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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
EEUU, Canadá y México
Alfredo Ríos Hernández
18 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
*Estímulo para la Cuenca
*Sensación de inseguridad
*Sembrando el desorden
 
Indudablemente que la reunión trilateral entre los gobernantes de Estados Unidos, Canadá y México, debe considerarse como la más sobresaliente que se haya realizada en la historia de los últimos años del México actual, escenario que no ha sido frecuente, pese a la sobresaliente vinculación que priva tanto entre gobiernos, como entre la población de los tres países que conforman el bloque identificado como América del Norte.
 

Hace décadas (en mis tiempos juveniles ya distantes) uno de mis maestros me comentaba que en el núcleo de países de américa del norte del que formamos parte, mucho es lo que nos une y al mismo tiempo mucho lo que nos convierte en “vecinos distantes”... Razón le asistía dado que pese a nuestra cercanía territorial, los desacuerdos en renglones económicos, del medio ambiente e incluso de políticas fronterizas al que se agrega el tema de la migración, han conformado escenarios negativos e incluso barreras para superar diferencias, lo que al final de las décadas (o deberíamos referir: De los siglos) quienes mayormente “hemos perdido” somos precisamente los mexicanos.
 
Y en verdad que está clara nuestra pérdida cuando tenemos claro que tanto Canadá como Estados Unidos, constituyen los dos países con mayores niveles en la calidad de vida, en todo el continente americano, mientras que los mexicanos ya conformamos parte de la economía deficitaria que ha caracterizado a los pueblos latinoamericanos.
 
La realidad es que hoy, millones son los mexicanos que viven en tierras norteamericanas y canadienses, que radican en los dos “gigantes” de América, mexicanos que han logrado transitar casi de la indigencia hacia niveles de prosperidad, superiores a los se registran en millones de mexicanos, para no referir que prácticamente es la mayoría de nuestra población.
 

La reunión trilateral que se realiza entre los tres gobiernos de Norteamérica, debería de convertirse en la apertura de nuevos horizontes, que nos trasladen hacia una real transformación en firme y contundente dirección hacia el desarrollo, al tiempo de dejar atrás el tercermundismo... Por más que se nos insista en los sectores oficialistas que “somos un país en desarrollo” mientras no sumemos esfuerzos y empeños con estadunidenses y canadienses, no lograremos consolidarnos como una nación de mayor solidez financiera, objetivo fundamental que debería tener en su porfolio el Presidente Andrés Manuel López Obrador, el cual se reduce en sumar para crecer y nunca restar.
 
Está claro que si de Norteamérica, México es el país que, con todo y su riqueza terrestre y marítima, refiere significativas diferencias en los renglones de bienestar frente a Canadá y Estados Unidos, tal panorama tiene sus orígenes en que la administración pública de nuestro país, no ha registrado los rangos de eficacia que se requieren para alcanzar mejores niveles de vida en lo general.
 
Es necesario e insoslayable, que en los programas gubernamentales en tierras mexicanas se apliquen las tácticas para impulsar la economía en lo general y, con ello, elevar el nivel de vida de un colectivo social como el mexicano, que por décadas ha buscado alcanzar y consolidar niveles de desarrollo integral, que nos coloquen en rangos semejantes a los que privan en Canadá y Estados Unidos, los dos países con mayores niveles de bienestar, por sobre todos los demás que forman parte del continente americano, entre los que obviamente se encuentra nuestro país.
 

Ya se sabrá en qué medida la reunión tripartita entre los tres países del norte del continente, impactará la economía mexicana, país considerado como el financieramente más endeble del Norte del continente y, a la vez, vecino de una de las fuerzas económicas más destacadas sobre el globo terráqueo.
 
Lo que se lee
 
Escenario apropiado para el comentario lo es el cambio de hábitos en lo relativo a los informes anuales que rinde el Gobernador de Veracruz, evento que el pasado martes se efectuó en el municipio de Tacotalpan, tierras que conforman la amplia región que conforma la Cuenca del Papaloapan, misma que se vio significativamente beneficiada por la derrama económica que ello representó, en tanto que ante los embates de la pandemia, dicha zona podría ser considerada como de las más dañadas en los renglones de actividad turística y de ingresos en lo general.
 

