22 de agosto de 2025
alcalorpolitico.com
Tras mil 600 millones de pesos pésimamente invertidos en hacer un nuevo estadio Pirata Fuente el tiempo pasa y todo lo que rodea a esa obra sigue en la opacidad e impunidad.
Esa impunidad, que se replica para otras obras y acciones del gobierno pasado, hacen decir a los veracruzanos que ningún funcionario de los que rodearon a Cuitláhuac García será tocado -como se creyó al inicio de la actual administración- pese a que a la gobernadora Rocío Nahle no le faltarían ganas de encarcelar a uno que otro.
Lo realizado con el estadio es una burla y un insulto a los veracruzanos.
Para empezar, no era necesario tirarlo y hacer uno nuevo, pues especialistas en construcción señalan que bastaba una remodelación en la que se hubiera gastado mucho menos.
¿Por qué decidieron hacer uno nuevo?, conociendo la forma de actuar de esos exfuncionarios puede suponerse que lo hicieron para gastar lo más que se pudiera y obtener una mayor tajada.
Con esa abultada cantidad de dinero pudieron entregar un estadio muy cómodo y moderno, pero no, le dieron a los veracruzanos uno que el mismo pueblo califica como una porquería.
Con su inauguración quedó a la vista que hay gradas muy angostas con pasillos peligrosos para caminar, que la iluminación es mala, que los baños tienen filtraciones, que la torre de palcos tapa la visibilidad, que el pasto de la cancha no sirve, que no están completos los vestidores y que ni siquiera supieron cuántos asientos deben tener los lugares destinados a entrenadores, asistentes y futbolistas en la banca.
Por eso ya fue advertido que, así como está, no sirve para ser un estadio en el que se jueguen partidos de la Liga MX, es decir, el dinero gastado, hasta el día de hoy, sería un dinero tirado a la basura.
En otras palabras, mil 600 millones de pesos para una obra muy fifí, en un gobierno que se supone tiene como prioridad a los pobres, que además fue pésimamente realizada.
Y lo referente a los contratos para las obras y el comodato para uso y explotación del estadio también están en sintonía con la opacidad.
Una reciente información de Proceso señala que en la construcción y comodato salen a relucir los nombres de Manuel Guerra Mabarak, Fernando Padilla y Bernardo Pasquel, los primeros, amigos de Andy López Beltrán y Adán Augusto López, respectivamente.
La cuestión es que hay un estadio mal hecho, con evidente dinero público desperdiciado y que, pese a ser nuevo, necesita de reparaciones.
Y el tiempo pasa y no se ve que alguien vaya a pagar por lo mal que se hizo esta obra que, sin pudor, presumen el ahora diputado federal Zenyazen Escobar y el exsecretario de Finanzas, José Lima Franco, quien cada vez queda más exhibido en su labor como titular de la Sefiplan y ahora se entiende por qué no pudo repetir como secretario y la razón por la que no le dieron la candidatura de Morena a la presidencia de Poza Rica.
Pero nadie de quienes intervinieron en la construcción y en la aportación de recursos ha sido tocado. La Gobernadora decidió que se hagan las reparaciones y adecuaciones necesarias, pero sin exigir cuentas.
Además, hay un comodato otorgado que establece que en el nuevo estadio debe jugar un equipo en al menos la Liga de Expansión, lo que antes era Primera A, con el compromiso de que después ascienda (¿dentro de medio siglo?) a la Liga MX, pero en eso también han fallado porque se toparon con pared y en esta temporada no pudieron lograr comprar una franquicia.
Tal vez creyeron que eso sería fácil, como tener un equipo profesional de beisbol, pero ya vieron que los intereses en el futbol son de otro nivel. ¿Qué pasará con el comodato si en la siguiente temporada tampoco pueden conseguir una franquicia?
En fin, lo que hicieron con el estadio es claro que a Rocío Nahle le serviría para dar un castigo a algunos que hicieron un gran negocio, pero también es claro que desde muy arriba se lo impiden, por lo que la impunidad es lo que prevalece.
¿Y alguien sabe si algún día será terminado el llamado Nido del Halcón?, otra obra que no pudo terminar el peor gobernador de Veracruz y que de plano se negó a recibir la Gobernadora hasta que esté totalmente concluida y aclarado lo del dinero invertido, algo así como 700 millones de pesos y que también fue dada en comodato para que ahí jueguen los Halcones y sean realizados espectáculos artísticos.
