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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Gasolina... eterno abuso
Alfredo Ríos Hernández
17 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Cultura anti-pandemia
*Preocupante tolerancia
*Tragedia insuperable
 
Se detecta en diversas partes del territorio mexicano (incluyendo la capital del país) que diversas empresas distribuidoras de gas doméstico, cobran mayor cantidad que el depositado tanto en los tanques estacionarios, como en los tradicionales cilindros domésticos, hechos que al haber sido detectados por los consumidores, han originado reportes dirigidos a las autoridades al igual que a los medios de comunicación.
 

Ante tales referencias de escasa honorabilidad en algunas empresas distribuidoras de gas, se espera que las autoridades de los tres niveles de Gobierno, establezcan un programa permanente y eficiente de supervisión, así como proceder ya no sólo a la aplicación de multas más elevadas ante “el robo” que se comete, sino que toda empresa que sea sorprendida o denunciada por despachar menos producto que el facturado, le sea retirada la autorización para operar de manera definitiva, abriendo la posibilidad para que nuevas empresas realmente honorables instalen sus servicios en dicho ramo.
 
Muchos son los comentarios sobre dichos abusos, mismos que sólo con acciones enérgicas y claramente contundentes podrían frenar su práctica, escenarios en los cuales las autoridades competentes también deberían de aplicar mayor control en torno al cuerpo de inspectores, en tanto que se tienen referencias entre los consumidores, que también en el sector oficial responsable de vigilar el correcto funcionamiento en el comercio del gas doméstico, se registran escenarios de colusión entre quien supervisa y quienes operan las distribuidoras de gas doméstico.
 
Sobre el tema en referencia, circulan comentarios que refieren el ingreso ilícito de millones de pesos anuales, en beneficio de las obscuras prácticas de las empresas distribuidoras que ejecutan tales abusos (porque se debe reconocer que sí existen empresas honorables) por lo mismo, se incrementa el reclamo con la finalidad de que las sanciones no sean la paralización temporal de las empresas coludidas con dichas prácticas, sino que al igual que en el tema de robo en el despacho de gasolina, aparte de las multas respectivas, se cancelen definitivamente la operación de las empresas gaseras o gasolineras involucradas.
 

En opinión del conglomerado social en lo general, todo abuso practicado en la actividad comercial (no sólo en las gasolineras) debe ser sancionado más allá de multas, con la clara advertencia que quien reincida pierda toda posibilidad de operar, al tiempo de también proceder para conformar un cuerpo de inspectores altamente capacitado y singularmente confiable, para que procedan aplicando medidas radicales de saneamiento en la actividad comercial en lo general, procediendo a la cancelación definitiva de toda empresa que falle en las normas establecidas para su correcta operación, en tanto que al no aplicarse “con puntualidad” tales referencias, lo escrito e instruido para la supervisión de tales sectores, es un hecho que se ha convertido en letra muerta.
 
No es nueva la práctica de despechar kilos y litros alterados obviamente siempre hacia la baja, renglón en donde, por su recurrencia, pareciera que no existen supervisiones apropiadas por personal capacitado y preparado no sólo técnicamente, sino de la misma forma o con mayor intensidad en el renglón de honorabilidad, lo que ante los abusos, transforma en culpables tanto al que vende como al que supuestamente supervisa que en las operaciones en referencia se respete la legalidad.
 
Lo que se lee
 

Ya se prevé la posibilidad que en un futuro (podríamos decir que casi inmediato) se establezca como reglamentación obligada en locales comerciales, la instalación de filtros de aire de alta eficacia, lo que indudablemente sería benéfico tanto para los empleados como para los consumidores, dado que los niveles de protección en beneficio de la salud, no sólo deben ser aplicados para afrontar epidemias, sino que deben constituir un hábito de obligada practica para toda la población, formación que debe ser parte de conductas sociales en todos los pueblos del mundo.
 
Está claro y es obligado, que todo conglomerado social debe aprender del terrible y lamentable escenario por el que atravesamos, ante un panorama de riesgo mortal derivado de la contaminación pandémica, escenarios del que es necesario abrevar experiencia, no sólo para fortalecer los sistemas de salud pública tanto en espacios de nuestros entornos, como en lo relativo a tecnología y niveles de capacidad en asistencia médica, agregando que tales instituciones fortalezcan la cultura de la limpieza y la auto-protección, empeños que deben ser encabezados tanto por las instancias gubernamentales, como en escuelas y obviamente al interior de toda familia.
 
La herencia de la pandemia registrada cuando todos pensábamos que estamos a salvo de “nuevas pestes” debe ser aprovechada en el presente y hacia el futuro, lo contrario, el olvido, representaría una aberración.
 

Lo que ve
 
¿Qué es exactamente lo que debería de acontecer en México, para que el número de accidentes en carreteras, en lugar de tender hacia el incremento se lograra su decrecimiento?...
 
Podría pensarse que todo gira en relación al aumento de la población y el incremento de vehículos en circulación, lo que registra cierta lógica, sin embargo, los especialistas en el renglón también consideran que uno de muchos otros factores, lo refiere la velocidad a la que se maneja, sobre todo en lo referente a pesadísimas unidades del transporte de carga, las cuales con frecuencia son causantes de fatales escenarios, muchos de ellos precisamente por fallas mecánicas originadas (en principio) por el peso de lo que transportan, a lo que se agrega yerros de los conductores y fallas de carácter técnico, mismos que ponen en duda la efectividad del mantenimiento.
 

Pero está claro que si no existieran “acuerdos por debajo de la mesa” entre núcleos de transportistas y autoridades de dicho sector, indudablemente que retornaría en los ámbitos del transporte menores posibilidades de tragedias, en las cuales incluso le cuesta la vida a los conductores que operaban las pesadas unidades pese al cansancio, velocidad que combinada con agotamiento, les genera dividendos en sus ingresos, lo que consideran como favorable pese al riesgo que ello representa.
 
¿Hasta cuándo en las carreteras mexicanas privará la sensatez y, obviamente, la correcta aplicación de los mandatos vigentes para ser respetados por conductores y empresas del Transporte, así como por las autoridades del ramo?...
 
Lo que se oye
 

No es correcto el acreditar que huracanes en Veracruz “son pruebas superadas” cuando se registraron muertes y pérdidas irremediables para muchos veracruzanos, cuyas familias aún guardan luto y preocupación, la prueba superada sería cero daños en el marco del colectivo social y ya no se diga en lo referente a pérdidas de vidas.
 
Lo irremediable deja huellas que trastocan la vida de una persona o de una familia, e incluso en espacios del núcleo social y, precisamente las tormentas ciclónicas se caracterizan por sus efectos altamente destructivos, lo cual otorga curso a la tragedia, escenario que deja legados dolorosos con frecuencia difíciles de superar.