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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Las pandemias nos acechan
Alfredo Ríos Hernández
29 de julio de 2020
alcalorpolitico.com
*Aberración hospitalaria
*La educación cibernética
*El “penalti” palaciego
 
Se acredita a los pueblos de la legendaria región de La Castilla, la antiquísima expresión que nos refiere “Cuenta por bienes los males que no tienes”, el apunte en referencia con frecuencia me traslada a escenarios diversos de nuestro transitar, como el que actualmente registramos en México y en el mundo, marcos pandémicos de efectos mortales, en los que debemos revalorar que en lo personal es la salud precisamente “el mayor bien que tenemos”, pero que estamos tan habituados a su vigencia, que no lo registramos claramente anotándolo en el listado de nuestros tesoros, probablemente tan valioso como lo es el bello milagro de nuestra descendencia, muy superior a lo que portamos en el monedero.
 

Ninguno de los que formamos parte de las actuales generaciones de mexicanos, habíamos afrontado en nuestro territorio el avance implacable de una depredadora pandemia, como la registrada por el demoniaco coronavirus que ha transformado nuestros hogares en cuarteles de autodefensa, no del todo seguros, pero en el que nos refugiamos como los toros de lidia que, por instinto, “buscan la querencia”.
 
Aquí, en los rincones de nuestro hogar que es el espacio donde la Ley nos autoriza, incluso el uso de la fuerza para defender nuestra integridad, nos asomamos por las ventanas y rendijas cibernéticas, para informarnos cómo se encuentra nuestra familia, cómo están nuestros amigos, cómo se encuentra la población del mundo ante los ataques del mismo agresor, del mismo invisible enemigo, cuyos orígenes y efectos se acrecientan con el espantoso resultado de la ignorancia, de nuestras limitantes, de nuestra vulnerabilidad y, lamentablemente también de nuestros yerros, de nuestros defectos que por sus escalofriantes dimensiones, nos conducen hacia escenarios que de siempre hemos conformado: “Unos a la pena y otros a la pepena”...
 
Y de qué otra forma podríamos calificar sino de viles “pepenadores pandémicos” a quienes, como empresarios afectados de tiempo atrás por la pandemia de la ambición desmedida y la inescrupulosa explotación, en tiempos actuales están aprovechando la crisis financiera y tolerancia gubernamental, para despedir aplicando ilegales limitantes en los marcos de la liquidación, a sus más viejos trabajadores y, por obviedad, a quienes más derechos laborales tienen acumulados, lo que se ejecuta en un panorama de extrema tolerancia gubernamental, en donde ante las pandemias del coronavirus, de la violencia y la del violatorio oportunismo empresarial, lo que preocupa es seguir exhibiendo el avión presidencial, como si se tratara de un producto gubernamental apropiado para distraer la atención, tanto de nuestras debilidades en el combate al coronavirus, como del desastre financiero que ya existe en el país, así como los añejos problemas de la inseguridad y la improductividad, agregando más recientemente los efectos negativos de las plagas, que convierten también en endémicos a nuestros campos y nuestros campesinos.
 

Ya tiene meses que venimos con deficiencias en materia de generación de empleos, en ningún momento la Cuarta Transformación ha referido resultados optimistas en ese renglón, por el contrario, la actual administración gubernamental opera desde sus inicios con tendencias hacia el declive en productividad, apunte que no ha variado, por el contrario, de endeble crecimiento económico y por lógica laboral, se trasladó a números rojos, de tal forma que al iniciar el presente año las perspectivas certificaban para México “todo coloreterado”, en lo relativo al crecimiento económico, los cuales resultaron “como anillo al dedo” para los destructivos efectos pandémicos, que han originado por un lado quebrantos y, por el mismo lado, escenario propicio para reducir los costos de las nóminas... “Estamos en punto de quiebra: Si te quedas te pago menos, si te vas, también te pago menos”.
 
El pueblo, los trabajadores de verdad que “pierden porque pierden”, se encuentran inmersos en un país donde todos se encuentran medidos por la misma vara, o sea, no hay remedio en escenarios donde todos estamos perdiendo, ésa es la otra pandemia, la que sin freno ni acción salvadora porque no disponemos aún de “vacuna$” (así, con $ de símbolo de pesos) nos está arrastrando a unos, hacia la agonía por la insuficiencia en recursos médicos y ausencia de una vacuna, a los otros, porque en lugar de generar fuentes de empleo las estamos perdiendo y, en lugar de progresar vamos como un Tren Maya, pero en reversa.
 
No se abarcan espacios extraños cuando un gobernante intenta rescatar niveles de popularidad, pero esa popularidad para que resulte saludable debe estar cimentada en el desarrollo integral de la población en lo general, “desarrollo integral” constituye la verdadera esencia de un Gobierno progresista, que lleva implícito tanto la realidad de su entorno, como la equidad y eficacia en su actuar, sin violentar para ello los derechos que le asiste a todo el conglomerado social, núcleo en el que invariablemente existe el anhelo de justicia, la que no es dable si no priva la equidad.
 

