No estás solo, le dijeron a coro los morenistas al senador Adán Augusto López durante la convención nacional de su partido. Parece que se referían al escándalo que se desató cuando se hizo público que su viejo amigo Hernán Bermúdez Requena es un delincuente a quien buscan las autoridades de México por presiones de Estados Unidos.

El prófugo, cuya declaración patrimonial está sellada hasta finales de esta década, era secretario de Seguridad de Tabasco cuando Adán Augusto López fue gobernador, y al mismo tiempo era la cabeza del grupo criminal de La Barredora, vinculado al Cartel Jalisco Nueva Generación.

Y nadie, mucho menos el gobernador, se dio cuenta de que el zorro vigilaba las gallinas. Nadie dijo nada hasta que el Departamento de Justicia de Estados Unidos incluyó a Bermúdez Requena en la lista de políticos vinculados con el narcotráfico.


Las crónicas no cuentan cómo reaccionó ante el apoyo de los morenistas el que fue secretario de Gobernación con Andrés Manuel López Obrador, que lo considera su hermano. Lo que sí dicen es que la presencia de Adán Augusto distrajo la atención de la asamblea, que esperaba otras cosas.

Y nadie sabe por qué le dijeron que no está solo, pero habría que pensar que eso significa que los morenistas – o una parte de ellos – lo va a proteger políticamente para que no le pase nada. El hecho de que le digan que no está solo no significa nada.

Otra interpretación sería que el senador no es el único afectado por el escándalo, y que hay otros morenistas tan prominentes como sospechosos de tener relaciones peligrosas con grupos del narcotráfico. Tal vez por eso dicen que no está solo


¿Qué van a hacer los morenistas de Adán Augusto? ¿Van a presionar para que el escándalo se apague, se olvide, desaparezca? ¿Van a ofrecer pruebas de que el hombre que fue gobernador, secretario de Gobernación y es ahora líder del Senado de la República, nunca se dio cuenta de que su amigo cercano era, y es, un delincuente?

Uno tendría que pensar que Adán Augusto es muy inocente o es cómplice. Y el grito de no estás solo recuerda el apoyo típico del sistema a los políticos y funcionarios envueltos en el escándalo, ahora como antes, como siempre.

A cerrar filas


También llama la atención lo que dijo el senador en respuesta al apoyo de sus compañeros de partido: Hay que cerrar filas en torno a la Presidenta, en torno al Gobierno, eso es lo más importante. Como si ese apoyo viniera al caso. ¿Cerrar filas para qué?

El amigo de López Obrador declaró que ya había informado lo que tenía que decir, aunque no dijo ante qué autoridad, ni cuándo. Y dijo también que espera que las autoridades hagan su trabajo e investiguen lo que haya que investigar.

Dicho eso, hay que cerrar filas. Hubo quienes oyeron en ese llamado una admisión más de que el partido – o movimiento, o lo que sea Morena a estas alturas – está dividido por las luchas internas de grupos en busca de poder. El país es lo de menos.


Desde el balcón
Otra vez otro balcón. Uno despertó a las tres y media de la mañana, y nueve horas de viaje después – taxi, avión, autobús, otro taxi – llegó a la casa, se sirvió un trago de malta y salió al balcón, el otro, el mismo.

Hacía calor. Uno pensó en Veracruz, cuyos ecosistemas están sumamente deteriorados, y más de la mitad de los municipios son extremadamente vulnerables a olas de calor y otros fenómenos climáticos extremos.

Uno sabe que no hay estrategias de mitigación ni de adaptación, porque el plan estatal de desarrollo no menciona nada de eso. Por si las dudas, uno puso un cubo de hielo en la malta (el tío Geoff, escocés por elección, recomendaba no beber whisky sin un chorrito de agua, y aconsejaba no beber agua sin whisky), y trató de no pensar más en el asunto.


Esa noche, ya tarde, uno entretenía el último trago de malta y sentía la brisa que venía del río, y entendía que hay cosas que ya no tienen remedio.