respalda a don Reynaldo Escobar.


Y haciendo un poco de historia en una personalidad a veces controvertida, pero siempre admirable, habremos de asentar que el Lic. Reynaldo Escobar Pérez nació el 22 de enero de 1950. Es licenciado en derecho con especialidad en derecho fiscal y ha sido catedrático de la facultad de derecho de la Universidad Veracruzana de 1975 a 1997, se dice fácil pero son 22 años dedicados a la docencia universitaria. Fue catedrático de derecho penal y de procedimientos penales de la Facultad de Derecho de la UV de 1980 a 1989. Fue docente de práctica forense penal de la Facultad de Derecho de la UV en 1997. Diputado local de la LII legislatura del estado 1980-83. Consejero del Instituto de Pensiones del Estado y representante del FESAPAUV 1981-86.

Don Reynaldo Escobar Pérez, como estudioso del derecho y conocedor del mismo en la teoría y en la práctica, ha tenido distinciones sumamente honrosas, como es el hecho de ser reconocido como miembro fundador de la delegación veracruzana del Instituto Mexicano del Amparo, por el Dr. Ignacio Burgoa Orihuela, y no está por demás decir, que es activo miembro de la Sociedad Mexicana de Criminología. Otro gran reconocimiento que no es nada fácil obtener para quienes se dedican a la abogacía, es el galardón que recibió de parte de la Federación de Colegios, Barras y Asociaciones de Abogados del Estado de Veracruz, y por el gobierno del estado como el mejor abogado litigante del año, durante seis años.

El licenciado Escobar Pérez ha sido Secretario de Gobernación y Participación Ciudadana del Ayuntamiento de Xalapa. Presidente Municipal en esta ciudad capital, donde fue distinguido como Presidente de la Asociación de Autoridades Locales de México, y Presidente de la Junta Directiva de la Conferencia Nacional de Municipios de México. Ha sido Presidente del Consejo Jurídico del Golfo y Presidente de la Mesa Cuarta Patrimonio Público de la Convención Nacional Hacendaria y miembro del Consejo Internacional de la Federación Mundial de Ciudades Unidas. De todos es ampliamente conocido su atinado desempeño como Secretario de Gobierno del Estado de Veracruz.


Son múltiples y variadas las razones por las que con mucho beneplácito a lo largo y ancho de nuestra entidad veracruzana, se recibe con mucho agrado este merecido nombramiento. Una decisión salomónica a favor de la presente administración estatal y una oportunidad más en el desempeño del servicio público, para un ciudadano cuya amplia y ejemplar trayectoria, lo ubica en una de las Instituciones que tiene como encargo fundamental la procuración de la justicia.

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