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Columnas y artículos de opinión
Rocha Moya: El Waterloo de MORENA
Helí Herrera Hernández
3 de febrero de 2025
alcalorpolitico.com
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(X) HELÍHERRERA.es

El gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, esta más muerto que vivo.


Me refiero a “políticamente hablando”.

Se confió al apoyo total que el expresidente Andrés Manuel López Obrador le dio (yo deduzco, después de leer a gente muy avezada sobre el tema del narcotráfico, que tienen datos y pruebas sobre este asunto, por complicidad), y se ha amachinado al poder y con ello, ha prendido ya no solo las alarmas en su estado, en el país y ahora, con Trump en la Casa Blanca, hasta allá en Los Estados Unidos.

Cada vez hay menos dudas de su liga con los grupos criminales de su estado, a grado tal, que tanto “los chapitos” como “los mayos” lo culpan del incendio que abraza a Sinaloa y sus inocentes habitantes, a raíz de la traición que le hizo a Ismael Zambada y al diputado Héctor Melesio Cuén Ojeda, al primero participando en su secuestro por las autoridades norteamericanas, y al segundo en su asesinato.


Lo peor de toda esta tragedia que hoy viven cientos de miles de ciudadanos (as) de aquel estado, es que desde antes que fuera designado candidato por MORENA a la senaduría (2018), ya se sabía de sus nexos con el cártel del Chapo y el Mayo, y aun así lo arropó el entonces presidente de México, y luego en 2021 para la gubernatura, donde sus principales -socios- lo hicieron ganar más a la mala que a la buena, secuestrando a la estructura electoral opositora y así, asegurar su triunfo, como ocurrió.

Hoy día ya es imposible su permanencia en la gubernatura, salvo que MORENA, la presidenta Claudia, y el que la manda, quieran tener su propio Waterloo o Ayotzinapa.

Rocha Moya está a un tris de que su propio pueblo lo saque de palacio de gobierno, o ahora que ya Donald Trump declaró como grupos terroristas a los cárteles de las drogas mexicanos, vengan por él, en una acción similar a la ejecutada el siglo pasado (1990) con el doctor jalisciense Humberto Álvarez Machain, y el año pasado con Ismael -el mayo- Zambada.


Se sabe -según columnistas de la ciudad de México que tienen fuentes fidedignas en Palacio Nacional- que a la Presidenta ya le colmó la paciencia Rocha Moya, y que por si ella fuera, ya se habría ordenado su desafuero, para el caso que se niegue a solicitar licencia a su cargo, pero que el cacique de Macuspana se lo está impidiendo, quizás, y solo quizás, por todo lo que sabe y amenaza con despepitar, si no lo siguen sosteniendo en el cargo.

Allí, seguramente (eso espero) la doctora Sheinbaum tendrá también un plan A, un plan B y hasta un plan C, porque el gobierno Trumpista solo tiene uno, y es venírselo a traer, para luego afirmar que se entregó de buena voluntad en algún aeropuerto norteamericano, y más ahora que Trump ya calificó, oficialmente al gobierno de México, como aquel que “tiene intolerables alianzas con los cárteles de las drogas”.