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Sección: Estado de Veracruz

Las próximas elecciones apuntan hacia el resurgimiento veracruzano (VII)

- Cierre conjunto de Morena en Xalapa: claro indicio de la preocupación oficial por la fuerza opositora en Veracruz

- Morena ve el voto veracruzano cruzado como remedio para salvar la candidatura de Sheinbaum

- Pero el voto masivo opositor buscará remediar la inseguridad e incompetencia que hoy vivimos

Víctor A. Arredondo 27/05/2024

alcalorpolitico.com

Morena intentó resucitar a Rocío Nahle con la presencia de Claudia Sheinbaum el sábado pasado en Xalapa, donde se volvieron a usar recursos públicos para el acarreo ilegal. Pero la candidata oficial a la presidencia tuvo otras razones de fondo para venir a buscar el voto veracruzano en sus últimos días de campaña. Ante la precariedad de resultados del actual gobierno de Morena, a Claudia se le han sumado cuatro adversidades más en su aspiración de obtener el voto mayoritario: las noticias sobre alianzas turbias, graves, de su partido con el crimen organizado;[1] la ratificación de su sometimiento a los beligerantes del grupo político al que se debe; el que en los debates dejó ver falta de objetividad (asumiendo que todo en México va bien frente a la dramática realidad que vivimos) y sectarismo, que mostró con su lamentable dicho: “allá ustedes, aquí nosotros”; así como el energizante cierre de campaña de Xóchitl Gálvez, que arropada por la ciudadanía, logró superar obstáculos impuestos ilegalmente por el oficialismo para detener el movimiento opositor que encabeza.

El factor que más preocupa sobre las candidaturas del oficialismo es que asuman que vamos requetebién, frente a la cotidianidad violenta que crece cada día; la expansión territorial del crimen organizado en el país; el alza incontrolable de precios, incluidos los de los alimentos básicos y la gasolina (cuando prometieron que iba a costar 10 pesos el litro al final de este gobierno); la grave caída en la calidad de los servicios públicos, en la infraestructura de sus oficinas y en las condiciones de trabajo de los servidores públicos; la opacidad en la gestión y manejo de los recursos públicos para esconder contratos fraudulentos, enriquecimiento ilícito de funcionarios y subejercicios que regresan recursos financieros a la federación para utilizarse en acciones ilegales de control político-electoral; y la intentona de desaparecer órganos colegiados, iniciativas e instituciones autónomas, división de poderes, soberanías estatales y todo lo que huela a oposición al poder unipersonal de AMLO.

Fue lamentable que ningún candidato del oficialismo, empezando por Claudia Sheinbaum, se atreviera a hacer una autocrítica franca sobre los excesos de un gobierno unipersonal que dejó ver que “su autoridad moral” estaba por encima de nuestras leyes e instituciones.



Nadie se atrevió a hacer una crítica constructiva sobre los excesos y fallas de AMLO, porque finalmente lo asumieron como el líder supra humano, infalible, creador del movimiento “inmaculado” de la 4T, el mismo patrón acrítico que exhiben los seguidores irreflexivos hacia el guía “espiritual” de una secta reaccionaria. Ningún candidato del oficialismo se comprometió a corregir lo mal hecho o a ejercer un mejor gobierno, un gobierno eficaz, eficiente, trasparente y respetuoso de nuestras leyes e instituciones. Y eso se debe a que, en la genética política de Morena, en su ADN, todas las instituciones creadas en el México contemporáneo son “neoliberales”, no tienen remedio, deben ser destruidas. ¿A cambio de qué? De lo que sea, aunque no operen, aunque sean fraudulentas, opacas o disfuncionales como el “INSABI”, “Segalmex”, Dos Bocas, las “universidades bienestar” o las opciones gubernamentales fallidas al INEE, INE, al Poder Judicial o al INAI que se pretendieron convertir en burocracias controladas por el gobierno. Esto es, no se trató de corregir disfuncionalidades en instituciones, obras públicas e iniciativas ya existentes, sino de enterrarlas o bloquearlas y asegurar impunidad a los gobernantes. Salvo PEMEX y CFE que absorbieron miles de millones de pesos en subsidios sin lograr su rentabilidad, los organismos públicos descentralizados, entre otros las universidades públicas y centros de investigación, fueron objeto de crítica presidencial y reducción presupuestal porque no se sujetaron a los designios del “señor” presidente. A cambio, se crearon instituciones “patito” de educación superior que se han constituido, mayoritariamente, en proyectos fraudulentos para los jóvenes porque no les garantizan calidad educativa, pertinencia curricular y, en consecuencia, perspectivas ocupacionales serias.

