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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Complejos retos en México
Alfredo Ríos Hernández
18 de diciembre de 2020
alcalorpolitico.com
*En venta los hoteles
*Aberrantes bloqueos
*Timbrazo al legislativo
 
No se podría coincidir del todo con quienes en el país han elevado la voz, reclamando un incremento del 15 por ciento al salario mínimo, en tanto que con 123 pesos diarios en el territorio nacional, al igual que con 141 en la región fronteriza, ningún trabajador vive en los marcos del confort, mucho menos cuando paralelamente a ello registra gastos fijos como el consumo de energía eléctrica (ahora en constante incremento) así como de gas y lo referente a servicios como agua potable y limpia pública, sumando de igual forma gastos escolares, medicamentos, vestido y sustento en lo general, con el agregado del costo por la vivienda.
 

Y si en etapas normales para los gastos vinculados con los requerimientos cotidianos no alcanzan, mucho menos alcanzaran para afrontar una etapa como la pandemia, cuyos efectos colaterales son por un lado la reducción en la generación de empleos, así como en los salarios de millones de empleados que ante las circunstancias, o son despedidos o se quedan con su plaza pero laborando con ingresos “castigados”, porque en las empresas “ya no hay para más”.
 
La emergencia en el país se agudiza porque las fuentes de empleo han decrecido (como nunca antes en la historia de los últimos tiempos) tanto así que muchas son las empresas quebrantadas y otras tantas en rangos de mínimas operaciones, escenarios que también han afectado a los prestadores de servicios en lo general y que apuntan sobre un país que, en lugar de avanzar “hacia una transformación” que pudiera originar mayor calidad de vida en lo general, refiere declives singularmente preocupantes, en gran medida originados por los efectos paralizantes de la pandemia.
 
Ya hemos referido que en los primeros doce meses del actual estilo de gobierno (sin la existencia del tema pandémico) los resultados en materia económica no fueron realmente satisfactores, tanto así que cerramos el año 2019 con menos dos puntos en lo referente a la economía en lo general, mucho se confiaba en que el descenso se resarciría en los primeros meses del actual año que ya está por termina, pero los daños colaterales de la pandemia derrumbaron tales aspiraciones y recibiremos el 2021, con uno de los panoramas más preocupantes registrados en la historia moderna de los mexicanos.
 

Los datos no se encuentran del todo claros, unos afirman que el desplome financiero en el país refiere un descenso de menos ocho puntos, otros comentan que podría ser superior a los menos diez, pero la realidad es que, de una u otra forma, la economía mexicana requiere reencontrarse con la ruta ascendente y de manera emergente, porque de los contrario se podría incrementar la tensión social ante la angustiante búsqueda por la subsistencia, ya no sólo por los efectos mortales de la pandemia, sino por la carencia de fuentes empleo que sólo se podrán rescatar, si los riesgos de la pandemia disminuyen de manera considerable.
 
Por primera vez en el marco de las actuales generaciones de mexicanos, afrontamos un escenario en materia de salud pública como el que actualmente se nos presenta, panorama que es semejante en muchos otros pueblos del mundo, ámbitos que de la misma forma han otorgado curso a un escenario económico y social, sin semejanza alguna en la historia moderna de los países del orbe.
 
Por lo mismo todos los pueblos se encuentran en espera del antídoto al primordial problema, que es el de la pandemia, reto de vacunación que nos llevará para países como México todo el año que está por iniciarse y agregando parte del siguiente.
 

Pero al mismo tiempo afrontamos una semiparalización productiva para la cual el único antídoto, aparte de la vacuna, es la estimulación hacia el sector privado para que reactiva la actividad productiva y, a la vez, restablezca empleos “congelados” abriendo nuevas fuentes laborales, lo que definitivamente no sería posible si la pandemia sigue cobrando víctimas y, en los mismos escenarios persista la incertidumbre de los inversionistas, sobre la seguridad de sus inversiones ante políticas gubernamentales que están originando polémicas y nubarrones en el marco empresarial.
 
