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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Escuela y pandemia
Alfredo Ríos Hernández
15 de julio de 2021
alcalorpolitico.com
*Unificar criterios
*Más de lo mismos
*Comercio cordobés
 
Resulta asombroso y al mismo tiempo como si surgiera de un mundo de fantasía, el que pese al registro “en cifras oficiales” del más elevado disparo de contagios pandémicos en diversas regiones del país, como lo es el caso oficialmente reconocido en el Estado de Veracruz, con todo y el desplome en las áreas de control para reducir el nivel de contaminación pandémica, desde los espacios palaciegos se escuche a la voz presidencial no anunciando una propuesta, no previendo la posibilidad de nuevas medidas de control, sino ordenando que al inicio del próximo mes de agosto, el retorno a clases presenciales “va en firme”.
 

La determinación constituye una acción de cortes impositivos en rangos gubernamentales, que sobrepasa espacios de concertación y acuerdo, con sectores elementales que nunca (en este tema) deben de ser ignorados, al igual que de la misma forma se anticipa un panorama en escenarios de clara incertidumbre, dado que, si algo debe encontrarse vinculado en tal determinación en este singular tema, lo es de manera contunde el tiempo y las circunstancias... Porque tal parece que no se está evaluando que para la fecha referida (inicios de agosto) apenas nos resta una quincena, dos semanas en las cuales privará uno de los embates de la pandemia que arroja cifras cuantiosas de contagios.
 
Prácticamente y casi el mismo día que el Presidente de México anunciaba sin fanfarreas de por medio el retorno a clases presenciales, en tierras veracruzanas el Gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García Jiménez, declaraba a varios municipios de la Entidad en niveles de alerta, por el preocupante inicio de una “tercera ola” que eleva los niveles de riesgo de contagios en amplias regiones veracruzanas como lo es la zona centro veracruzana, así como otras zonas de la Entidad.
 
Las filas ante los laboratorios de análisis clínicos reaparecieron por doquiera, en el seno de colectivos sociales veracruzanos en los que semanas antes ya habían disminuido, porque el pueblo tiene claro que debe auto protegerse, como reacción de lo que contempla en sus entornos: Pandemia por todos lados, tanto entre las clases del sector popular como entre los niveles de elevado poder adquisitivo.
 

Por lo tanto, si el Gobierno tiene claro que afrontamos una peligrosa “tercera ola” pandémica, no cuadra en nada que en los marcos de dicho panorama en los sectores oficiales se anuncie el reinicio de clases presenciales porque, los niveles de contagios, han decrecido y ya es apropiado retornar a las actividades escolares presenciales, por lo que tenemos que hacer limpieza en escuelas, restaurar los daños causados como resultado del abandono y tener listos a los niños para que transiten por aceras, calles y plazas donde es imposible evitar que también transiten quienes somos portadores del virus.
 
¿Acaso se olvida tan pronto que, al finalizar los cursos del anterior año escolar pasado, muchos de los alumnos que acudieron a clases presenciales fueron contagiados por el virus y que, como es natural, resultaron también contagiados integrantes de su familia?...
 
Siempre se ha sostenido que más vale prevenir que lamentar, pero todo indica lo de siempre: Que la necedad, el protagonismo e interés por el lucimiento de aparentes éxitos, prácticas que forma parte del populismo, conforman escenarios y etapas que estancan e incluso hacen retroceder niveles de bienestar y desarrollo integral de la sociedad.
 

Lo que se lee
 
La reunión del Presidente de México con gobernadores en funciones y gobernadores electos, en la que se hace referencia a los cincuenta municipios en el país que registran mayores niveles de violencia, debería de convertirse en una práctica permanente de cuando menos cada dos meses, en tanto que los niveles delictivos al interior de una entidad, también se encuentran entrelazados (con frecuencia) con otras entidades del entorno, lo que debe dar curso a que esas reuniones presidenciales, permitan tanto a la federación como a los gobiernos estatales, entrelazar programas de acción que favorezcan la disminución de los efectos delictivos, renglón que constituye uno de los más significativos reclamos del pueblo mexicano.
 
La idea es que, con el respaldo de nuevas estrategias y mayor entendimiento, así como operativos entrelazados practicados por entidades y Gobierno Federal, se defina parte de una estrategia bien consolidada y de resultados efectivos, que permita retornar mayor bienestar para la población, al ampliar la tranquilidad y niveles de seguridad... Saludamos las buenas intenciones y esperemos buenos resultados.
 

Lo que se ve
 
Al espanto y la profunda tristeza que surge ante el rescate de cuerpos enterrados por criminales en fosas clandestinas, le prosigue la rabia e indignación de la colectividad, escenarios que nos refieren como un país, no sólo de atraso en su desarrollo integral, sino de la misma forma con un sistema gubernamental que, por años, ha sido incapaz de atender la demanda de seguridad y bienestar, renglones que hoy están, si no igual peor que ayer, lo que obliga a reflexionar que en los ámbitos gubernamentales lo de hoy, pudiera ser lo mismo de ayer, solo con discursos diferentes.
 
Está claro que mientras en México persistan fosas clandestinas, inseguridad y delincuencia por doquiera, ningún anuncio de transformación en marcos gubernamentales tendrá validez como tal, porque ante el colectivo social, habrá de ser simplemente más de lo mismo.
 

Lo que se oye
 
Es tan grave el nivel de contagios pandémicos en tierras veracruzanas, que el sector comercial de Córdoba está solicitando a las autoridades, se extremen las medidas para que todos los cordobeses porten correctamente el cubre-bocas, así como evitar aglomeraciones, solicitud que al provenir de dicha organización interesada en la actividad comercial, apunta por sí misma los niveles de elevada preocupación, que ya privan en el colectivo social de la región central veracruzana, así como de Veracruz en lo general.