Dar al Cesar los que es del Cesar y darle al pueblo lo que es del pueblo, es la variante que debería imperar entre los alcaldes, gobernadores, presidentes y legisladores, que deben desprenderse obligadamente de la práctica que alienta el culto a la personalidad, para entender “que se gobierna para todos y en beneficio de todos”, agregando que todos es el pueblo, incluyendo al gobernante, que transitan en los marcos de la honorabilidad, porque el propio Todopoderoso expulsó del Edén a quien violó las leyes, ejemplo bíblico que paralelamente al diluvio, nos aclaran y puntualizan que “se abraza” a los hombres de buena fe, que se esfuerzan por el provenir apegados a la legalidad, pero no a quienes siembran terror y muerte para alcanzar sus objetivos.
 
Los mexicanos, pese a las calamidades que se reflejan tanto en lo personal como en sus entornos, persistirán en la ruta del esfuerzo para alcanzar mayores niveles de bienestar, pero todo empeño hacia la prosperidad resultaría debilitado o quebrantado, si las autoridades insisten en mantenerse en rutas diferentes a las que transita la sociedad, porque hoy, al gran conglomerado social, en el que mayormente se registra la pérdida de vidas y los sufrimientos derivados de la pandemia (muerte, dolor, distanciamiento familiar, segregación, ausencia de recursos, hambre y desesperación) lo que requiere la colectividad es una luz de esperanza para superar, no una, sino todas las pandemias, incluyendo la oportunidad para afrontar exitosamente los requerimientos primarios de sus respectivas familias...
 
Los irónicos mensajes de un Presidente teniendo como marco el avión presidencial, en nada favorecen en estos momentos ni al gobierno, ni al país en lo general, porque se pierde tiempo en arrojar leña al fogón, cuando no existe chispa para incendiarlo... Teatro repetitivo con escenario desgastado que, ante el panorama existente, otorga curso a la rechifla no sólo de los de gayola, sino también de los de palcos e incluso de la luneta.
 

Pero confiemos en que se corrijan los senderos y se frene el declive que en lo general se registra en el país, para que sea exitosa la Cuarta Transformación y no, por los yerros, pudiera convertirse en una transformación “de cuarta”... Que la sensatez nos acompañe.
 
Lo que se lee
 
En los espacios informativos de Al Calor Político, se lee el siguiente párrafo, basado en declaraciones del Notario Público veracruzano Armando Adriano Fabre:
 

“Se sabe de pacientes que llegaron a un hospital acompañados y después, su única compañía en el aislamiento se volvió soledad, terminando en una sentencia aterradora de nunca jamás; mostrando el abandono de cualquier actitud que tienda a garantizar la obtención de una muerte digna”.
 
La referencia por sí sola debería sacudir no sólo la conciencia de los mexicanos, sino en especial a quienes tienen la responsabilidad como autoridades, de velar por la dignidad y el humanismo que obligadamente debe privar en los espacios de asistencia pública, que no son gratuitos porque todo se paga con el dinero del pueblo mexicano, incluyendo los servicios prestados a quienes mueren en niveles de aislamiento y abandono, sin una mirada de amor de aquellos que son sus seres más queridos... Tiempo habrá para evaluar aberraciones.
 
Lo que se ve
 

Dicen quienes conocen más sobre el tema, que representaría un error imperdonable (¿ya cuantos imperdonables hemos archivado en los últimos días?) reabrir los centros educativos dentro de ya pocos días, cuando el disparo en el renglón de contagios, obligaron a externar lamentaciones incluso al ya famoso doctor Gatell, responsable por disposiciones presidenciales, de informar el cómo, el cuándo, el dónde y el por qué, en todo lo referente a estadísticas y acciones, emprendidas para disminuir y erradicar los efectos mortales de la pandemia que nos lastima a los mexicanos.
 
Y paralelamente al tema sobre el inicio del nuevo ciclo escolar, obviamente reaparecen las opiniones de padres de familia, quienes apuntan (en muy significativo porcentaje) que “sus hijos” no acudirán bajo las circunstancias imperantes a los edificios escolares, demandando que el nuevo ciclo escolar se inicie como terminó el anterior, o sea, utilizando la cibernética para que con transmisiones “en vivo” los maestros impartan sus clases, al tiempo que los alumnos las reciban resguardados en sus respectivos domicilios.
 
Dicen las añejas tradiciones que donde manda capitán no gobierna marinero... Y las “capitanas de altura” en éste nuestro país y en el mundo, como se podrían calificar a las madres de cada hogar, han referido en gran número, casi se podría argumentar de “mayoría calificada”, que sus hijos deben recibir clases por vía de las redes cibernéticas y, tal “sugerencia” hasta en “Los Pinos” (perdón, por la obnubilación) en el Palacio Nacional, debería ser atendida con apego a la instrucción ciudadana... Ya veremos.
 

Lo que se oye
 
Que las diferencias entre núcleos de empresarios mexicanos y el señor Presidente Andrés Manuel López Obrador, pareciera que en lugar de aligerarse registran mayores escenarios y distanciamientos, tanto así que recientemente el empresario y propietario del equipo de futbol Toluca, Don Valentín Diez Morodo, refirió en un video difundido por el periodista Ciro Gómez Leiva, que los empresarios evitan tener contacto con el Presidente López Obrador, porque les “patea” sus propuestas.
 
Lo de “patear” obviamente que suena a los ámbitos futbolísticos, que también podrían encontrar una interpretación en los círculos de la administración pública mexicana, al estilo “transformista”... Y si son por penal: con mayores efectos.