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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Aprender del pasado
Alfredo Ríos Hernández
22 de noviembre de 2021
alcalorpolitico.com
*¿Más de lo mismo?
*El pueblo hace obras
*Cuidado con el oleaje
 
No se encuentra borrada de la historia ni en la memoria colectiva de los mexicanos, las difíciles etapas económicas que se transitaron en el transcurso de varios sexenios presidenciales, ello originado por una prolongada cadena de agudas temporadas de bajos niveles en productividad, que incluso demeritaron el valor de la nuestra moneda, misma que frente al dólar alcanzó cifras inimaginables, llegando incluso a depreciarse la economía mexicana en porcentajes nunca antes registrados en la historia de nuestro país, niveles que se agudizaron precisamente en el sexenio del Presidente Miguel de la Madrid y que, posteriormente tendió hacia una mayor estabilidad en las administraciones de los presidentes Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo Ponce de León y Vicente Fox Quesada.
 

La realidad es que sobre el México de las últimas décadas, no podríamos realmente presumir de una economía floreciente e incluso, miles de millones de pesos de empresas que conformaban parte del patrimonio nacional, como lo fueron Ferrocarriles Nacionales, Teléfonos de México, Altos Hornos de México, Banco Mercantil de México, BANPAIS, Banca Cremi, Banca Confía, Banco de Oriente, Banamex, Bancomer, BCH, Banca Serfin, Comermex, Somex, Banco del Atlántico, Banca Promex, Banoro, Banorte, Banco Internacional y Banco del Centro, así como también fue desfigurado BanRural, y las empresas Sosa Texcoco, Forjamex, Dirona, Calmex, Anagsa, Dina, determinaciones a las que se agregaban a la vendimia varios aeropuertos, una fábrica de carros de ferrocarril y todo lo que se les ocurriera vender que formaba parte del patrimonio del pueblo mexicano, pero que obviamente se vendió sin consultar a la población, misma que se encontraba representa en un Congreso de la Unión, “que como siempre aplaude los mandatos y ocurrencias presidenciales”.
 
Los apuntes en referencia resultan apropiados para insistir en un escenario gubernamental, que nunca ha sido conveniente para el bien del país el que actúe de la mano tanto del Poder Legislativo como del Poder Judicial, enmarcados en los mismos intereses que caracterizan tradicionalmente a los núcleos de la llama “mafia del poder” porque con tales características es como se otorga vida precisamente “a la antidemocracia”, concebido como el entrelazamiento de intereses de “núcleos de poder” y no de células independiente y por lógica autónoma una de la otra, no sólo en lo referente a colores partidistas y renglones empresariales, sino en lo relativo a que la voz y determinaciones del Congreso debe ser plural e independiente, tanto en su integración como en su actuar, escenario que no ha sido recurrente en tierras mexicanas.
 
Los frecuentes e incluso tradicionales desvíos en las prácticas de las instancias gubernamentales (alcaldes, legisladores, gobernadores y Presidente de las República) mismos que se registran por decisiones más de conveniencia particular, o de núcleos de poder, decisiones gubernamentales que se han practicado en el país entre cuerpos legislativos y gobernantes, en las últimas décadas (salvo muy escasas ocasiones) han beneficiado en mayor forma a los poderosos tanto financieramente como desde las perspectivas políticas, escenarios repetitivos de gobierno tras gobierno, cuyas secuelas obscurantistas que han dañado el bienestar de las mayorías y claramente refieren múltiples beneficios para las minorías.
 

La colectividad en tierras mexicanas tiene claro que “la mafia del poder” es integrada por quienes han sido o son funcionarios públicos, en clara combinación o contubernio (como Usted guste llamarle) con empresarios que incluso llegan a operar en espacios transnacionales, sin ignorar a implicados de menores dimensiones que operan en ámbitos de mediano nivel, pero tanto “los gigantes” como los de “peso medio”, conforman núcleos financieros cuyos orígenes (en parte) son el resultado precisamente de dicha escenografía negativa, la misma que despojó al pueblo de México de las empresas referidas líneas arriba y que, por más que se disimule en los ahora afamados espacios transformadores del México actual, siguen formando parte de núcleos dominantes, no sólo en el marco financiero, sino también en el social e incluso el gubernamental... Me comentaba hace unos días un “viejo lobo de mar”... Tanto o más que tiburones en los oceános, existen trepadores en la política mexicana y... Claro e indudablemente que le asiste la razón.
 
