19 de septiembre de 2025
alcalorpolitico.com
Llegó el momento de que, si la presidenta Sheinbaum quiere, puede deshacerse de las ataduras impuestas por López Obrador.
Tiene ahora la oportunidad de quitar a Adán Augusto López como presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado y poner a un senador afín.
Puede quitar al secretario de la Marina, almirante Raymundo Morales, y colocar a un marino que le responda cien por ciento a ella.
¿Quiénes se lo reclamarían, quiénes acusarían de traición y desviación de los principios de la 4T?, AMLO y su grupo, el pueblo no.
Con esos golpes de timón y ya encarrerada puede, inmediatamente, quitar a Ricardo Monreal de la Jucopo de la Cámara de Diputados; a Rosa Icela Rodríguez de la Secretaría de Gobernación; a Raquel Buenrostro de la Secretaría de la Función Pública; a Mario Delgado de Educación Pública y a Ariadna Montiel de la Secretaría del Bienestar.
Todos ligados a López Obrador, igual que el director del Infonavit, Octavio Oropeza y otros directores de áreas clave en el gobierno federal. También podría "tirar" al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.
Además puede sacudirse del partido Morena al junior, a Andy López Beltrán, el único que no se disculpó cuando la Presidenta pasó cerca de un grupo de distinguidos morenistas y ni cuenta se dieron.
Las condiciones están dadas. A unos los alcanza directamente el fuego del huachicol fiscal; otros, caídos los primeros, no aguantan una auditoría.
Desde hace 90 años México no tenía un presidente sometido a los intereses de algún político, como ahora sucede tan claramente. Sus aciertos y errores fueron propios.
Ningún presidente había tenido que soportar desplantes como los ha resentido la Presidenta de parte de Adán Augusto López, por decir algo.
Al inicio de su mandato algunos analistas afirmaron que, dada su situación, a Claudia Sheinbaum le llevaría tres años tomar el control.
Hoy, porque la corrupción fue tan grande igual que el descaro de algunos que participaron en el gobierno de López Obrador, a menos de un año de ser la presidenta está en condiciones de tomar el control.
Claro que eso significaría romper con quien la hizo, con quien le heredó la presidencia. Ella, por una equivocada lealtad, no lo hace; el que salió de Palacio Nacional no tiene escrúpulos para tenerla atada.
Si no toma el control es porque no quiere, pero que recuerde que las grandes oportunidades casi nunca vuelven a presentarse.
OTRO SANGRIENTO MUNICIPIO
¿Cuál será el motivo para que las autoridades, estatales y federales, no intervengan como debieran ante la violencia desatada en el municipio de Santiago Sochiapan, en la zona limítrofe de Veracruz con Oaxaca?
Esta semana mataron al exalcalde morenista Ignacio Pablo Sánchez, quien en las pasadas elecciones buscó ser de nueva cuenta presidente municipal por el PT.
Apenas el pasado día 5 la alcaldesa María Isela López Álvarez se volvió a salvar de un atentado, sobre la carretera Tuxtepec-Palomares, cuando llegaba a su pueblo.
A principios de julio pasado también la quisieron matar, en un atentado en el que sí murió el director de Seguridad Pública, Efraín Julio Martínez.
En diciembre de hace dos años mataron a Francisco Aguirre López, hijo de la alcaldesa.
Santiago Sochiapan y demás municipios de esa zona veracruzana y oaxaqueña son tierra de nadie. El tráfico de drogas y el robo de combustibles es lo que prevalece.
Tiene ahora la oportunidad de quitar a Adán Augusto López como presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado y poner a un senador afín.
Puede quitar al secretario de la Marina, almirante Raymundo Morales, y colocar a un marino que le responda cien por ciento a ella.
¿Quiénes se lo reclamarían, quiénes acusarían de traición y desviación de los principios de la 4T?, AMLO y su grupo, el pueblo no.
Con esos golpes de timón y ya encarrerada puede, inmediatamente, quitar a Ricardo Monreal de la Jucopo de la Cámara de Diputados; a Rosa Icela Rodríguez de la Secretaría de Gobernación; a Raquel Buenrostro de la Secretaría de la Función Pública; a Mario Delgado de Educación Pública y a Ariadna Montiel de la Secretaría del Bienestar.
Todos ligados a López Obrador, igual que el director del Infonavit, Octavio Oropeza y otros directores de áreas clave en el gobierno federal. También podría "tirar" al gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha.
Además puede sacudirse del partido Morena al junior, a Andy López Beltrán, el único que no se disculpó cuando la Presidenta pasó cerca de un grupo de distinguidos morenistas y ni cuenta se dieron.
Las condiciones están dadas. A unos los alcanza directamente el fuego del huachicol fiscal; otros, caídos los primeros, no aguantan una auditoría.
Desde hace 90 años México no tenía un presidente sometido a los intereses de algún político, como ahora sucede tan claramente. Sus aciertos y errores fueron propios.
Ningún presidente había tenido que soportar desplantes como los ha resentido la Presidenta de parte de Adán Augusto López, por decir algo.
Al inicio de su mandato algunos analistas afirmaron que, dada su situación, a Claudia Sheinbaum le llevaría tres años tomar el control.
Hoy, porque la corrupción fue tan grande igual que el descaro de algunos que participaron en el gobierno de López Obrador, a menos de un año de ser la presidenta está en condiciones de tomar el control.
Claro que eso significaría romper con quien la hizo, con quien le heredó la presidencia. Ella, por una equivocada lealtad, no lo hace; el que salió de Palacio Nacional no tiene escrúpulos para tenerla atada.
Si no toma el control es porque no quiere, pero que recuerde que las grandes oportunidades casi nunca vuelven a presentarse.
OTRO SANGRIENTO MUNICIPIO
¿Cuál será el motivo para que las autoridades, estatales y federales, no intervengan como debieran ante la violencia desatada en el municipio de Santiago Sochiapan, en la zona limítrofe de Veracruz con Oaxaca?
Esta semana mataron al exalcalde morenista Ignacio Pablo Sánchez, quien en las pasadas elecciones buscó ser de nueva cuenta presidente municipal por el PT.
Apenas el pasado día 5 la alcaldesa María Isela López Álvarez se volvió a salvar de un atentado, sobre la carretera Tuxtepec-Palomares, cuando llegaba a su pueblo.
A principios de julio pasado también la quisieron matar, en un atentado en el que sí murió el director de Seguridad Pública, Efraín Julio Martínez.
En diciembre de hace dos años mataron a Francisco Aguirre López, hijo de la alcaldesa.
Santiago Sochiapan y demás municipios de esa zona veracruzana y oaxaqueña son tierra de nadie. El tráfico de drogas y el robo de combustibles es lo que prevalece.