icono menu responsive
Columnas y artículos de opinión
Ajedrez Internacional
Hacia una reformulación económica de la política exterior mexicana
Raúl Sánchez
17 de enero de 2014
alcalorpolitico.com
Hoy día, las relaciones internacionales económicas se turnan cada vez más complejas debido a las innumerables interacciones que existen entre los diversos actores internacionales; lo anteriormente dicho podría resumirse en tan sólo una palabra: globalización, ciertamente una palabra muy compleja de entender. La globalización ha llegado a los lugares más recónditos del globo. Lo que sucede a nuestro alrededor, a miles de kilómetros de distancia, sin duda alguna tendrá incidencia sobre nuestro quehacer diario.
 
México, en el contexto mundial, es considerado como un Estado en vías de desarrollo e irónicamente a su vez, como una potencia regional. Es por ello que México necesita relacionarse con sus semejantes para establecer los vínculos necesarios con cada Estado u organización con quien construya relaciones, esto coadyuvará a satisfacer las necesidades imperantes dentro del Estado.
 
Se debe recordar que la política exterior es el ámbito en el que se definen y ejecutan las acciones y decisiones que toma el Estado para la defensa de sus intereses y la promoción de sus objetivos en el escenario internacional; por tanto, no es otra cosa que una continuación de la política interna del Estado.
 

Uno de los seis objetivos planteados por el gabinete de Carlos Salinas de Gortari en materia de política exterior en el Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, era la de: “(…) apoyar el desarrollo económico, político y social del país, a partir de una mejor inserción de México en el mundo” (Presidencia de la República, Plan Nacional de Desarrollo 1989-1994, México, Presidencia de la República, recuperado el 14 de enero de 2014, p. 42., disponible en: http://ordenjuridico.gob.mx/Publicaciones/CDs2011/CDPaneacionD/pdf/PND%201989-1994.pdf ). Así fue como comenzó el cambio de paradigma en las relaciones exteriores en México.
 
En síntesis, lo que se planteaba era la necesidad de diversificar las relaciones exteriores para hacerle frente a la nueva realidad nacional y poder apuntalar el proceso de modernización a partir de conseguir en el exterior los elementos técnicos, financieros y materiales de los que el país carecía, sin poner en riesgo la soberanía, la independencia política y la seguridad nacional.
 
Al entrar en vigor el TLCAN (1 de enero de 1994), el 83% las exportaciones mexicanas se concentraba en América del Norte, el 7% con Europa Occidental, el 6% con América Latina y el 3.2% en Asia. Era evidente que la nueva sociedad comercial con Estados Unidos y Canadá, propiciaría una mayor concentración del comercio en esa región (Secretaría de Economía, Exportaciones totales de México, recuperado el 14 de enero de 2014, Disponible en: http://www.economia.gob.mx/files/comunidad_negocios/comercio_exterior/informacion_estadistica/Anual-Exporta.pdf).
 

La sola firma de acuerdos comerciales no produjo el incremento de las exportaciones por arte de magia. Desafortunadamente varios de los acuerdos negociados no han sido aprovechados por los empresarios mexicanos. Del total de su comercio con el mundo en 2012, México realizó el 80.5 % con Estados Unidos y Canadá, sus socios del TLCAN, es decir, transacciones comerciales totales por un monto de $402, 673 millones de dólares; con estados unidos se realizó el 77.6% y con Canadá únicamente el 2.9%, lo cual muestra una alta dependencia del mercado estadounidense.
 
Los indicadores previamente mencionados son además una prueba de que la diversificación del comercio exterior mexicano sigue siendo una asignatura pendiente. El segundo socio comercial de México en 2012, fue la Unión Europea, bloque con el cual se realizaron transacciones comerciales por un monto de $ 46, 916 millones de dólares, lo que equivale a 8.5% del total. Las transacciones con China equivalieron al 8.4% tomando en cuenta que no existe un tratado de libre comercio con dicho país (Secretaría de Economía, recuperado el 10 de enero de 2014, disponible en: http://www.economia.gob.mx/files/comunidad_negocios/comercio_exterior/informacion_estadistica/total_2012.pdf).
 
Y allí es donde entra el papel de la diplomacia, el cual, por todo lo anteriormente expuesto, se podría decir que ha sufrido un profundo cambio. Se requiere un cambio de visión en los diplomáticos para ajustarse a la realidad imperante. Es menester comprender que los actores internacionales no estatales juegan un rol muy importante y hay muchas cosas que aprender de ellos.
 

Ordinariamente se ha considerado a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) como el eje central de la conducción de la política exterior mexicana pero esto, tal vez sin premeditación alguna, ha ido cambiando paulatinamente. Las demás secretarías intervienen de acuerdo con el tema a tratar, Secretaría de la Defensa Nacional, en cuanto a temas de seguridad y cooperación militar internacional; Secretaría del Medio Ambiente, en cuanto a cuestiones que versan sobre cambio climático; por supuesto las Secretarías de Economía y la de Hacienda y Crédito Público en cuanto a economía internacional, entre otras más.
 
Dentro de la ‘misión’ de la SRE se encuentra ampliar y profundizar las relaciones económicas con las distintas regiones del mundo a favor del desarrollo de los mexicanos, es decir, la SRE tiene que promover la búsqueda de nuevos contactos en el extranjero para que los mexicanos puedan satisfacer sus necesidades económicas.
 
Aunado al punto central de este artículo, es menester considerar una redefinición de “diplomacia” que abarque no sólo a los agentes del Estado propiamente dichos sino también a otros actores no estatales nacionales que tengan las mismas metas. En otros países, muchos gobiernos han ampliado las facultades de sus secretarías (ministerios) lo cual a su vez conlleva neutralizar o menguar el poder que tienen sus ministerios de relaciones exteriores, ejemplos de ello son el Ministery of Economy, Trade and Industry (METI) en Japón, el Ministère de l'économie et des finances en Francia o la US Agency of International Development (USAID) en Estados Unidos.
 

Entonces estamos hablando de una diplomacia económica el cual se refiere a las cuestiones sobre políticas económicas.
 
Enfrentados con el incremento de las complejidades económicas internacionales, los actores diplomáticos necesitan hacer enlace e intercambiar con sus contrapartes a través de los límites nacionales, las regiones e incluso los continentes.
 
La globalización y la revolución tecnológica han incrementado la velocidad de los cambios dentro de diferentes esferas de la vida diaria y las relaciones internacionales. La tecnología basada en internet hace esto posible. Uno de los desarrollos involuntarios de la globalización es la participación de los actores no estatales. La diplomacia ha sido la prerrogativa de los embajadores y los enviados de los respectivos Ministerios de Relaciones Exteriores. Los diplomáticos deberían aprender a adaptar su tradicional rol y funciones siendo cada vez más accesible y tolerando la participación de otros actores.