*De Karime y lo de Duarte
*Yunes y la Cuenta Pública
*¿Futbol para orizabeños?
 
Bien podrían conformar decenas de miles los mexicanos que obtienen (unos poquito y otros bastante) ingresos provenientes de las arcas públicas, precisamente por conducto de los partidos políticos, organismos que por vía de sus legisladores, tiempo atrás aprobaron en niveles legislativos reformas de rangos electorales, con las cuales “se modernizaban” las disposiciones legales en referencia y se establecían las vías y montos para que el pueblo mexicano, por conducto de las autoridades federales y estatales, destinara elevadas cifras monetarias del Presupuesto Federal y de los Estados, que permite hasta la fecha sufragar los costos de cada uno de los partidos políticos, así como de los candidatos independientes.
 

Numerosos son los ciudadanos mexicanos que no saben ni entienden “el por qué” los Partidos Políticos y las campañas electorales de los candidatos deben ser financiadas por el pueblo de México, lo que constituyen erogaciones multimillonarias tanto de los presupuestos estatales como de las arcas de la federación.
 
Y uno de los pretextos o argumentaciones para tales determinaciones, por siempre se ha fundamentado en que “sólo así el dinero en campañas electorales asegura orígenes limpios”, porque de otra forma “hasta grupos delincuenciales” cubrirían el costo de campañas políticas, para posteriormente “obtener los dividendos” que tales compromisos representarían, lo que tendría como efecto directo abrir las puertas del poder público hacia influencias negativas.
 
Tales argumentaciones que sustentan la obligatoriedad de que el pueblo de México (por conducto de sus autoridades) pague todas las campañas electorales, así como los costos que permanentemente representan los partidos políticos, e incluso en sus casos los candidatos independientes, desde los ámbitos de campañas municipales hasta las presidenciales, incluyendo las de legisladores locales y federales, resultaron al final del día, diseñadas y aprobadas precisamente para el beneficio directo de las instancias que las propusieron y aprobaron, o sea, para beneficio de cada uno de los partidos políticos, incluyendo a los candidatos independientes.
 

Ante tal escenario de intereses directamente vinculados con quienes diseñan las propuestas para reformar las leyes, las cuales serán aprobadas por ellos mismos para que al final del día resulten en su propio beneficio, obligado es referir que tales prácticas constituyen de manera obvia una aberración que, por los ámbitos del desparpajo con el cual se acreditan como válidas, bien se podrían calificar a tales escenarios como “teatros de la traición”, claramente contradictorios a los valores fundamentales que deben regir la vida democrática, así como a los escenarios parlamentarios y ámbitos legales que deberían ser ejemplos de honorabilidad y limpieza de metas.
 
En el actual México, los partidos políticos e incluso organizaciones de ciudadanos independientes, han representado una de las fuentes laborales (incluso con algunos niveles de “muy significativos” ingresos) más codiciadas por los grupos de poder que privan entre las “estructuras partidistas”, mecanismos que a su vez han dado origen a empresas que producen artículos con mensajes de candidatos y organizaciones partidistas, productos que se obsequian entre los electores como vía para recordarles que voten en favor de los candidatos que les proponen.
 
Incuestionablemente, gracias a tales sistemas y dinero del pueblo de México, ya se escuchan entre el colectivo social, opiniones que con dichas aportaciones para las campañas, algunos políticos, desde los ámbitos del anonimato, han favorecido la creación de empresas que producen artículos para la propaganda de partidos y candidatos, hechos que han trascendido hacia el conglomerado social, sectores en los cuales, ante tales escenarios, surge la tradicional expresión “negocio redondo de nuestros políticos y sistemas democráticos”… ¿Será?
 

LO QUE SE LEE
 
Que así como la señora Karime Macías Tubilla, esposa de Javier Duarte de Ochoa, logró en Europa un amparo sobre denuncias interpuestas en su contra, para proseguir tales procesos en los marcos de libertad pero con limitantes territoriales, ya se refiere que de la misma forma podría el exgobernador veracruzano Javier Duarte, obtener un amparo para ser juzgado en calidad de “libertad condicional” de las culpas que se le imputan… La realidad es que desde tiempo atrás se efectúan públicamente apuntes con tales referencias y, en esos marcos en México es muy común el referir que “si el río suena… agua lleva”… Ya veremos.
 
LO QUE SE VE
 

Que ayer por la tarde-noche, diputados locales integrantes del Congreso de Veracruz (ocho de Morena; una del PRI y dos del PRD) firmaron la no aprobación de la Cuenta Pública 2018 del Gobierno del Estado de Veracruz, o sea, el último año de la administración del entonces Gobernador de los jarochos Miguel Ángel Yunes… El tema indudablemente que despierta la atención de los ámbitos políticos estatales e incluso nacionales, pero ya en tiempo y forma se sabrá en qué sentido y de qué tamaño serán los pesos y contrapesos sobre el delicado tema.
 
LO QUE SE OYE
 
El tema para la construcción de un estadio de futbol (con todas las de la Ley) en el progresista municipio de Orizaba, que en los últimos años ha sido ejemplo nacional y ya no se diga veracruzano de positivas y progresistas políticas y programas municipales, hecho que los convirtió en “Pueblo Mágico” y en una las ciudades del país con mayores avances urbanísticos en beneficio de toda la colectividad, podría representar el principio de acciones concretas con la finalidad de que, ese estadio, se convierta en el primer paso sólido para que el futbol profesional de primera línea pudiera retornar a la vieja y bella Pluviosilla, que por cierto, es pionera del futbol profesional en el territorio nacional… “Despacio que llevo prisa” ya se escucha decir entre orizabeños sobre el tema del futbolístico… Ya veremos.