El gesto del Gobernador veracruzano, Cuitláhuac García Jiménez, es reconocido por los habitantes de la Cuenca del Papaloapan, quienes ya esperan que hacia el futuro sean más frecuentes las actividades del Gobierno del Estado escenificadas en esa bella región, si no con la presencia del Gobernador, sí con diversos funcionarios de primer nivel de su gobierno, confiando en que también se pudieran programar en tierras cuenqueñas eventos sobresalientes tanto del Congreso del Estado, como de las diversas Secretarías que forman parte de la estructura gubernamental veracruzana.
 
Es indudable que acciones de tales referencias siempre reactivan la economía en la región donde se efectúen, por lo mismo debe aplaudirse, e incluso estimularse, que funcionarios estatales, incluyendo obviamente al Gobernador, programen giras de trabajo y eventos en lo especial, en las diversas regiones veracruzanas, especialmente en aquellas que están siendo afectadas económicamente de manera más severa.
 
De siempre ha sido registrado que los eventos oficiales con la asistencia de funcionarios de alto nivel, cuando son ejecutados en regiones deprimidas desde el punto de vista comercial y turístico, de alguna forma constituyen la posibilidad de que se registre una reactivación de la economía local e incluso regional, por lo que en tiempos actuales es apreciado en tales espacios que el Gobernador veracruzano, amplíe su actividad con eventos especiales en distintas regiones de la entidad, determinaciones que paralelamente a los beneficios directos e indirectos que económicamente se registren, fortalecen el entusiasmo entre la colectividad para redoblar esfuerzos en la búsqueda de recuperar niveles de bienestar en lo general.
 

Lo que se ve
 
La percepción de quienes integran los mandos policiacos en tierras veracruzanas, es que en Veracruz la actividad delincuencial ha decrecido, calificando que se están recogiendo los frutos derivados de los programas en seguridad, mismos que han sido aplicados en la primera mitad del actual sexenio gubernamental... Paralelamente a ello se refiere sobre el mismo tema, que tales avances tienen su origen en el extenso trabajo aplicado en el transitar de la primera mitad de la actual administración estatal y obviamente federal... Sin embargo, si privan mayores niveles de seguridad en tierras jarochas, por qué entonces “los jarochos” no perciben dichos avances.
 
Lo que es notorio y notable, es que para gran porcentaje de la población, nuestras tierras no constituyen ni en las carreteras, ni en los pueblos y ciudades, espacios donde impere la tranquilidad social y, por el contrario, sí priva el permanente temor de incluso convertirnos en víctimas de las actividades delincuenciales.
 

Preciso es referir que uno de los temas que no son fáciles de aderezarlos con simples argumentaciones tranquilizadoras, es precisamente el relacionado con la sensación de inseguridad que priva entre la colectividad, escenarios que forman parte de lo cotidiano en tierras veracruzanas, pero si en verdad vamos hacia la ruta correcta para rescatar la tranquilidad social, habremos de aplaudirlo cuando tales expresiones se conviertan en realidad.
 
Lo que se oye
 
Hace unos días, integrantes del sector militar detectaron un aserradero clandestino, en el cual procesaban la madera cuyos orígenes provienen de la región veracruzana de las altas montañas, el hecho obviamente es aplaudible, pero lo claramente notable sería, que la explotación irracional en las serranías veracruzanas registrarán un contundente y efectivo “hasta aquí”... “Ni un árbol más será derribado”.
 

Décadas (¿o ya serán siglos?) han transcurrido aplicándose “desmontes” y practicándose la deforestación, sin que advirtamos la eficacia real y permanente para frenar tales prácticas, mismas que están acelerando el cambio climático y que, de hecho, constituyen la ruta hacia la más preocupante destrucción de lo que fuera nuestra inmensa riqueza forestal.
 
En tales renglones persiste la urgencia de “sembrar vida”, pero para ello se requiere sembrar el orden y aplicar la Ley a quien persista en el ramo forestal en sembrar el desorden.