1.- Los admiradores de la democracia francesa no cesan de repetir que lo que sucedió allá, debe suceder aquí.
 
Es decir, si para las elecciones federales del 2018 hubiera muchos candidatos, la segunda vuelta sería la panacea. Es decir, resolvería muchos problemas.
 
Esto suponen, pero México no es Francia, ni allá tienen una ley electoral plagada de intereses partidistas como la que usamos aquí, que hoy, a algunos años de distancia, lo reconocen sus impulsores que ahora, precisamente, han vuelto a la cargada con su “proyecto de iniciativa de ley para una segunda vuelta”.
 

Y en su descargo, argumentan que ahora “todavía hay tiempo” para una reforma constitucional que no tendría la camisa de fuerza que se le echa encima a cualquier reforma de ley secundaria, como es precisamente alguna presunta reforma electoral.
 
2.- Como algunos saben, la segunda vuelta se aplica únicamente para los candidatos que figuren en los lugres uno y dos de los resultados, en el entendido que la distancia en votos no implique una votación avasallante del primero al segundo lugar que incluso, gane con más del cincuenta y uno por ciento de la votación en cuyo caso, la segunda vuelta sería ociosa.
 
Pero aquí, con una ley electoral que permite tanto suelo disparejo y abusos de abusivos, como el MALO, por ejemplo, que se apodera de todos los spots de radio y televisión en su favor y poco para el partido de su propiedad, y aparece en ellos con su lengua suelta, criticando a todos menos a él y su claque, y no se iría muy lejos. Y esto sería así porque una vez realizada la elección y recuento de votos, en seguida viene la descalificación al proceso electoral y la interposición de recursos bajo cualquier pretexto.
 

Y por supuesto el tortuguismo en la resolución de las quejas, haría casi imposible que a los diez o quince días siguientes a la elección, se llevara a cabo la segunda vuelta.
 
3.- Dicho de otra manera: Acostumbrados como estamos al chantaje legislativo de los partidos <<si me das algo te apruebo alguna iniciativa>>, suena a casi imposible siquiera que el tema se toque en algún período extraordinario u ordinario.
 
Las elecciones recientes han dejado mucho encono y coraje, y lo que no se ha ganado en las urnas, se pretende hacerlo en tribunales.
 

Lo menos que han reclamado <<extrañamente>> el PAN y Morena, es la nulidad de las elecciones en el Estado de México y Coahuila, entidades en las que por cierto, no ganaron.
 
Porque en Nayarit y Veracruz, no han hecho olas. Por el contrario, se han subido a ellas y han surfeado plácidamente.
 
¿Y con esta democracia interesada y chantajista se pretende instaurar la Segunda Vuelta?
 

Y por cierto, ¿quién o quiénes la impulsan? Adivinó: Los que no ganaron las elecciones importantes porque, Veracruz con sus municipales y el crédito político que representa ganarlas, no es lo mismo que una gubernatura.
 
P.D.- Allá, en la lejana Rusia, ¿cómo le irá a los tricolores ante Ronaldo y Portugal?