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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
La frustración campirana
Alfredo Ríos Hernández
12 de noviembre de 2020
alcalorpolitico.com
*Desapariciones en olvido
*PRI-PAN-PRD ¿aliados?
*Asesinatos de alcaldes
 
Y para las otras “pandemias” también existirán procesos con la finalidad de contenerlas y erradicarlas, efectos pandémicos que por años han dañado a los productores del campo, al igual que a los núcleos de pescadores e incluso a los ganaderos, porque el campo mexicano si bien es cierto que con recurrencia logra excelentes cosechas, a los productores responsables de tales éxitos agrícolas, o les va igual que siempre, o registran escenarios peores que los ya habituales.
 

Recibo un escrito de uno de los más esforzados productores de limón, cuya identidad me reservo para evitar que en los niveles de poder “lo metan en cintura”, en el que apunta que su exitosa producción de limón de elevada calidad, tanto en sus tierras como en las de sus coterráneos, refleja en calidad y en cantidad producto del esfuerzo, de la dedicación y hasta el sacrificio cotidiano, no de meses, sino de años e incluso de toda la vida, pero de qué sirve la calidad y la cantidad del limón veracruzano, si las autoridades nada hacen para abrir mercados que permitan la correcta comercialización del producto, primordialmente cuando el limón refiere beneficios numerosos para la salud.
 
Se tiene calidad en las plantaciones de tierras veracruzanas, se refleja cantidad suficiente para mejorar ingresos, se dispone de la actitud abierta de los productores para sumar esfuerzos en programas de comercialización, pero ninguna autoridad cumple con el objetivo de abrir caminos nacionales e internacionales para promocionar al limón veracruzano.
 
Se cuenta con embajadas y consulados que paga el pueblo de México en la casi totalidad de países de todos los continentes, oficinas que entre sus responsabilidades se encuentra la de buscar mercado para productos cultivados o fabricados en México, pero prácticamente nunca se habla del tema, salvo en etapas electorales, escenarios en los que ya es tradicional que los compromisos y promesas del candidato son como gotas en el mar... O soplidos en el viento.
 

Y si a tales ineficacias se suman los tradicionales “coyotes”, que de siempre operan como intermediarios entre productor y comerciante, pero que también de siempre sacan tajada del campesino y reciben lo viciosamente convenido con el mayorista, doble ingreso que hasta los productores envidian, cuando en toda venta de cualquier producto, quien mayores ingresos (hablo de utilidades) debería de recibir, es precisamente el productor.
 
Pero... ¿Quiénes son los que incluso de manera tradicional deberían negociar la comercialización apropiada de los productos del campo?... Se supone que los gobiernos municipales, estatales y federales, deben velar para que los campesinos no sufran una especie de tradicional explotación, incluso si un día en esas ruedas de prensa gubernamentales, un reportero que no lleve acordeón oficial para sus preguntas, cuestionara a las autoridades el por qué persiste cero efectividad en la defensa de los ingresos del campesino, seguramente se responderá que el Gobierno “está con todo, como nunca en la historia” para que los limoneros, los naranjeros y todos los demás que producen piñas, plátanos, sandías, melones, papayas, mangos y toda ésa rica variedad de frutas, verduras y legumbres, disfruten los resultados de sus esfuerzos, porque “como ahora, nunca antes se había prestado tanta atención para salvaguardar y mejorar los ingresos del productor del campo”.
 
La colectividad tiene el ejemplo claro y frente a sus ojos, de que las calles de numerosas ciudades veracruzanas, bajo el sol y la lluvia, se venden bolsas conteniendo limones a precios de remate, ejemplo claro de lo que se me señala en el mensaje recibido por un productor agrícola... Los productores del campo cosechan sin disponer de programas eficazmente diseñados y aplicados, para que sus productos registren la adecuada plusvalía y, con ello, no sólo se viva mejor, sino que se consolide un mejor porvenir para los productores agrícolas...
 

