1.- Tarde, pero Evo Morales reconoció que lo superó la realidad. Reelección tras relección no es bueno para ninguna democracia en el mundo, por muy buen trabajo que realice un presidente de una república democrática.
 
El pueblo pone; el pueblo quita. Y a pesar de las resistencias del ahora expresidente de Bolivia, ahora el pueblo lo quitó y Evo, para sanar heridas abiertas en el pueblo boliviano, ha emprendido el exilio; para que el tiempo pase.
 
Y por supuesto que nuestro país, a través de sus autoridades, se ha puesto en la mejor disposición de recibir a los ahora ex funcionarios del gobierno de don Evo, que primero repudió el fraude; fraude que no fue curado con la repetición de elección alguna; al pueblo prefirió echarlo de plano del gobierno.
 

Es el destino de todas las dictaduras, aunque se disfracen de elecciones.
 
Toda constitución, así se trate del país más modesto, debe respetarse.
 
Debe respetarse en toda acción y en todo acto de autoridad.
 

2.- El problema de la elección del presidente [a] de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, debe corregirse donde se originó: En el Senado de la República; en ninguna otra arena política: En el senado de la república.
 
Dividir es muy sencillo; muy fácil. Reconciliar y reencontrar la armonía, muy difícil. Estamos a tiempo, senador Ricardo Monreal Ávila: Usted tiene fama de conciliador y demócrata.
 
Demuéstrelo ahora antes que más tarde.
 

3.- Los líderes del CDE del PRI deambulan por la geografía del estado; pero tal parece que se esconden para actuar. Deben hacerlo a cielo abierto, para que toda la sociedad los vea y juzgue lo que hacen.
 
Dele la cara a los electores, nada les cuesta y más si se trata de fabricar liderazgos regionales.