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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Pagarles a noventa mil seis
Miguel Molina
21 de junio de 2018
alcalorpolitico.com
Primero la mala noticia: no hay dinero para pagar a todos los pensionados de Veracruz, y menos a quienes están tramitando su jubilación. Luego, la peor: parece que hubo dinero, pero quién sabe dónde está, porque el director del Instituto de Pensiones asegura que la secretaría de Finanzas no le ha dado a la institución lo que le corresponde.
 
Es un espectáculo triste. Casi tan triste como el que vimos en diciembre de hace tres años, cuando el secretario de Gobierno Flavino Díaz usó la fuerza pública para desalojar a quienes llevaban cuatro días reclamando sus derechos y su dinero. Ahora escuchamos la lógica de que sólo se les debe a "seis personas del Poder Judicial" que hicieron un escándalo mediático para que les paguen. Les deben, y el IPE tiene la obligación de pagarles a todos: a los seis y a los noventa mil. Su derecho es el mismo.
 
Una pensión no es una dádiva del gobierno – de ningún gobierno – sino producto de las aportaciones de los trabajadores (y de los complementos que pagaron sus patrones) durante toda una vida productiva. Lo que se les debe a los jubilados de antes, de ahora y de mañana no es un retroactivo. Retroactivo, según la ley, es crear hoy una obligación o un derecho que se pueda aplicar en el pasado. Y aquí no se ha creado ninguna ley.
 

Al contrario. Los irresponsables que cobran en el Congreso de Veracruz como si fueran diputados no tienen interés en resolver el problema. La prensa informa que el martes no se discutió el tema ni se aprobó nada porque los integrantes de las comisiones de Seguridad Social y de Trabajo y Previsión Social no fueron. De seis diputados sólo llegaron dos.
 
Los panistas Rodrigo García Escalante, Mariana Dunyaska García Rojas y Hugo González Saavedra no tuvieron tiempo de asistir a la sesión. Tampoco pudo ir el priista Juan Manuel del Castillo González. Pero todos ellos cobraron sus dietas, sus privilegios y sus bonos. Los únicos que estuvieron en cumplimiento de su responsabilidad y se quedaron esperando a los demás fueron los diputados de Morena Roberto Zanyazen Escobar García y Rodolfo Corpi Lara.
 
Nadie piensa ya que "es necesaria la inmediata creación de un nuevo sistema de Seguridad Social en el estado, un nuevo esquema de financiamiento de las pensiones, un nuevo IPE que resuelva el problema", como declaró solemnemente hace apenas dos años el investigador de la Universidad Veracruzana Hilario Barcelata Chávez, quien hoy no dice mucho pero es director del instituto.
 

El gobierno de Veracruz (no el de Fidel Herrera Beltrán ni el de Javier Duarte) les debe a los derechohabientes más de seis mil millones de pesos que alguien se llevó poco a poco. Pero nadie puede hacer nada. Ni el gobierno que ofreció seguridad y progreso porque sabía cómo hacer las cosas, ni el burócrata que como académico publicó innumerables datos sobre los malos manejos del IPE y ahora trabaja con quienes señaló como responsables del brutal robo de las pensiones de los veracruzanos. A nadie le han pedido cuentas de lo que se perdió.
 
Cuando terminó el interminable año fiscal de 2016, había poco más de ciento veintiséis mil derechohabientes en la nómina del IPE. Más de noventa y seis mil eran trabajadores activos que aportaban cuotas, y veintinueve mil eran jubilados que recibían pensiones de retiro.
 
Todos corrían el riesgo de que un mal día les dijeran que lo que pagaron durante años desapareció – en dos sexenios – en un agujero negro que los contadores no pueden o no quieren explicar. Ya llegó ese día.
 

El breve gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares no tenía ni trabajó en ningún plan de contingencia para hacer frente a este problema que terminará por afectar a trabajadores de antes, de ahora y de después.
 
En México – como en Veracruz – todavía no se han dado cuenta del tamaño del cambio que viene, y de que los aprendices de brujos que gobiernan al país y al estado están jugando con cosas que tampoco tienen repuesto. Quedan menos de diez días para que todos comprendan... Y voten.
 
De hipocresías y derechos humanos
 

Esta semana Estados Unidos anunció que se retira del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Según la representante de Washington Nikki Haley, su país no puede seguir siendo parte de un organismo hipócrita que se burla de los derechos humanos.
 
Creo que se equivocó. Un país hipócrita que se burla de los derechos humanos no puede ser parte de un organismo que tiene autoridad moral y usa el diálogo, la negociación y el entendimiento para resolver las vainas de este mundo. El gobierno de Donald Trump prefirió abandonar el terreno de las ideas y los argumentos para seguir el camino de la bravuconada y la fanfarronería.
 
Haley se fue a su oficina. En la frontera de su país con el nuestro hay miles de niños en jaulas, separados de sus padres. Lejos, del otro lado del mundo, Kim Jong-un releía los elogios de Donald Trump, y más allá Vladimir Putin sonreía, sin duda. Estados Unidos se está quedando solo. Pobre país, tan lejos de dios y tan cerca de sí mismo...