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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Más polémicas que vacunas
Alfredo Ríos Hernández
27 de enero de 2021
alcalorpolitico.com
*Se nos agota el oxígeno
*La pandemia y servidores
*Reaparece Fidel Kuri
 
Lo más correcto que podríamos presenciar en torno a la intención de algunos espacios del sector privado, así como de gobiernos estatales, aparentemente interesados en adquirir vacunas y comerciarlas o aplicarlas gratuitamente a la población, es que las autoridades municipales, estatales y federales, reflejen su disponibilidad para respaldar tales “posibilidades”, lo que resulta tan simple, como lo es el manifestar que el gobierno se encuentra claramente abierto a que se aporte en favor del combate a la pandemia, ya sea con vacunas que se venderían en determinados puntos del país, con un costo determinado (que no sobrepase lo razonable) al igual que si se tratara de una acción filantrópica, por parte de los compradores (exceptuando obviamente que tales prácticas se realicen con fines electoreros).
 

Y refiero tales apuntes, porque está claro que en algunos niveles gubernamentales, pareciera que “les incomoda” el que se hable de adquirir vacunas por parte del cualquier ciudadano, lo que de manera natural, induce a la reflexión que la vacuna tanto para unos como para otros, podría estarse convirtiendo en un artículo de lucimiento socio-partidista, que por obviedad fue armado para beneficio de intereses personales, que son ajenos a la generación de ingresos, porque de lo que se trata es de “comprar voluntades de electores”.
 
Las declaraciones en tales términos que realizan funcionarios públicos, por obviedad y de manera natural, dejan entrever “la posibilidad” que en el ámbito del sector público actual, no quieren que empresarios atraigan votos en su beneficio, porque la vacuna constituye un producto “que sólo debe ameritar la fuerza humanitaria gobernante”, “espacio que le pertenece” y que opositores políticos lo quieren aprovechar en los marcos del proceso electoral, entrelazamiento de criterios y opiniones en las que los únicos afectados, podrían ser millones de mexicanos a los que les resulta de vida o muerte, el obtener o no disponer oportunamente de una vacuna... preocupante escenografía.
 
Pero aparejado al problema pandémico, se debe referir lo impropio que resulta para el país, que miles de millones de pesos que forman parte del patrimonio del pueblo de México, sean destinados al subsidio de partidos políticos, así como a gastos de campañas electorales, agregando a ello todo el egreso de los recursos públicos que representaran los gastos operativos y de infraestructura para organizar y efectuar las elecciones, que en realidad son los únicos realmente justificados en los marcos de un proceso electoral, dado que el subsidio a los partidos políticos e incluso a los candidatos independientes, existen porque quienes los aprueban son en su carácter de legisladores más de lo mismo, o sea, un gobierno y un cuerpo legislativo que emana de partidos políticos que, por lo mismo, quienes despachan en oficinas gubernamentales y quienes legislan, pese a diferencias, en lo que por siempre se encuentran de acuerdo es en que “se fortalezca el multimillonario subsidio para toda la estructura partidista”, miles de militantes y directivos de todas las tonalidades y hasta los incoloros (o serán millones) que perciben ingresos y realizan enormes gastos, todo a costa del pueblo de México.
 

En fin, en plena etapa de una pandemia que ha quebrantado al país, el pueblo de México deberá cubrir inconfesables cifras de recursos gubernamentales, para que los partidos políticos y sus candidatos financien su publicidad, así como los gastos de campañas, mientras que en hospitales se carece de vacunas, medicamentos, equipos, médicos y espacios apropiados, para responder de mejor forma en defensa de la salud y la vida de los mexicanos.
 
Tales escenarios de gastos de campañas partidistas a cuenta del dinero de toda la colectividad, que en lugar de ser utilizados para equipar con tecnología de alto nivel a todos los hospitales del país, conforman parte de nuestra realidad en escenarios electorales, prácticas que también se realizan en etapas de quietud electorera porque los mexicanos también pagamos por vía del gobierno, tanto los salarios como los costos y las instalaciones de todos los partidos políticos, sea en etapa electoral o sin ella, escenarios que resultan un atentado contra el bienestar de la colectividad, sobre todo en tiempos devastadores como los efectos pandémicos por los que hoy atravesamos.
 
