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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Los apuntes de Duarte
Alfredo Ríos Hernández
17 de julio de 2019
alcalorpolitico.com
*Real y polémico video
*Impredecible futuro
*El circo y la maroma
 
El video que ya circula en todos los ámbitos del país, en el cual el exgobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa (hoy bajo proceso judicial) exhibe una filmación supuestamente realizada momentos antes de ser detenido en tierras guatemaltecas, en la cual asegura que “su entrega voluntariamente a las autoridades mexicanas”, forma parte de un pacto acordado con el gobierno de México, en el cual el exgobernador veracruzano se sometería a un proceso judicial de manera voluntaria, pero con el compromiso de que “las autoridades mexicanas no ejercieran ningún acto judicial en contra de su esposa y de sus hijos, así como de su familia en lo general”, representa incuestionablemente un escenario sobre el que (nadie lo dude) habrá comentarios múltiples en variados sentidos, lo que de manera incuestionable sembrará el surgimiento de polémicas en tierras jarochas e incluso en ámbitos nacionales, todo en torno al referido tema.
 

En tales contextos habrán quienes apunten que es una total y clara mentira, e incluso agregarán dudas sobre la autenticidad del referido video, sin faltar quienes arropen a Duarte de Ochoa refiriéndolo como víctima de “las mafias del poder” y, sobre el incuestionable y dudoso tema, debe quedar claro que esos serán los escenarios vinculados en torno a tales “revelaciones”, sobre las cuales, tenga usted la clara y contundente seguridad, que por un tiempo contemplaremos tanto en los ámbitos de las voces callejeras, como en los medios de comunicación y ya no se diga en las tardes de tertulias entre los veracruzanos, conformarán renglones de opinión con niveles de significativas controversias.
 
“Cosas veremos” sentencia el texto de “Don Quijote de la Mancha”, referencias que indudablemente seguiremos registrando en tiempos complejos como los actuales, en los que el “circo, la maroma y el teatro” se van consolidando (para bien o para mal) en el seno de la colectividad mexicana, hoy aún más fragmentada y dividida, como efectos de propuestas específica desde los altos niveles de la cúpula del poder, en los se apunta sobre la existencia de modernos “Chairos y Fifís”, escenarios claros e indudables en los cuales valdría preguntar: ¿Cuál será el calificativo que se le otorgará a las nuevas videograbaciones, aparentemente difundidas por el exgobernador veracruzano en torno a los supuestos “acuerdos para su detención”?...
 
Y desde una perspectiva en la que se intentará apegar a los tiempos actuales el “revelador video” en referencia, valdría ubicar tales acciones, en los rangos de una práctica de “politiquería” encauzada a cambiar el rumbo de los comentarios que privan en éstos días de incertidumbre, los cuales podrían estar inducidos o encaminados de manera significativa, en torno a los momentos políticos actuales, para atraer la atención hacia escenarios diferentes, que por su propio contenido y características resulten sensacionalistas y, por lo mismo, podrían conformar hilos de comunicación “de mayor actualidad”, que, por lo mismo, así como por sus dimensiones y referencias, resulten claramente efectivo para variar la dirección de los dardos hacia blancos distintos.
 

Porque claro debemos tener que, “enmarañar para confundir”, no constituye una práctica nueva en la vida política, no sólo de México, sino del mundo entero, sin ignorar que, en el caso de nuestro territorio nacional, en lo referente a dichas prácticas nos hemos convertido en “verdaderos especialistas”.
 
Hoy se habla de infinidad de temas “que contravienen” (de alguna forma o manera) los estilos imperantes en el pasado reciente, obviamente vinculados con los hábitos y el actuar en las cúpulas del poder público; esas nuevas formas de gobernanza auto identificada en la propia cumbre del mando nacional, como lo pudiera ser la hoy identificada como “La Cuarta Transformación”, se encuentran ya cercanas a un año de ejercicio y, la popularidad en su entorno conjuntamente con los rangos de credibilidad, siguen registrando (como es natural) índices significativos hacia la baja, pero que, con el paso de los días, tales tendencias podrían acrecentarse por encima del que reflejan en la actualidad que refieren decrecimientos de aproximadamente un 20 por ciento, lo que ya obliga al apunte de signos de alerta al interior de la cúpula del poder.
 
Por ello resulta, si no estrictamente apegado a la realidad, sí considerablemente lógico, que la apertura del telón a una nueva filmación con apuntes del “yo acuso”, en torno al caso del exgobernador veracruzano Javier Duarte de Ochoa, pudiera tener (al margen de los intereses personales en el marco del Derecho que le asisten al polémico ex mandatario jarocho) fines encaminados a fortalecer la popularidad en ámbitos gubernamentales, practicando la vieja práctica de la distracción, en la que la polémica figura del exgobernador de los jarochos y sus apuntes contra círculos de tonalidades priistas y de otros rumbos, subliminalmente hagan sentir que, el origen de las denuncias presentadas por el último mandatario veracruzano, portador de banderas azuladas, pudieran ubicarse mayormente en rangos de corte político-partidistas, que con fundamentos reales y concretos en lo relativo a los delitos que se le pretender acreditar.
 

Ya se verá qué curso toman los procesos en cuestión, sin que nadie por el momento, incluyendo a éste reporte sobre el tema, se encuentren en condiciones de predecir un panorama que, por sus propias características y complejidades, refiere marcadas lagunas en el contexto de la información disponible, lo que incuestionablemente obliga a la referencia de supuestos escenarios, en los cuales de manera indudable nos encontramos involucrados… Ahí la dejamos.
 
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