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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Los candidatos, otra oportunidad...
Miguel Molina
9 de febrero de 2012
alcalorpolitico.com
Lea los periódicos. El Cofre de Perote se congela, quienes viven en Ciudad Primavera están sin luz porque la constructora que hizo el fraccionamiento no ha pagado lo que debe a la Comisión Federal de Electricidad, y los comerciantes de Veracruz han sufrido pérdidas millonarias porque no se han terminado las obras en la avenida Díaz Mirón.

Siga leyendo. Los ejidatarios de El Castillo no quieren compartir el agua de sus manantiales con Xalapa, el ayuntamiento de Xalapa encuestará a más de veinte mil muchachitos para ver si usan drogas, y los restauranteros xalapeños ganan menos porque los alimentos cuestan más.

No despegue la vista del periódico. Hay quienes temen que en Xalapa se venda carne de reses que murieron por comer pollinaza, hay quienes temen que la mina Caballo Blanco sea tan peligrosa como la planta nucleoeléctrica de Laguna Verde, y hay quienes temen que ningún poder logre desalojar a los ambulantes de El Dique.


Otro periódico dice que las agencias calificadoras advirtieron que los sistemas de pensiones y de agua potable de Veracruz viven una situación financiera adversa y representan un riesgo para el estado. Y que el ayuntamiento de Alto Lucero debe cuatro millones de pesos a ex empleados y no tiene con qué pagarles.

Pero casi todos los periódicos - y sin duda la radio y la televisión - notaron el ambiente que hubo en el Partido Revolucionario Institucional durante los registros de candidatos a diputados federales.

La reportera Irinet Gómez retrató con buena mano en el Diario de Xalapa los ratos que tuvo el día: de la calma que había a las ocho y media de la mañana, cuando se registraron los discretos, al escándalo que se armó a las once, cuando priistas indisciplinados trataron de que les reconocieran su derecho a ser candidatos; su rebelión duró una hora.


La fiesta - que algunos esperaban y otros temían - empezó cuando sonaron tres cohetes en el cielo frío y húmedo de Xalapa y una banda echó la música al viento para anunciar la llegada de Reynaldo Escobar, quien iba a registrarse como candidato a diputado federal por Xalapa...

Y entonces y después todos - políticos, militantes, periodistas - se olvidaron de lo que dicen los diarios y anuncian las estrellas, porque en la política lo único que hay que festejar es la victoria y no hay que celebrar un martes de febrero lo que se puede lamentar un lunes de julio... El país no está para fiestas.

Todavía nos deben explicaciones precisas sobre los veinticinco millones de pesos que andaban volando en efectivo, todavía les deben explicaciones a los empresarios que de buena fe hicieron obra o servicios al estado y siguen esperando que les paguen, todavía les deben explicaciones a empleados y pensionados que no saben dónde está su dinero.


Sobre todo, los candidatos priistas no deben olvidar que el estado - financiero, político y social - de Veracruz es consecuencia de lo que hizo otro gobierno priista, y que los veracruzanos van a recordar sus palabras y examinar sus acciones como nunca antes, y les van a reclamar de viva voz o con sus votos si piensan que los engañaron como antes.

La vida es difícil. Uno sabe que el voto hace diferente a una persona, le otorga cosas que el resto de nosotros no recibe y a veces no puede imaginar. Al mismo tiempo, uno espera que esa persona a la que se dieron poderes extraordinarios haga cosas extraordinarias para la comunidad de donde viene, y se queda esperando. Pero nadie dijo que la vida tiene que ser justa.

Lo más probable es que quienes hoy (y la semana que viene y el mes que viene y hasta julio) nos ofrecen una versión del paraíso se olviden del infierno en que otros viven, y lo único que lean en los periódicos sea lo que ellos le dijeron a los periódicos. Y entonces, como antes muchas veces, se habrá perdido una oportunidad.