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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Nada en firme en la Fiscalía
Alfredo Ríos Hernández
5 de septiembre de 2019
alcalorpolitico.com
*Escenario de imprecisión
*Confusión de alto riesgo
*El célebre Muñoz Ledo
 
El diputado Juan Javier Gómez Cazarín, quien se desempeña en la Legislatura del Estado de Veracruz como presidente de la Junta de Coordinación Política, pero que a su vez se le identifica como líder del sector legislativo integrado por diputados de filiación morenista, refirió ante cuestionamientos de los reporteros, que la licenciada Verónica Hernández, actual encargada del despacho de la Fiscalía del Estado (lo que la ubica al mando de dicha Institución) “es una veracruzana honesta y con los conocimientos académicos suficientes, para cumplir con su responsabilidad como encargada del despacho y que -recalcó el funcionario- aún no se determina si habrá de cumplir en tal responsabilidad unos días o meses, por lo que en su momento habrá de tomarse la determinación e informarse sobre el tema”.
 

Tales escenarios, sobre todo cuando sobrevienen hechos fulminantes como la suspensión en sus funciones del “actual Fiscal” Jorge Winckler Ortiz, obviamente que preocupan a la sociedad veracruzana, dado que la Fiscalía constituye un sector en el marco de la administración pública, realmente fundamental, para que en apego a las leyes y con la capacidad requerida, se proceda a la aplicación de estrategias y acciones que, de manera contundente favorezcan el retorno de los niveles de tranquilidad que antes favorecían a los veracruzanos.
 
Obviamente se debe reconocer que la Fiscalía de Veracruz viene zigzagueando en ámbitos de elevados niveles de inseguridad, lo que de alguna forma y por diversas vías se ha externado en los ámbitos de la administración estatal, señalamientos que se han ejecutado por parte de la estructura del Gobierno del Estado, con las clásicas “rayas divisoras” que en los ámbitos del sector político se practican, en ocasiones con maestría y, en otras, con maestría y malicia para alcanzar los objetivos que se pretende.
 
Pero claro debe referirse que los senderos de inseguridad que privan en Veracruz, son el resultado de una cadena de hechos registrados en nuestras tierras y en muchos otros puntos del país, que registran como origen, desde las escasas oportunidades para el desarrollo personal y familiar, hasta el escenario de una sociedad dañada en su valores esenciales, cuyas causas las constituyen la inequidad, la injusticia, la reducción de oportunidades y niveles para el desarrollo integral, así como la generación de conductas torcidas, en las que se gesta el lado obscuro de toda colectividad castigada por marginación y cerrazón de oportunidades, incluso para obtener lo más esencial.
 

Ante tales hechos, no se debe olvidar que paralelamente a la apertura de mayores y mejores fuentes de trabajo, generando reales oportunidades para el desarrollo integral, se deben a su vez cimentar avances en los ámbitos de administración de justicia y mayores rangos de seguridad, clara, palpable y notoriamente cimentada…
 
Tales deben ser los escenarios que realmente favorecerán la tranquilidad social y, con ello, reactivar con mayores impactos el desarrollo integral, sin dejar al margen a ningún sector, dando curso a la realidad de conformar “un pueblo bueno” realmente “transformado” pero, a más de ello, “esforzado y eficiente” que, por lo mismo, destierre los ámbitos delincuenciales y favorezca el florecimiento de un pueblo productivo y notoriamente apegado al bienestar y obviamente la tranquilidad en todo el entorno social.
 
Por ello la Fiscalía debe ser operada en los marcos de la legalidad, de la eficacia y de la permanente evaluación de los resultados, debe regirse no en los ámbitos de las ocurrencias y las fricciones entre grupos de poder político, sino que Veracruz y el país entero requiere en tales rubros de los mejores elementos, los más capacitados, los más competentes, los claramente honorables en su conducta y, para ello, los funcionarios que la integran deben registrar como cimiento la evaluación, pero sin que en esa valoración tenga que ver ni el color de su piel, ni la tonalidad de sus ojos, ni el origen de su raza, ni su militancia partidista, sino que toda determinación se circunscriba a los niveles de competencia, conocimientos, experiencia y honorabilidad… Ni de más ni de menos.
 

LO QUE SE LEE
 
“Se puede tener el poder sin pasar a la historia, al igual que se puede pasar a la historia sin tener el poder”… Tales palabras recorren el país en los medio de comunicación tanto cibernéticos como impresos, constituyeron el cierre del discurso pronunciado por el dirigente legislativo Porfirio Muñoz Ledo, precisamente en los momentos en que renunciaba a las intenciones existentes para que su liderazgo legislativo se prolongara seis meses más, intención que para muchos representaba una violación a las leyes, así como a las tradiciones y normatividades del Congreso de la Unión… Incuestionablemente, muchos son los discursos de Muñoz Ledo que por su contenido y significado han pasado a formar parte de la historia de nuestro país… Ahí la dejamos.