Lo que se lee
 
Siempre existe el que entre los resultados de las protestas ciudadanas, resulten severamente dañadas instalaciones de servicios públicos, como acaba de acontecer en el municipio de Omealca, espacios en los cuales un grupo de comuneros originarios de la comunidad identificada como “La Cruz Tejeda”, indignados y enfurecidos por una violenta intervención policiaca en dicha comunidad, decidieron causar severos daños a las instalaciones de las oficinas donde despacha el Presidente Municipal, escenario en el cual fue objeto de violencia un integrante de la policía local.
 

Los hechos en referencia, son indicadores de que aquel “México bárbaro” del que se hablaba hace décadas, sigue constituyendo una realidad, en la que la violencia se sobrepone a las alternativas de diálogo y búsqueda de acuerdos, tanto por parte de los ciudadanos que elevan su inconformidad, como por parte de las autoridades, que con recurrencia se encuentran habituadas a la cerrazón, sin la menor disposición de conducir los hechos hacia la vía del entendimiento.
 
Los escenarios del tradicional “México Bárbaro” siguen formando parte del panorama nacional y obviamente veracruzano, referencias que al igual que en el pasado, hoy se repiten en los marcos de la Cuarta Transformación.
 
Lo que se ve
 

Increíble que en la Capital del Estado veracruzano, un grupo de vecinos de la “Colonia 21 de Marzo” se pusieran de acuerdo para juntar recursos e incluso fuerza de trabajo, con la finalidad de acondicionar sus vías de comunicación, ello ante la mirada “¿indiferente?” tanto de las autoridades municipales como de las estatales y, ya no digamos del Congreso del Estado que despacha en la misma ciudad en la que se presentan tales escenarios.
 
Y no es que nos mostremos contrarios a la participación ciudadana con la finalidad de remediar deficiencias urbanas, sino que lo criticable e incomprensible es que en el centro de la actividad gubernamental de tierras veracruzanas, se susciten tales escenarios que, por sí mismos, refieren el distanciamiento que persiste entre gobernantes y gobernados, en tales dimensiones que el pueblo decide asumir responsabilidades, mismas que definitivamente forman parte de quienes despachan tanto en el Palacio Municipal, como en centro del poder gubernamental estatal.
 
Escenarios como los referidos, no hablan tanto de la capacidad de aportación de los ciudadanos hacia el desarrollo urbano, sino que más bien refieren las deficiencias que se reflejan tanto en el Palacio Municipal, como en los espacios vinculados con obras y servicios del Gobierno del Estado de Veracruz... ¿O existe error en la apreciación?
 

Lo que se oye
 
Ya se advierten en diversas regiones del continente Europeo los peligrosos rebrotes de los efectos pandémicos, tales referencias deberían de estar muy presentes en el continente americano (incluyendo a México) en tanto que en últimas fechas pareciera que se intenta reabrir del todo la actividad empresarial en lo general (en todos los ramos) tal y como ya se está procediendo en el sector escolar, confiando en que el número de mexicanos vacunados , es más que suficiente para calcular que no sobrevendrán mayores rebrotes y los peligrosos “oleajes”.
 
Es precisamente la confianza en el concepto de “prueba superada” lo que menos se debe practicar en el tema de la pandemia, por lo que inapropiado resultaría que en México se “echen las campanas al vuelo”, dado que se deben mantener los niveles apropiados en el renglón de restricciones, para prevenir y en especial “evitar” que en nuestro territorio sobrevengan nuevos impactos contaminantes que incremente los espacios de angustia y duelo... Siempre se ha sostenido que es mejor el prevenir que lamentar.