Los escenarios son claros, complejos serán los tiempos que habremos de transitar, a los que es obligado agregar en el territorio mexicano, el arribo de un nuevo proceso electoral.
 
Lo que se lee
 

Claro que nos debe preocupar que en diversas regiones veracruzanas la crisis económica, ha generado la venta de empresas como lo son los hoteles, mismos que se ofertan obviamente como resultado de dos factores significativos, uno lo es la crisis originada por la pandemia, lo otro es un reflejo de los elevados niveles de inseguridad que privan en tierras mexicanas, escenarios en donde las carreteras se han convertido en escenarios de frecuentes actos delincuenciales, agregando a ello que los niveles de seguridad en nuestras ciudades jarochas ya no son los mismos que años atrás.
 
Todo especialista en la materia coincide en que los escenarios de inseguridad, representan el mayor obstáculo para el desarrollo de la actividad turística, por la simple razón de que nadie quiere visitar un lugar donde deberá mantenerse resguardado en un hotel, porque el andar en las calles representa un peligro y ya no se diga en centros de diversión.
 
Tales circunstancias, que definitivamente ya no es apropiado calificarlas como “pasajeras”, han influido considerablemente en el decrecimiento de la actividad turística en tierras de sones y huapangos, originando a la vez el quebrantamiento de empresas del ramo... ¿Hasta cuándo?
 

Lo que se ve
 
Muchas son las formas de hacer notar públicamente una demanda ciudadana hacia las autoridades, pero una de las menos afortunadas lo es el bloqueo de vías de comunicación, acciones en las que se coloca en elevado riesgo a personas que transitan de un punto a otro, si para ello se tiene en cuenta que ya se han registrados asaltos a viajeros “atorados” en la carretera por la ejecución de bloqueos, acción a la que se suma la emergencia por enfermos o heridos en traslado.
 
Y la referencia surge porque el día de ayer, pobladores del bello municipio de Alvarado (Un Son que Cante en el Río) de manera arbitraria procedieron al bloqueo de la carretera identificada como “La Costera del Golfo”, para exigir que se cumpla con la colocación de escolleras, ante la amenaza de que las aguas del mar invadan sus casas y sus entornos.
 

Desde muy chamaco aprendí que las aguas siempre (tarde o temprano) reclaman sus espacios, porque somos nosotros quienes contravenimos las leyes de la naturaleza, atentando contra todo, incluyendo ríos, lagunas y mares, olvidándose que las aguas no pierden la memoria.
 
Las costas han sido invadidas por los pueblos y las ciudades, los muelles portuarios han retirado al mar para obtener profundidad, no será por ello extraño, que en determinadas temporadas el mar nos reclame lo que es suyo, como también lo hacen los ríos.
 
Lo que se oye
 

Pese a que los legisladores constituyen órgano independiente del Poder Ejecutivo, debe tenerse siempre claro por parte de los legisladores, que no son ajenos al Poder Ejecutivo y que, por lo mismo, si el Gobernador del Estado gira la instrucción, ordenando que todos los trabajadores del sector oficial deben mantenerse ajenos a festejos y reuniones, que pudieran representar mayores riesgos de contagios pandémicos, lo menos que deben hacer los diputados locales es violentar tales instrucciones, para celebrar las fiestas navideñas congregados en un salón de eventos, escenario que contraviene las instrucciones giradas a toda la ciudadanía.
 
Todo hace indicar que existe molestia en el despacho gubernamental por tales “pachanguitas” y no se extrañe Usted, la posibilidad de un golpe de timón o, cuando menos, un severo extrañamiento proveniente desde arriba, para los del Palacio Legislativo... El primer timbrazo ya se escuchó.
 
Disfrute Usted en el aislamiento el fin de semana ya en días de posadas... Retornamos el lunes si Dios lo permite.