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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Habría que ver
Miguel Molina
4 de julio de 2019
alcalorpolitico.com
De lo que se entera uno, distraído por la canícula: en Veracruz hay nueve partidos registrados y quince organizaciones políticas – bueno, es un decir – que buscan registro para presentarse en las elecciones locales del año que viene. Hay quienes piensan que la proliferación de agrupaciones es buena para el ejercicio de la democracia. Hay otros que no.
 
Ahí vienen Podemos, Fénix, Vía Veracruzana, Partido Campesino y Popular, Partido México Blanco, Cambio, Partido Cardenista, Movimiento Veracruzano Intercultural, Todos por Veracruz, Vox Veracruz, Partido Encuentro Veracruzano, Partido Político Destino, Acción Pro México, Unidad Ciudadana y Democracia Digital, Transparencia y Pluralidad.
 
Muchas de las figuras detrás de estos aspirantes a partidos fueron priistas (tal vez porque, como decía el último panista ilustre Carlos Castillo Peraza, todos los políticos mexicanos llevan un pequeño priista dentro), y algunos de esos grupos ya son conocidos desde hace rato. Otros no tanto, al grado de que ni siquiera tienen presencia en la internet, aunque eso es lo de menos porque tal vez sólo significa que no han llegado al siglo XXI.
 

Lo interesante es que si les dan registro se convertirán en entidades de interés público para "promover la participación del pueblo en la vida democrática", como establece el código electoral, "en la vida política del estado, de las mujeres, jóvenes, adultos mayores, indígenas, ciudadanos con discapacidad y grupos vulnerables" que el legislador no explica. Y a cambio recibirán fondos públicos.
 
Habrá que ver qué hicieron, qué están haciendo, qué piensan hacer para mostrar de qué están hechos – válgase la filigrana –, porque los que hay costarán este año a los veracruzanos trescientos treinta y dos millones de pesos, millones más o menos, según el número de votos que obtuvieron en las elecciones.
 
En Veracruz, a Morena, por ejemplo, le tocan casi diez millones de pesos cada mes. Al Partido Acción Nacional, siete millones y centavos. Al Partido Revolucionario Institucional, poco más de cuatro. Y así. Alguien con mejor memoria y más tiempo tendrá que buscar – y encontrar, si puede – señales de las actividades de los partidos para alentar los veracruzanos a tomar una parte activa en la vida política del estado.
 

Si acaso, puede haber habido asambleas, reuniones y comidas donde el líder predicó a los conversos, conferencias ocasionales y publicaciones infrecuentes o inexistentes. La gente – usted, yo, nosotros – no va a esas cosas. Los partidos representan a una sociedad con la que no han hablado, a la que no han escuchado y quizá ni conocen, pero es importante durante las campañas porque los votos significan dinero.
 
Resultaría interesante y valioso ver una conversación – no un debate, que es otro asunto – en la que los dirigentes, o quienes los representen, hablen sobre la importancia de los partidos políticos en nuestro tiempo, marcado por la violencia y la apatía, la incertidumbre y la desinformación y la desconfianza y la división que se ahonda entre ellos y nosotros. Que digan por qué tendría uno que confiar en ellos, y expliquen qué quieren hacer y cómo piensan hacerlo.
 
Habría que ver quién se echa el tiro. También habría que ver si les interesa a los partidos y a las organizaciones que quieren ser partidos. Sobre todo, habría que ver el interés público de los veracruzanos – que van a pagar el ejercicio – en los partidos.
 

Turismo a puños
 
La buena noticia es que al parecer el turismo internacional aumentó trescientos treinta y uno por ciento en Veracruz. Lo que no sabemos es trescientos treinta y uno por ciento de cuánto, ni sabemos cuándo se registró ese aumento.
 
No todos están de acuerdo con los cálculos oficiales. Por ejemplo, Sergio Lois Heredia, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles en Veracruz y Boca del Río, quien declaró que no hay turistas extranjeros "porque no tenemos promoción turística en el extranjero". Alguien está profundamente equivocado.
 

Cualquiera iría y haría una campaña para que la gente venga de otro país a visitarnos, pese a lo que ya sabemos y tememos. Pero tampoco se puede. Si la secretaria de Turismo fuera al extranjero a promover Veracruz, saltarían los expertos de internet. Estallarían los que creen que saben que es inútil ir al extranjero a promover el turismo hacia Veracruz. Para qué iba uno a querer más día de fiesta. Así no se puede. Nadie es turista en su tierra.