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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Costosa partidocracia
Alfredo Ríos Hernández
23 de noviembre de 2020
alcalorpolitico.com
*Nivel mortal mexicano
*¿Para cuándo la vacuna?
*Polémica por marihuana
 
De tanto repetirse y como resultados de que en la cocina manda (bendita equidad de género) el o la que tiene el sartén en la mano, en el transitar de la modernidad (a la mexicana) de la vida política del país, al pueblo le cuesta una casi indescifrable cantidad de dinero el mantener a las gigantescas estructuras de los partidos políticos existentes, mismos que en lugar de restringirse a dos o tres opciones, cada etapa electoral otros más intentan treparse al tren electoral, sabedores “que de lograrlo” un apetitoso presupuesto habrán de premiar “sus patriotas esfuerzos”.
 

De acuerdo deberíamos de estar, en que los organismos responsables de organizar las elecciones, sean instituciones públicas independientes y, cuya enorme estructura nacional, forme parte de los costos gubernamentales, los cuales sean suficientes para que los organizadores actúen con propiedad, cual garantes de procesos electorales eficientes, responsables, equitativos y que constituyen el impero de la legalidad en la vida electoral del país, lo que obviamente no es tarea fácil ni en México ni en el mundo (ya ven lo que actualmente sucede en Estados Unidos) pese a que algunas sociedades están certificadas a nivel Internacional por su inclinación y eficacia democrática.
 
Pero en lo que amplios sectores del pueblo del águila y la serpiente ha soportado estoicamente (pese a no coincidir del todo con tales prácticas) es que, no sea con dinero que el país requiere para mejorar obras y servicios, el que se sostenga económicamente a los partidos políticos, sobre todo cuando nos distinguimos como una sociedad “multipartidista”, escenarios en la que un significativo número de políticos que no logran sus metas personales de ascenso en el poder, optan por otorgarle legalidad a una nueva organización partidista, para crear su propia plataforma electoral obviamente financiada por el pueblo de México, eso sí, con cargos de gastos a la colectividad de un país que carece de muchas mejoras sociales y estructurales, pero que no registra carencias para financiar estructuras que constituyen la sólida y abundante “partidocracia a la mexicana”... (Por algo la llaman “la mafia del poder”).
 
Obviamente que a los políticos mexicanos les ha resultado muy conveniente el dedicarse a esa actividad a costillas, en un gran porcentaje de sus egresos, a cargo de los electores, porque los mexicanos así lo hemos permitido y porque, quienes operan ya de manera “profesional” en la cumbre del poder, así les conviene a sus muy personales intereses.
 

Las luchas partidistas que registramos en el país del que ya presumimos como demócrata, como puede ser la del actual Presidente de los mexicanos, que durante varios sexenios intentó alcanzar la Presidencia de la República, en una serie de muy prolongadas y obviamente costosas (desde el punto de vista económico) campañas electorales fallidas, todas ellas sufragadas por la población, al igual que los triunfos anteriores de los últimos presidentes de los mexicanos y, no sólo ellos, sino todos los que en las últimas décadas han sido presidentes, gobernadores, legisladores o alcaldes.
 
Todos los partidos formales y candidatos independientes (ganadores y perdedores) le han restado durante años recursos al pueblo de México, mismos que formaban parte del patrimonio estatal y federal, porque tales estructuras partidistas, se sostienen fundamentalmente de los presupuestos que emergen del erario público, así las cosas, los partidos políticos respiran gracias al ventilador financiero del erario público del pueblo mexicano...
 
Un excelente maestro especialista sin par en materia electoral, con quien colaboré en mi tránsito prestando mis servicios en el entonces Instituto Federal Electoral, en una ocasión en gira por tierras veracruzanas me comentó palabras menos o más lo siguiente: “Es verdad, alcanzar la democracia cuesta muchos esfuerzos y muchos recursos económicos, pero si tales recursos se aplican con propiedad y honorabilidad, los resultados demostrarán que vale la pena al fortalecerse la ruta hacia un mejor país”.
 

Es indudable que en el renglón electoral indudablemente en los últimos 20 años hemos logrado avanzar, tanto en normas como en resultados, prueba de ello es que diversas corrientes partidistas han logrado obtener triunfos municipales, estatales y federales en materia electoral... El hecho que en los últimos tres periodos electorales presidenciales hemos tenido un presidente del PAN, uno del PRI y uno del MORENA, al tiempo que en los últimos procesos de elección a nivel estatal veracruzano hemos registrado un Gobernador del PRI, uno del PAN y uno de MORENA, confirma por su propio peso la certeza en lo afirmado.
 
