23 de julio de 2025
alcalorpolitico.com
La situación política está muy revuelta, resbalosa, por lo tanto riesgosa, para algunos peligrosa y va para ponerse peor.
Así que los políticos de la élite de Morena, quienes han provocado esto, tendrán que escoger -los que puedan, porque algunos ya no pueden salirse del ojo del huracán- el camino más o menos tranquilo o la vía sinuosa, peligrosa, que no se sabe qué sorpresas, buenas o malas, depare.
¿Qué camino escogerá la gobernadora Rocío Nahle a quien, en la última década, bajo el amparo y guía de López Obrador, le ha tocado saborear las mieles del triunfo y el poder?
Apenas está por cumplirse un año de que Claudia Sheinbaum es presidenta y en Morena están tirándose a matar.
Esto no se había visto desde hace mucho tiempo en el sistema político mexicano -1934, cuando Abelardo L. Rodríguez dejó la presidencia y Lázaro Cárdenas terminó con el maximato de Plutarco Elías Calles- porque no había habido un presidente tan débil como la actual.
La Presidenta ha tenido que comer sapos haciendo mínimos gestos, en tanto al senador Adán Augusto López y al diputado Ricardo Monreal les había tocado reír, hasta ahora que sienten la presión de Estados Unidos. En las mismas andan otros políticos, incluido Andy López Beltrán.
Esta situación, que tiene preocupados y ocupados en lo suyo a Adán Augusto, Monreal y a Andy seguramente ha mejorado el estado de ánimo de la Gobernadora.
Acechada por ellos y otros actores políticos de Morena, incluida la presidenta de ese partido, Luisa María Alcalde, y con un exgobernador queriéndose desquitar para que la lumbre no le llegue, Rocío Nahle necesita pensar muy bien lo que quiere: ¿Cómo quiere transitar los más de 5 años que le restan de gobernante? ¿Igual que en estos primeros meses?, uuff sería como manejar, ella al volante, todos los días por las carreteras más deterioradas de Veracruz.
Ya vio que el presupuesto es una cosa y que otra son los recursos que entrega la Federación, por eso los problemas de falta de equipo y medicamentos y el grave deterioro en las instalaciones de hospitales; por eso o da distracciones al pueblo, con festivales, o se arreglan las carreteras; por eso la falta de atención al campo y por eso otros puntos negativos en su gobierno. Ya vio también seguramente -no quiere mostrar que se equivocó- que una parte importante de su gabinete, incluidos casi todos los de puestos clave, no le sirve.
Ya sintió lo que es estrenarse con derrotas importantes y numerosas en las elecciones locales y que los dirigentes de su partido digan que se lo merece.
Todo gobernador, apenas empiece su mandato, debe prever y empezar a trabajar para el cierre. ¿Qué tipo de cierre y séptimo año quiere para sí la Gobernadora?, ¿Quiere seguir en la política? ¿Quiere estar en la jugada de la sucesión? ¿Quiere un final sin sobresaltos?
Rocío Nahle necesita más aliados políticos, sociales, empresariales y de otros campos, no únicamente los aplaudidores que la rodean. Requiere, como todo gobernante -a menos que desee un final como su antecesor, el peor de la historia- afianzarse y ser reconocida por sus acciones.
¿Va en ese camino?
Con decisiones como las tarifas irreales para los taxis, queriendo aplicar el reemplacamiento para automovilistas particulares, con las fallas garrafales en la Secretaría de Educación y la falta de resultados en la Secretaría de Seguridad Pública, no lo logrará.
Así que los políticos de la élite de Morena, quienes han provocado esto, tendrán que escoger -los que puedan, porque algunos ya no pueden salirse del ojo del huracán- el camino más o menos tranquilo o la vía sinuosa, peligrosa, que no se sabe qué sorpresas, buenas o malas, depare.
¿Qué camino escogerá la gobernadora Rocío Nahle a quien, en la última década, bajo el amparo y guía de López Obrador, le ha tocado saborear las mieles del triunfo y el poder?
Apenas está por cumplirse un año de que Claudia Sheinbaum es presidenta y en Morena están tirándose a matar.
Esto no se había visto desde hace mucho tiempo en el sistema político mexicano -1934, cuando Abelardo L. Rodríguez dejó la presidencia y Lázaro Cárdenas terminó con el maximato de Plutarco Elías Calles- porque no había habido un presidente tan débil como la actual.
La Presidenta ha tenido que comer sapos haciendo mínimos gestos, en tanto al senador Adán Augusto López y al diputado Ricardo Monreal les había tocado reír, hasta ahora que sienten la presión de Estados Unidos. En las mismas andan otros políticos, incluido Andy López Beltrán.
Esta situación, que tiene preocupados y ocupados en lo suyo a Adán Augusto, Monreal y a Andy seguramente ha mejorado el estado de ánimo de la Gobernadora.
Acechada por ellos y otros actores políticos de Morena, incluida la presidenta de ese partido, Luisa María Alcalde, y con un exgobernador queriéndose desquitar para que la lumbre no le llegue, Rocío Nahle necesita pensar muy bien lo que quiere: ¿Cómo quiere transitar los más de 5 años que le restan de gobernante? ¿Igual que en estos primeros meses?, uuff sería como manejar, ella al volante, todos los días por las carreteras más deterioradas de Veracruz.
Ya vio que el presupuesto es una cosa y que otra son los recursos que entrega la Federación, por eso los problemas de falta de equipo y medicamentos y el grave deterioro en las instalaciones de hospitales; por eso o da distracciones al pueblo, con festivales, o se arreglan las carreteras; por eso la falta de atención al campo y por eso otros puntos negativos en su gobierno. Ya vio también seguramente -no quiere mostrar que se equivocó- que una parte importante de su gabinete, incluidos casi todos los de puestos clave, no le sirve.
Ya sintió lo que es estrenarse con derrotas importantes y numerosas en las elecciones locales y que los dirigentes de su partido digan que se lo merece.
Todo gobernador, apenas empiece su mandato, debe prever y empezar a trabajar para el cierre. ¿Qué tipo de cierre y séptimo año quiere para sí la Gobernadora?, ¿Quiere seguir en la política? ¿Quiere estar en la jugada de la sucesión? ¿Quiere un final sin sobresaltos?
Rocío Nahle necesita más aliados políticos, sociales, empresariales y de otros campos, no únicamente los aplaudidores que la rodean. Requiere, como todo gobernante -a menos que desee un final como su antecesor, el peor de la historia- afianzarse y ser reconocida por sus acciones.
¿Va en ese camino?
Con decisiones como las tarifas irreales para los taxis, queriendo aplicar el reemplacamiento para automovilistas particulares, con las fallas garrafales en la Secretaría de Educación y la falta de resultados en la Secretaría de Seguridad Pública, no lo logrará.