¿Logrará el Gobierno Transformador, por lo menos acercar a tales aspiraciones de los productores de cítricos de tierras jarochas?... Ya lo veremos.
 
Lo que se lee
 
El tema de las fosas clandestinas en el que se encuadran colectivos regularmente integrados por familiares de personas desaparecidas, así como organizaciones ciudadanas en defensa de los derechos civiles, constituye un renglón que ha tomado dimensiones cuyos efectos nunca se previeron ni se calcularon, pero que precisamente por su expansión, refiere los preocupantes índices que existen en México en tales escenarios.
 

Las propias autoridades no alcanzaron con oportunidad a prever y dimensionar, los impactos en marcos del “descrédito gubernamental” que tal organización habría de representar, como un efecto directo de su propio objetivo: “Encontrar vivos o muertos” a quienes por los elevados espacios de impunidad, en un instante “desaparecieron” sin que las autoridades garanticen una real, permanente y profunda investigación sobre cada caso, dejando sin efecto las garantías que todo gobierno debe cumplir en lo relativo a seguridad, libertad e incluso el sagrado derecho a la vida.
 
Los últimos años, la historia (con tinta indeleble) de México, se encuentra ensombrecida por las ya innumerables denuncias y referencias de personas que, extrañamente, nunca más se logró saber de ellas, al tiempo que sobre tales hechos se dispone de referencias sobre dónde se encontraban la última vez, e incluso existen datos de los escenarios que se registraron los últimos momentos que fueron vistas, pero nadie sabe su destino final y, mucho menos dónde podrían encontrarse.
 
Los hechos, los datos y los escenarios resultan tan confusos, que las propias autoridades pareciera que por momentos, e incluso por prolongados periodos, de hecho desactiva acciones de búsqueda de las personas desaparecidas, determinaciones que obviamente lastiman a los familiares de las personas que son víctimas indirectas de tales escenarios, entre los que figuran hombres, mujeres y menores de edad, parte de la colectividad mexicana que, por las propias circunstancias por las que transitan, no merecen que las autoridades se mantengan (con recurrencia) ajenas a los operativos que, en lo general, se deben aplicar para ubicar a personas que han sido o son, víctimas de la privación de su libertad y posiblemente objeto de asesinato... Incuestionablemente el tema resulta notoriamente preocupante.
 

Lo que se ve
 
Todo hace suponer que el PRI, PAN y PRD coinciden en integrar una alianza para participar en los próximos comicios. Escenario que obviamente les otorga fortaleza, pero afrontar al actual núcleo partidista que controla tanto al poder Ejecutivo federal como el cuerpo legislativo conformado por senadores y diputados federales, ejerciendo el mismo control en diversas entidades del país.
 
No faltan quienes auguran que a la posible coalición de priistas, panistas y perredistas, se les pudieran sumar militantes de otros partidos políticos, incluyendo a ciertos núcleos que han sido afines al actual régimen federal pero cuyas vinculaciones y simpatías han decrecido...
 

De hecho, en México ya se encuentra en su proceso inicial la nueva etapa electoral y, sobre tales escenarios habrá mucho de qué hablar.
 
Lo que se oye
 
En últimas fechas en el territorio mexicano, del mes de diciembre del 2019 a la fecha (o sea, prácticamente en dos años) en el territorio mexicano han sido asesinados 9 presidentes municipales en funciones y 19 ex alcaldes, listado luctuoso originado por la violencia al que se agregó el cometido en las últimas horas en la persona de Florisel Ríos Delfín, alcaldesa de municipio veracruzano de Jamapa, ubicado en la región central de la Entidad de los jarochos.
 

No se requiere de muchos argumentos para referir nuevamente, que en prácticamente nada se ha logrado avanzar en materia de seguridad y tranquilidad social, tanto en tierras veracruzanas, como en muchas otras regiones de nuestro territorio nacional... Panorama complejo el de nuestro país.