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Columnas y artículos de opinión
Las reformas estructurales y la parálisis legislativa
Eduardo de la Torre Jaramillo
4 de mayo de 2014
alcalorpolitico.com
El “Pacto por México” generó expectativas gubernamentales que sobredimensionaron al presidente Enrique Peña Nieto; con sus propuestas en telecomunicaciones, energía, político-electoral, hacendaria; prácticamente inaplicables con la postergación de las leyes secundarias; por cierto, las que están evidenciando los conflictos entre los poderes fácticos de este país. Es pertinente mencionar que fue una estrategia gubernamental  que involucró a los dos partidos políticos de oposición más importantes: al PAN y al PRD, a quienes les repartió responsabilidades y costos con las referidas reformas; al PRD la hacendaria, y al PAN la energética, la electoral es creación del PAN y PRD. Y que indudablemente ambos partidos tienen afectaciones intrapartidarias que los están llevando a fracturarse; allí está el caso de Morena con la izquierda partidaria; y en el PAN lo sabremos después del 18 de mayo con la elección del próximo dirigente nacional.
 
Con el multicitado “Pacto por México”, los partidos políticos entraron a una nueva fase sistémica gubernamental, de hecho, ya lo eran en la parte electoral; aquella respondió en primera instancia a un gobierno de minoría como fue el del PRI en 2012, basta recordar que ganó con el 38% de la votación total, fue así como el 33% de la coalición de izquierda y el 25% del PAN, contribuyeron e intentaron dotarle de una nueva gobernabilidad al país; algo que no se ha cumplido del todo, ya que los archipiélagos de ingobernabilidad, hoy se están expandiendo, puesto que ya no sólo es Michoacán, sino que también se suman: Tamaulipas, Guerrero, Oaxaca, Estado de México, Jalisco, etc.
 
Dentro del mismo impulso reformista, el regreso del PRI está significando una vulneración del federalismo; reflejado más con sus acciones gubernamentales, particularmente con el presupuesto se están reconcentrando las funciones del gobierno federal, hecho financiero que avanza de igual manera y en el mismo proceso para desactivar a las que “eran” las oposiciones anteriormente referidas, es decir, la división que sufren en PRD y el PAN, cada vez más los aleja del poder político; asimismo,  frente a la desafección ciudadana que los deja como los nuevos satélites del PRI, al no significarse y definirse como una oposición crítica, moderna, que civilice a este país; sino todo lo contrario, la parte sistémica también la asumieron plenamente al esforzarse cotidianamente en parecerse a su anterior adversario, el PRI. Donde ya no hay diferencias en la forma y estilo de hacer política, ya de las ideologías pues ni hablar (solamente un despistado puede hablar de ese término hoy en día), puesto que se han vaciado de significado; el pragmatismo es lo que reina en la política mexicana actualmente.
 

Por eso la implementación de las reformas secundarias dependerá en gran medida de los Congresos Locales, y aquí será muy interesante observar los cambios constitucionales y sobre todo las armonizaciones de las leyes secundarias (en el caso de Veracruz, se armonizó equívocamente en la educativa, la político-electoral ni siquiera se discutió, la única que se aprobó de fast track fue la energética que sólo fue una reforma constitucional); porque es importante mencionarlo, en esta ocasión las reformas son altamente técnicas, como la de telecomunicaciones o la energética; además de la sobresaturación de la Agenda Legislativa en el Congreso de la Unión, y particularmente en el enfrentamiento con grupos poderosos económicamente hablando, como es el caso de Carlos Slim, quien ya puede hacer movilizaciones con sus nuevos aliados para enfrentar a Televisa y el propio gobierno federal.
Continuando con la misma línea de interpretación anterior, particularmente con el proceso de implementación de las leyes secundarias, el gobierno federal interpuso cuatro controversias constitucionales en materia educativa en contra de los poderes legislativos locales: Michoacán (PRI); Oaxaca (PAN-PRD-MC-PT); Chiapas (PVEM); y Sonora (PAN). Quien dice que no pueda suceder lo mismo en materia político-electoral, donde la resistencia de los gobernadores del PRI hacia esta nueva fase de democratización intente ser detenida.
 
Pero, cual fue el fin de las reformas (más allá de “mover a México”), pues impulsar el crecimiento económico, éste es el que no se vislumbra que se pueda dar con las reformas en materia energética, las cuales tendrán un resultado mínimo hasta dentro de 5 años promedio; en el caso de la reforma fiscal que terminó siendo otra miscelánea fiscal más, no tendrá el efecto deseado.
 
Finalmente, ante la situación económica nacional, las encuestas que ya realizó el CEN del PRI, les muestran otra cosa, particularmente dónde la clásica pregunta es: “¿si hoy fueran las elecciones por qué partido votaría?, y para su sorpresa, el PRI ha caído 13 puntos porcentuales, lo que los llevaría al tercer lugar de votación y con peligro de perder 100 distritos federales electorales. Es así como es el resultado verdadero de las reformas es el nulo crecimiento económico (ni con el Plan de Infraestructura), y si la reconcentración del poder en el poder ejecutivo.