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Columnas y artículos de opinión
Causas y efectos
Violencia anula bienestar
Alfredo Ríos Hernández
25 de enero de 2022
alcalorpolitico.com
*Incertidumbre pandémica
*Estancada productividad
*Reducir partidos políticos
 
Cuando se afrontan escenarios de un secuestro o lo que se identifica como la desaparición súbita de familiares o amistades, que pudieran registrar relación con factibles secuestros, levantones o incluso asesinatos, los expertos sobre reacciones lógicas y naturales en torno a tales hechos, refieren que dichos delitos originan entre la familia e incluso amistades, numerosos efectos desestabilizadores en todos los sentidos, incluyendo el drama entre la esperanza y el duelo, entre la ilusión y la desesperación, tendencia negativas que no desparecen y que por lo mismo constituyen uno de los panoramas que mayor indignación genera al interior del colectivo social.
 

Así las cosas, si en el México actual tales escenarios persisten de norte a sur de la república, por obviedad se debe tener claro que en materia de tranquilidad social y bienestar nos encontramos limitados, porque las desapariciones forzadas de personas, conforman los reflejos directos más representativos de tareas gubernamentales fallidas, en tanto que cultiva la sensación del desamparo del gobierno ante la actividad de grupos delictivos, que de manera recurrente ejecutan actos de violencia incluyendo asesinatos, levantones, secuestros y las terribles desapariciones.
 
Ningún alcalde, gobernador o presidente de la república, puede catalogarse como de real efectividad en beneficio del pueblo al que gobierna, si los hechos de violencia como los ya referidos líneas arriba, forman escenarios cotidianos al interior del tejido social, cuyas negativas secuelas invariablemente lastimarán por siempre a todos los núcleos sociales donde se registren.
 
De la misma forma debe quedarnos claro que la presencia de esos terribles escenarios, invariablemente constituyen testimonios tanto al interior del país donde se registran, como en los marcos de los escenarios internacionales, de que en dichas naciones privan niveles de peligrosidad de elevado impacto, lo que por un lado afecta negativamente la posibilidad de mayores inversiones provenientes del exterior, agregando que tal desprestigio lacera agudamente la industria turística que (insistimos) conforma uno de los renglones más preciados para la economía.
 

Nadie puede sostener en México que el renglón de inseguridad constituye una prueba superada, lo que por razón lógica desdora tanto la imagen gubernamental, como las posibilidades de un desarrollo económico más dinámico, que permita acrecentar los pilares de una mayor cimentación en torno al bienestar.
 
Lo que se lee
 
En todos los pueblos del mundo persisten tanto dudas como esperanzas de que Ómicron, sea en definitiva la última variante del coronavirus que siembra tinieblas sobre la humanidad, pese a que sus efectos en pacientes han resultado de menores riesgos que las anteriores variantes (lo que no quiere decir que no genere mortandad) pero pocas esperanzas privan en el sentido de que pudiera ser la última, o que de existir posteriormente otras más, resulten de menor riesgo para quienes sean contaminados.
 

Sin embargo, ninguno de los expertos en el tema apuesta hacia tales referencias, lo que (por el momento) convierte a dichas tesis más apegadas a una esperanza que a una evaluación sustentada en la realidad, dado el desconocimiento que aún priva sobre las reacciones que pudiera registrar, una de las pandemias mayormente mortíferas en la historia de la humanidad, escenarios de terror que se han registrado, pese a los sobresalientes avances que se alcanzados en los espacios de la ciencia médica, así como la paralela producción de medicamentos.
 
Lo que se ve
 
Los asesinatos contra periodistas constituyen un claro reflejo de la aguda descomposición que priva en el territorio mexicano, escenarios que por sus dimensiones y características reflejan en el mundo la clara descomposición social, que otorga curso a los crecientes índices de violencia y, paralelamente a ello, los marcos delincuenciales dejan en claro los altos niveles de incompetencia de las autoridades para salvaguardan el orden, la paz y obviamente los apropiados ámbitos de seguridad y tranquilidad social que deben privar, no sólo si queremos vivir distantes de la zozobra y la angustia, sino también con la posibilidad de que alcancemos mayores impulsos en materia de inversión (tanto nacional como provenientes de otros países) que nos permitan superar la aguda carencia de plazas laborales suficientes, eficientes y productivas, todo ello en beneficio de quienes invierten, al igual que para quien trabaja y obviamente con impactos de mejoría hacia los ingresos de niveles gubernamentales, que a su vez fortalecerán con obras y servicios la calidad de vida de todos los mexicanos.
 

Mientras tanto, lo emergente no sólo es contener la pandemia, sino de igual manera reducir los niveles delictivos, de lo contrario seguiremos atorados en deficiente productividad e insuficientes fuentes laborales, agregando a ello el terrorismo fomentado por los siempre nocivos niveles de inseguridad.
 
Lo que se oye
 
Cuatro nuevos partidos políticos creados en tierras veracruzanos (“Unidad Ciudadana”, “Todos por Veracruz”, “Podemos”, “Cardenista”) perdieron su registro ante el escaso número de votos registrados a su favor en pasados comicios, lo que confirma que muchos son los organismos partidistas que han sido creados sin la menor simpatía por parte del electorado, referencias que por sí mismo apuntan que en México deberían formalizarse mayores requisitos no sólo para integrar partidos políticos, sino de la misma forma para que sea ratificada su permanencia.