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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Son tiempos diversos y complejos
Alfredo Ríos Hernández
10 de junio de 2019
alcalorpolitico.com
*Tropezones con dolencia artrítica
*Los extraños préstamos en la SEV
*El aberrante acuerdo migratorio
 
Por más que se pretenda encontrar una argumentación aceptable sobre el registro de créditos ficticios, los cuales fueron otorgados supuestamente a maestros veracruzanos, sin que los aparentes beneficiarios lo hubieran solicitado ni mucho menos recibido, la realidad refleja que, obligadamente, en el proceso para el esclarecimiento de éste operativo fraudulento, se encuentran involucradas de alguna forma y unas más que otras, todas las áreas de la administración pública estatal que, conforme a la normatividad, constituyen parte de los mecanismos establecidos para una operación de tal naturaleza.
 

Sobre el delicado tema, refieren voces oficiales provenientes de la estructura que conforma el Gobierno del Estado, incluyendo en ellas al titular de la Secretaría de Educación en tierras veracruzanas, Zenyazen Escobar, que hasta el momento no se aprecian avances significativos sobre las investigaciones del caso, “clásica pedrada” que incuestionablemente se encuentra dirigida hacia la Fiscalía del Estado de Veracruz, en donde como titular despacha el abogado porteño Jorge Winckler Alcocer, figura que por los escenarios que se aprecian en ámbitos de la administración estatal, se ha convertido en blanco de apuntes negativos al amparo de los cuales se reclama, ya casi cotidianamente “la urgencia de su relevo al frente de la Fiscalía”.
 
Y correcto resulta que, ante las aparentes irregularidades de dichas operaciones crediticias, el titular de la Secretaría de Educación del Estado de Veracruz, dispusiera de inmediato que no se apliquen los descuentos a los trabajadores de la educación enlistados “como deudores” de dichos créditos, hasta que las autoridades competentes determinen con claridad si efectivamente existe un fraude en las polémicas operaciones y, los aparentes beneficiados, nunca recibieron los supuestos créditos que hoy los convierte en “deudores”.
 
Y para no variar, ya en los marcos de las investigaciones que deben de aplicarse para esclarecer el caso, las autoridades educativas arremeten descalificando la capacidad de la Fiscalía de Veracruz y, obviamente al fiscal de los veracruzanos, refiriendo que no se aprecian avances en la investigación, lo que por natural conclusión, se debe entender que se envía otro mensaje hacia los colectividad, en el que obligadamente interpretamos “que el fiscal de Veracruz, don Jorge Winckler no está operando con efectividad en las tareas que, por Ley, son de su responsabilidad”.
 

De una forma o de otra, ante las reiterativas referencias desaprobatorias del sector oficial estatal hacia el titular de la Fiscalía de Veracruz, en el marco de la reflexión de la ciudadanía, es inevitable el evadir la preocupación dado que, claro se debe tener, que sin la concordancia de actividades entre los núcleos de las diferentes esferas de la administración pública, incluso con la total vigencia de la autonomía que deba privar entren determinadas áreas, los avances en el desarrollo integral de los veracruzanos obligadamente registrarán tropezones, en donde los raspaduras y los quebrantos se transforman en dolencias colectivas, porque de siempre ha sido la sociedad en lo general la que, incuestionablemente carga con los efectos negativos de una estructura de Gobierno, en la que se padece de agudas dolencias en sus articulaciones, lo que podría calificarse como “artritis burocrática”.
 
Desde muy pequeño, siempre escuché decir a mis mayores que bajo cualquier circunstancia que origina conflictos entre los ámbitos de la administración pública, las dolencias por tales confrontaciones se transformaban en pandemias que contaminaban y convertían en víctimas a la población y, pareciera que precisamente esos escenarios constituyen en la actualidad los que experimentamos los veracruzanos.
 
Las evaluaciones en el contexto social veracruzano, reflejan elevados índices de preocupación, porque ciertamente existe el precepto sostenido por veteranos en el marco de la vida política, en el que se refiere con precisión que resulta difícil gobernar cuando, en las estructuras del poder público se imponen, heredan y despachan, funcionarios considerados como “extraños o enemigos” de nuestro personal proyecto, escenarios que han originado referencias en el argot de los ámbitos gubernamentales, en el sentido que es mejor sumar a un “desconocido por conocer” que a un “enemigo conocido”.
 

Pero los renovadores aires para otorgarle real vigencia a la “efectiva independencia de poderes”, obligadamente nos colocan en una y varias disyuntivas cuando, al ubicarnos al frente de un gobierno municipal, estatal o federal, no encontramos “amigos, socios, compinches o colores semejantes” en instancias que son determinantes, para llevar la embarcación de nuestra administración hacia las aguas y los puertos deseados, en el marco de nuestros estilos y proyectos.
 
Tales escenarios que hoy incuestionablemente se experimentan en el país y de manera singular en Veracruz, un estado que históricamente se encuentra definido como de elevada ebullición política, no resultan ante nuevos tiempos y circunstancias, senderos apacibles para mover las fichas del ajedrez, escenario en el cual, hoy más que nunca, cada movimiento sobre el tablero requiere de sobresaliente reflexión, evaluando los efectos que pudieran originar tanto en el ámbito de sus propios colores, como los alcances que pudieran generarse en los colores que representan la fuerzas de adversarios..
 
Ni dudar, transcurren tiempos nuevos, eso es verdad, pero también son días complejos y diversos que nos mantienen expectantes… Ahí la dejamos.
 

(ENTRE PARÉNTESIS)
 
No busquemos pretextos sin sentido para celebrar lo que nos resulta aberrante, porque “en verdad os digo” que el acuerdo pactado con el Gobierno de Estados Unidos, representa una aberración para nuestro país, por la simple razón de que estamos festinando que ahora el vecino país del norte, nos traslade en automático y sin trámite alguno de por medio, todo ilegal originario de cualquier parte del mundo, que sea capturado por la Policía o la Migra Norteamericana, sumando a ello la responsabilidad de atenderlo y brindarle trabajo en nuestras tierras… ¿Existe algún motivo para celebrar la aberrante determinación?... No tenemos fuentes de trabajo para millones de mexicanos, ni posibilidades de asistencia médica, casa, vestido y sustento, educación, pero ahora nos obligamos otorgarle prioridad a migrantes expulsados del norte del continente, que podrían sumar millares de extranjeros incluyendo menores de edad… vamos de mal en peor.