Esa impunidad, que se replica para otras obras y acciones del gobierno pasado, hacen decir a los veracruzanos que ningún funcionario de los que rodearon a Cuitláhuac García será tocado -como se creyó al inicio de la actual administración- pese a que a la gobernadora Rocío Nahle no le faltarían ganas de encarcelar a uno que otro.
Lo realizado con el estadio es una burla y un insulto a los veracruzanos.
Para empezar, no era necesario tirarlo y hacer uno nuevo, pues especialistas en construcción señalan que bastaba una remodelación en la que se hubiera gastado mucho menos.
¿Por qué decidieron hacer uno nuevo?, conociendo la forma de actuar de esos exfuncionarios puede suponerse que lo hicieron para gastar lo más que se pudiera y obtener una mayor tajada.
Con esa abultada cantidad de dinero pudieron entregar un estadio muy cómodo y moderno, pero no, le dieron a los veracruzanos uno que el mismo pueblo califica como una porquería.
Con su inauguración quedó a la vista que hay gradas muy angostas con pasillos peligrosos para caminar, que la iluminación es mala, que los baños tienen filtraciones, que la torre de palcos tapa la visibilidad, que el pasto de la cancha no sirve, que no están completos los vestidores y que ni siquiera supieron cuántos asientos deben tener los lugares destinados a entrenadores, asistentes y futbolistas en la banca.
Por eso ya fue advertido que, así como está, no sirve para ser un estadio en el que se jueguen partidos de la Liga MX, es decir, el dinero gastado, hasta el día de hoy, sería un dinero tirado a la basura.
En otras palabras, mil 600 millones de pesos para una obra muy fifí, en un gobierno que se supone tiene como prioridad a los pobres, que además fue pésimamente realizada.
Y lo referente a los contratos para las obras y el comodato para uso y explotación del estadio también están en sintonía con la opacidad.
Una reciente información de Proceso señala que en la construcción y comodato salen a relucir los nombres de Manuel Guerra Mabarak, Fernando Padilla y Bernardo Pasquel, los primeros, amigos de Andy López Beltrán y Adán Augusto López, respectivamente.
La cuestión es que hay un estadio mal hecho, con evidente dinero público desperdiciado y que, pese a ser nuevo, necesita de reparaciones.
Y el tiempo pasa y no se ve que alguien vaya a pagar por lo mal que se hizo esta obra que, sin pudor, presumen el ahora diputado federal Zenyazen Escobar y el exsecretario de Finanzas, José Lima Franco, quien cada vez queda más exhibido en su labor como titular de la Sefiplan y ahora se entiende por qué no pudo repetir como secretario y la razón por la que no le dieron la candidatura de Morena a la presidencia de Poza Rica.
Pero nadie de quienes intervinieron en la construcción y en la aportación de recursos ha sido tocado. La Gobernadora decidió que se hagan las reparaciones y adecuaciones necesarias, pero sin exigir cuentas.
Además, hay un comodato otorgado que establece que en el nuevo estadio debe jugar un equipo en al menos la Liga de Expansión, lo que antes era Primera A, con el compromiso de que después ascienda (¿dentro de medio siglo?) a la Liga MX, pero en eso también han fallado porque se toparon con pared y en esta temporada no pudieron lograr comprar una franquicia.
Tal vez creyeron que eso sería fácil, como tener un equipo profesional de beisbol, pero ya vieron que los intereses en el futbol son de otro nivel. ¿Qué pasará con el comodato si en la siguiente temporada tampoco pueden conseguir una franquicia?
En fin, lo que hicieron con el estadio es claro que a Rocío Nahle le serviría para dar un castigo a algunos que hicieron un gran negocio, pero también es claro que desde muy arriba se lo impiden, por lo que la impunidad es lo que prevalece.
¿Y alguien sabe si algún día será terminado el llamado Nido del Halcón?, otra obra que no pudo terminar el peor gobernador de Veracruz y que de plano se negó a recibir la Gobernadora hasta que esté totalmente concluida y aclarado lo del dinero invertido, algo así como 700 millones de pesos y que también fue dada en comodato para que ahí jueguen los Halcones y sean realizados espectáculos artísticos.