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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Insalvable la violencia
Alfredo Ríos Hernández
1 de abril de 2020
alcalorpolitico.com
*El polémico saludo
*Bloquear es atentar
*Impuestos o empresas
 
En la amplia región del Totonacapan no resultaba complicado hacer contacto con la reportera María Elena Ferral Hernández, una periodista que se distinguía por sus cualidades, entre las que destacaban su inmenso talento periodístico y sus cualidades como una veracruzana amable, excelente compañera y seriamente comprometida con su tarea informativa, pero siempre con la mano amigable extendida y una cálida sonrisa que cautivaba en todo momento a quienes se encontraban en sus entornos... Su muerte sorprendió al gremio reporteril y sacudió a la región del Totonacapan... Tierra de rituales milenarios como la ceremonia hacia el sol de los Voladores de Papantla.
 

Su muerte, producto de criminales disparos, impactó a los viejos reporteros, me sumo con modestia en tales senderos, iniciando éstas líneas con su referencia como un tributo hacia quien partió al más allá, dejando una profunda estela de dolor entre su familia y de tristeza e impotencia entre quienes conforman los cuerpos informativos de los diversos medios comunicación sobre tierras veracruzanas, que hoy dirigen la mirada hacia el sol elevando un recuerdo y una oración por la reportera que partió...
 
Y hasta cuándo y hasta dónde habremos todos los veracruzanos de seguir transitando frente a escenarios de dolor y muerte que se han transformado en permanentes altares sobre tierras veracruzanas, hoy caminamos por los senderos diseñados por la Cuarta Transformación y debe referirse con puntualidad, que parecieran resultar las mismas rutas de inseguridad y miedo que aparecieron décadas atrás y dieron origen a “un golpe de timón” del electorado que abrieron las puertas a la promesa de una Transformación que, lamentablemente, sigue en los “asuntos pendientes” sobre los escritorios de los mandos municipales, estatales y federales.
 
Y claro que hoy el atentado contra María Elena Ferral que le costó la vida, nos induce a retomar el tema, agregando el contenido de un reclamo generalizado cuyo eco viene de tiempo atrás: ¡No más feminicidios!... ¡No más violencia en México!
 

Mucha ha sido (y sigue siendo) la esperanza en torno al Gobierno de la Transformación, en lo referente a que se atiendan con eficacia los programas que frenen los elevados niveles delincuenciales que privan en México, pero pareciera que al igual que antes, “las cosas en palacio van despacio” y sigue creciendo el número de feminicidios en México, lo que ya conforma una especie de imagen nefasta de nuestro país en el extranjero, hechos que en los marcos diplomáticos nos obligan a guardar silencio si no queremos desbarrar con argumentaciones baladíes, sin ton ni son, como las que se han registrado con notoriedad fechas atrás.
 
Nada resulta más preocupante y desconsolador para los mexicanos, que aparejados a la pandemia que nos impacta y lastima, se sumen hechos de violencia sin límite alguno, que lastiman al colectivo social y engendran escenarios de terror, que sólo podrían generarse en el seno de núcleos sociales sin estructuras gubernamentales eficientes y apegadas a los lineamientos y responsabilidades que enmarcan los niveles de gobierno del que forman parte.
 
Porque está claro que no existe un buen gobierno si la capacidad de violencia supera a las instituciones y, tal pareciere que ése es precisamente el rumbo sobre el que ya nos encontramos... ¿Hasta cuándo?
 

Lo que se lee
 
En el sistema de información por redes de Internet identificado como etcetc.com.mx se difunde el siguiente texto:
 
“Tras reconocer que, en efecto, saludó a la madre de Joaquín “El Chapo Guzmán” el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, justificó esta acción con el argumento de que es una persona mayor que merece su respeto independientemente de quien sea su hijo; tuvo conocimiento de que ella quería saludarlo y no podía negarse a ello”.
 

La realidad ante el escenario en referencia, es que los hechos en cuestión ya deben de ser considerados como una parte de la historia que va esculpiendo el actual Gobierno de México, que se ha caracterizado por la escenificación de hechos y discursos totalmente distantes a los usos y costumbre que han privado en los marcos presidenciales del país, escenarios que por sí mismos ya marcan una abismal diferencia entre lo anterior y el presente, ya sea para bien o sea para mal... Ya veremos.
 
Lo que se ve
 
Nunca se ha pensado que el bloqueo de carreteras pudiera representar un derecho que le asista a la ciudadanía para protestar y exigir el cumplimiento de determinadas demandas, porque constituyen escenarios que resultan más caros que la enfermedad, como lo es el hecho de que miles o cientos de viajeros (incluyendo a bebés e incluso enfermos en traslado) queden atrapados en la selva del concreto, no sólo a expensas de malvivientes que originan incluso asaltos, sino otros tipos de delitos de mayores dimensiones que dan curso a daños personales irreparables, todo porque se convirtieron en víctimas “directas” de quienes bloquearon la vía de comunicación... Bueno sería que se procediera en contra de todo aquel que atente contra el libre tránsito primordialmente en tramos carreteros.
 

Lo que se oye
 
Claramente polémico texto se lee en redes de Internet entre determinado círculo de mexicanos, en el cual se efectúa el siguiente cuestionamiento muy de actualidad, derivado de un mensaje difundido en Twitter acreditado a Arturo Damm Arnal, que refiere: “Si llegado el caso tuviéramos que elegir entre salvar al gobierno que le siga cobrando impuestos a las empresas o a las empresas que dejen de pagarle impuestos al gobierno ¿cuál es la decisión correcta?”... Interesante planteamiento al mensaje en referencia que ayer despertó numerosos apuntes al respecto... Ahí la dejamos.