Pero bien valdría pensar en principio, que tres partidos políticos son más que suficientes para nuestro país, al igual que para los estados y municipios, porque si en realidad seguimos practicando, que a cada idea de un nuevo partido le otorguemos rutas de legalidad para ello, nuestro México se convertirá en el país de las danzas carnavalescas, mismas que van creciendo conforme avanza la corte real y, algunas de ellas podrían ser, como casi siempre sucede “más de lo mismo” porque acaban como aliados o coludidos entre sí.
 
Si en realidad son tiempos de transformación, pues procedamos hacia la nueva configuración de un nuevo país, pero no con más de lo mismo, para terminar en el carnaval del mundo entonando aquello de que: “Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao”... Ahí la dejamos.
 

Lo que se lee
 
Se podría agregar el concepto de que “tristemente”, México es el país en el mundo entero que registra el mayor porcentaje de muertos originados por el coronavirus, si se le otorga crédito a las evaluaciones en referencia, pero lo más escalofriante es que la diferencia es realmente alarmante, en tanto que en la evaluación registrada por la prestigiada Universidad de Medicina Johns Hopkins University, difundida a nivel mundial, México ya registra oficialmente un promedio de 9.9 fallecimientos por el coronavirus, por cada cien pacientes, escenarios que los especialistas califican como espantoso, máxime cuando en el mismo sentido Irán ocupa el segundo sitio con 5.3 por ciento, casi (según las cifras en referencia) la mitad porcentual de los que dramáticamente se registran en el territorio mexicano, al tiempo que United Kingdom registra en promedio el 3.7, el tercero en listado de mayor porcentaje de fallecimientos por cada cien habitantes.
 
El hecho no sólo debería preocupar a las autoridades nacionales, estatales y municipales, sino al contexto en lo general de la sociedad mexicana, porque para nuestro país tener el liderazgo mundial con el mayor número porcentual de muertos, equivale a ser los más ineficientes a nivel global, en controlar y estabilizar a los pacientes agredidos por el Covid-19, escenario que nos obliga a pensar en el alto riesgo que corren los integrantes de la familia, los amigos y todos los habitantes nuestro país.
 

Cifra escalofriante para los mexicanos la revelación en referencia, que obviamente obliga a reflexionar sobre terribles deficiencias en centros hospitalarios del nuestro país... Dios nos libre, dirían nuestros padres ya fallecidos.
 
Lo que se ve
 
Ya anunció el gobierno de Estados Unidos que iniciará el proceso de vacunación colectiva contra el Covid-19, aproximadamente dentro de las 24 horas después del anuncio de su aprobación, lo que hace indicar que tales escenarios podrían registrarse entre el 8 y el 10 del próximo diciembre.
 

Obviamente la interrogante en el territorio mexicano es: ¿Para cuándo se calcula el inicio de vacunación en nuestro país?...
 
Es indudable que pese a los problemas económicos y políticos de elevada gravedad, que agobian a los mexicanos, por el momento lo más importante y emergente en el territorio tricolor, lo es el salvar vidas, reduciendo con mayor eficacia tanto el número de fallecimientos registrados en centros hospitalarios, como al mismo tiempo frenar el número de contagios, imponiendo realmente mayores restricciones, pero al igual, gestionando que se logre obtener en tiempo y forma el mayor número de vacunas, que permitan disminuir tanto el desarrollo en contagios, como de fallecimientos.
 
Lo que se oye
 

De acuerdo a los expertos en materia del consumo de drogas, la legalización de la marihuana abre espacios más efectivos para reducir la corrupción en los ámbitos gubernamentales y, por obviedad, en el ramo de seguridad, al tiempo que disminuyen de manera notoria y palpable los niveles de violencia, al tiempo de afectar notoriamente los cuantiosos ingresos económicos ilegales, en beneficio de núcleos proclives a la violencia y otras prácticas delictivas.
 
Sin embargo, los criterios al respecto de siempre han dado curso a prolongadas polémicas, tanto así que en México los acuerdos y desencuentros sobre el tema, han sido claramente significativos en el marco incluso del seno familiar, ya no se diga en los espacios médicos, eclesiales, escolares y familiares en lo general.
 
Pero el real escenario en un país como el México nuestro, al legalizarse “la yerba” como ya se concretó en las leyes, habrá que esperar si será para bien o para empeorar el panorama, perspectivas que obviamente inquietan al sector eclesial y que, de hecho, toma desprevenida a la colectividad en lo general pues nunca supusieron (muchos mexicanos) en la cercana posibilidad de que en México se aprobara (con ciertas limitantes) “el uso lúdico de la yerba”. Ya veremos y comentaremos esperando que sea para bien del país... “Y esperamos reencontrarnos mañana Ñeeeros”.