De hecho todos los partidos políticos son cómplices entre sí, que pactaron soterradas acuerdos mutuos, para aprobar las leyes en donde se establece que serán los mexicanos, por vía de las autoridades hacendarias, los que financiarán con subsidios permanentes a más de cuotas especiales, las campañas de candidatos en cada etapa electoral, para que incluso ni la propaganda en medios de comunicación como prensa, radio y televisión, provenga del bolsillo de los militantes partidistas, ni mucho menos de los candidatos, sino que todo se ejecute con recursos que conforman parte del subsidio gubernamental e incluso, la propaganda en radio y televisión, se debe realizar libre de costos y a cargo de las radiodifusoras y televisoras.
 

Los locutores y operadores de la radio, con frecuencia reciben reclamos del auditorio por la exagerada difusión de propaganda de partidos políticos y candidatos, incluso muchos apagan su equipo receptor, lo que representa pérdida de auditorio para las radiodifusoras... Muchas son las empresas radiofónicas y televisoras que pierden a clientes comerciales (que sí pagan) todo por el abuso de los partidos políticos y candidatos... Pero no hay de otra porque en lo único que coinciden entre sí los partidos políticos y candidatos, es que el costo de campañas políticas, lo absorban todos los mexicanos, menos los partidos políticos y mucho menos los candidatos... Esa constituye parte de “nuestra vida democrática”, no hay dinero para mejorar los centros hospitalarios, pero sí lo habrá para que los partidos conquisten el sufragio de los electores.
 
Lo que se lee
 
No sería apropiado que, ante el desabasto de oxígeno que ya se ha iniciado en empresas particulares, saturadas por familias demandantes de un elemento imprescindible para salvar vidas, los gobiernos municipales y estatales intervinieran de manera directa, para que los procesos de oxigenoterapia de pacientes en situación de gravedad, no sufran las consecuencias mortales que pudiera ocasionarles la notoria escasez, del ahora más requerido gas por parte de pacientes afectados por el Covid-19.
 

Todo indica que la secuela mortal que origina el coronavirus es la incapacidad del paciente para trasladar el suficiente oxígeno a sus pulmones, por lo mismo, tanto el incremento en el costo como su escasez ya claramente notoria, debería de alguna forma originar la intervención de las autoridades municipales, estatales y federales, para que ningún mexicano, ni en su casa ni en centros de asistencia médica, se vea afectado por no poder adquirir oxígeno, insisto, sea por la causa que fuere.
 
Si se está advirtiendo como creciente dicho problema... ¿Qué se espera para intervenir en alcaldías, gubernaturas y la misma presidencia de la República?
 
Lo que se ve
 

Que por vía telefónica las brigadas de “servidores de la nación” invitarán a los adultos mayores, para que acudan a los centros de vacunación en determinada fecha, pero sobre dicha referencia vale otorgarle atención a diversos escenarios, como el hecho que el adulto mayor no disponga de teléfono o, lo tenga, pero no cuenta con la capacidad auditiva para escuchar la llamada, al tiempo que muchos son los que no tienen posibilidades para trasladarse, sea por incapacidad física o mental, o sea por qué no disponen de recursos económicos para acudir a los centros de vacunación.
 
El panorama en referencia me traslada al pasado, cuando en temporadas de vacunación las brigadas médicas se presentaban casa por casa e incluso, se avisaba a la población la fecha en que se recorrería determinada parte de la ciudad, pueblo o ranchería... ¿Existiría en aquellos días de mi infancia mayor sentido común que el actualmente imperante?
 
Lo que se oye
 

Confrontado con duros desacuerdos e intrincados escenarios frente a la Federación Mexicana de Futbol, derivado de su polémico paso como propietario del equipo Tiburones Rojos de Veracruz, el orizabeño Fidel Kuri Grajales se lanza al ruedo de la contienda preelectoral, en la búsqueda de su nominación como candidato del PRI a la diputación federal por Orizaba, alentado por la idea de triunfar y de polemizar en el Congreso de la Unión en torno a las prácticas sociopolíticas de la Cuarta Transformación...
 
Ya se verá si le alcanza el oxígeno socio-partidista, para recibir la estafeta priista y, ser protagonista en una de las etapas electorales de mayor polémica en la historia de Veracruz y del país... Gracias por la gentileza de su atención.