1.- En tratándose de votos, el Arsenal de Francisco Garfias, suma y dice: Que si le sumamos a la suplente de Eduardo Medina Mora, [se refiere a los votos que los Ministros de la SCJN tendrían que emitir una vez que haya sucesor del asiento de EMM] que está por elegirse con la mayoría obradorista, tendrían los números para bloquear cualquier acción de inconstitucionalidad contra la Ley Bonilla.
 
Los riesgos de que esto suceda los expuso Cuauhtémoc Cárdenas, en la entrevista que ayer [antier] le hizo Ciro Gómez Leyva. “Si la Corte aprobara la prolongación a cinco años (del mandato a Bonilla) estaría dejando abierto a que cualquier legislatura local o la federal alargara o acortara los periodos para los que se eligió a un funcionario. Es una elección por dos años, no debe ser ni un minuto más. Esperemos que no vaya a fallar equivocadamente. Se acabaría uno de los poderes que es el Judicial”, alertó el ingeniero.
 
Nos dio gusto ver a Cárdenas [señaló Garfias] en pie de lucha contra la inconstitucional Ley Bonilla, junto con el ex gobernador del PAN Ernesto Ruffo. ¿Embrión de algo?
 

Lo que sea que suene porque habrá tiempo para hacer conjeturas; sumas, restas y lo que se ofrezca.
 
Hay tiempo para todo ahora que el T-MEC está a todo lo da…
 
2.- Es inevitable darnos cuenta de lo que suceda aquí, en el centro político de Veracruz y comentar sobre ello: ahora que la Comisión Nacional de Honestidad [¿?] y Justicia del Partido Movimiento de Regeneración Nacional, también conocido como Morena, dejó caer la guillotina y expulsó de ese partido a los diputados locales José Magdaleno Rosales Torres, Augusto Nahúm Álvarez Pellico y Jessica Ramírez Cisneros.
 

El expedientillo en que se glosa la resolución alude a quejas contra los legisladores rejegos “por transgredir las normas y lineamientos del partido”, que en realidad se tradujeron en el ánimo de los ex morenos de zafarse de candados y cadenas para expresarse en el Congreso del Estado.
 
Eso y tirar polvo con agua a la labor de algunos funcionarios del estado, orilló a la Comisión para “echarlos del paraíso” guinda y dejarlos en libertad de integrar su propio grupo legislativo, que de eso andaban en busca.
 
3.- La iniciativa de la familia de la Comunidad LeBarón ante autoridades de USA, ha brincado más allá de lo que al principio parecía, ya que han urgido al Departamento de Estado del gobierno de la Casa Blanca para etiquetar a los cárteles de la droga, mexicanos, como Organizaciones Terroristas.
 

Es obvio que el presidente AMLO está contra esa presunta medida. Ha dicho que no somos “vende patrias”
 
Una declaratoria de esa medida traería serias consecuencias contra nuestro país; implicaría, prácticamente, acciones intervencionistas: se meterían congelando cuentas de mexicanos, allá y acá de este lado bajo el escudo de “haber perdido el control”.
 
Y, además, miembros de fuerzas armadas de USA andarían acá, de este lado, blandiendo armas y acero bajo la bandera de las Organizaciones terroristas, y tienen leyes vigentes allá para aplicarlas acá. Para impedir esto, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador debe hablarle con la verdad a los mexicanos: sin cuentos ni chascarrillos. Es tiempo ahora, presidente AMLO de que justifique esa confianza que le dieron los millones de votos de mexicanos.
 

Es ahora.