¿Cómo vamos a elegir a una candidata o candidato oficialista que no se comprometió en campaña a resolver aquello que fue desatendido por el actual gobierno? Si analizamos sus promesas de campaña, nos prometieron lo fácil: regalar más dinero, promover la construcción de un parque industrial, una carretera o habilitar un tren de pasajeros de Veracruz a la CDMX. Eso se logra fácilmente desde el presupuesto oficial, mediante una convocatoria a la iniciativa privada o a través de una alianza público-privada. En cambio, nunca prometieron lo que significa dedicación, tiempo y esfuerzo gubernamental para garantizar la seguridad pública, sin extorsiones y violencia; mejorar de manera significativa la educación de la niñez, juventud o de la población adulta; apoyar a todos los productores agropecuarios, asegurando el acceso permanente al agua; construir una infraestructura pública digna, rural y urbana, que resuelva además la carencia de viviendas decorosas construidas en hábitats amigables con la naturaleza; la promoción de industrias y combustibles limpios mediante la convocatoria a empresas que traten bien a sus empleados, a las comunidades que las albergan y a la biodiversidad; pero, fundamentalmente, a garantizar la consolidación de la vida democrática que ha costado tanto esfuerzo colectivo con la finalidad de alcanzar, en un futuro próximo un México moderno, justo, en armonía y basado en la organización social.

Este domingo 2 de junio, los veracruzanos vamos a votar masivamente por un gobierno propio, construido desde Veracruz y por los veracruzanos. Un gobierno que posibilite la recuperación de nuestro liderazgo en el ámbito nacional bajo condiciones de seguridad donde la prevención, la tecnología y las propias comunidades sean protagónicas; que convoque a toda la población, sin distingos, para asumir un trabajo colaborativo que regrese a Veracruz su papel de granero del país; con poblaciones rurales que arraiguen y recuperen a familiares que debieron irse en búsqueda de mejores oportunidades; un territorio que logre equilibrar la producción primaria e industrial con la sustentabilidad, que muestre un manejo inteligente del agua y sus demás recursos naturales, que atraiga industrias limpias y socialmente responsables, que logre fusionar su riqueza natural con tecnologías y procesos limpios de última generación, que demuestre que es posible desarrollar viviendas dignas para su población rural y centros urbanos con calidad de vida colectiva. En eso consisten algunas de las propuestas de gobierno de Pepe Yunes que han logrado unificar el voto opositor veracruzano.



Pero, además de votar, los veracruzanos debemos cuidar nuestras elecciones. Necesitamos estar atentos a cualquier infracción de los gobiernos de Morena o de sus oscuros aliados con la que buscan ganar a las malas. He aquí un llamado a las fuerzas armadas para que prioricen su patriotismo y deber constitucional frente al trato de privilegio que han recibido algunos miembros de su jerarquía. Ya se sabe qué funcionarios y oficinas gubernamentales han estado realizando actividades ilícitas; y se llevarán su última sorpresa cuando se enteren de que existen medios y tecnologías para monitorearlos y que no hay vida eterna en el paraíso del sector público; sobre todo cuando se utiliza ilegalmente para beneficio propio. El voto opositor masivo y el monitoreo ciudadano será el principal aliado de la oposición veracruzana. Veracruz no va por el voto cruzado, vamos a apoyar a todos los candidatos que representan a la verdadera oposición y nos queda claro que MC no sólo está jugando electoralmente a favor de Morena, sino que ya han trascendido algunas razones de esa “alianza política” impresentable.