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Columnas y artículos de opinión
Ajedrez Internacional
Reflexiones sobre los ODM en América Latina y el Caribe
Raúl Sánchez
21 de febrero de 2014
alcalorpolitico.com
América Latina ha presentado a lo largo de las décadas una serie de retos los cuales se podrían observar desde el paradigma del Desarrollo Humano el cual consiste principalmente en que el Estado provea de oportunidades a sus ciudadanos para que estos se desarrollen.
 
Los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) presentan una serie de objetivos mínimos que los Estados deben cumplir en un plazo determinado. El primer objetivo consiste en erradicar la pobreza extrema y el hambre. La proporción de personas que viven con menos de 1,25 dólares al día, 1990, 2005 y 2010 se calcula en 12%, 9% y 6% en América Latina y el Caribe.[1] Estos datos pueden darse interpretaciones siendo que la PNUD concibe a la pobreza extrema a aquella persona que percibe menos de 1,25 dólares diarios. ¿Realmente esto es pobreza? Si este espectro se aumentara el doble, inclusive el triple, la situación actual seguiría concibiendo a esto como pobreza extrema. ¿Es posible que la pobreza extrema haya disminuido cuando tenemos a México como un claro ejemplo de que la tendencia ha ido a la inversa?[2] Sin duda alguna, la medición de la pobreza es aún una barrera que los gobiernos tienen que enfrentar. La disponibilidad, frecuencia y calidad de los datos de vigilancia de su evolución siguen siendo bajas en muchos países y territorios que se encuentran en situaciones frágiles como Haití, Siria y otros países.
 
De acuerdo al segundo objetivo, lograr una enseñanza primaria universal, es una tarea realmente difícil pues encontramos que de 1990 a 2011 hubo un avance del 7% colocándonos en un 95% de cobertura. Es menester preguntarse la calidad de esta educación primaria que se está impartiendo. De acuerdo con el Informe 2013, el obstáculo más importante para la escolarización es la pobreza. Una y otra vez observamos que en estas mediciones sólo se hace hincapié en la cantidad y no en la calidad.
 

Naturalmente los tiempos cambian y eso es lo que nos demuestra el tercer ODM, es decir, promover la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer. En América Latina y el Caribe rondan el 0.97 como índice de paridad géneros, lo cual es un dato muy alentador. En América Latina y el Caribe hay más mujeres que hombres matriculadas en la enseñanza terciaria. Asimismo cabe destacar que las mujeres están ganando terreno en el mercado laboral. Actualmente en esta región hay 44% empleadas mujeres remuneradas en trabajos no agrícolas. Otro dato realmente interesante es el crecimiento que ha tenido la mujer en la política de sus respectivos países; actualmente encontramos que las mujeres ocupan el 24.5% de los escaños en los parlamentos nacionales.
 
América Latina y el Caribe ya alcanzaron prematuramente la meta número 4 que consiste en reducir a 19 muertes la tasa de mortalidad de menores de 5 años nacidos vivos.
 
Mejorar la salud materna (ODM no. 5) es una de las tareas pendientes que tiene que resolver la región; aún se registran 72 muertes de madres por cada 100.000 niños nacidos vivos, mujeres de 15 a 49 años (dato del 2011). Uno de los asuntos más importantes es el relativo al cuidado durante el embarazo, pues este puede salvar vidas; desgraciadamente sólo el 50% de las mujeres de las regiones en desarrollo realiza el número de visitas prenatales recomendado, actualmente, 72% de potenciales madres de América Latina se atienden habitualmente (4 veces o más) durante el embarazo.
 

(Des)afortunadamente la era tecnológica nos ha alcanzado –dependiendo de cómo se use dicha tecnología-. Gracias a los recientes medios de comunicación, las parejas tienen más información y acceso a diversos métodos de planificación familiar. Actualmente sólo el 10% de las mujeres de 15 a 49 años, casadas o en relación de pareja tienen necesidades de planificación familiar insatisfechas. La maternidad en la adolescencia es riesgosa tanto para la madre como para el hijo, y sigue siendo muy alta en muchas regiones en desarrollo. Desgraciadamente este sigue siendo un problema muy común siendo que 80 por cada 1.000 mujeres de 15 a 19 años tiene un hijo. Este inconveniente está gravado por el hecho de que, en general, las jóvenes enfrentan barreras mayores que las mujeres adultas para acceder a servicios de salud reproductiva.
 
El objetivo 6, es decir, combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades. La tasa de incidencia de VIH (cantidad estimada de nuevas infecciones con VIH por año por cada 100 personas de 15 a 49 años) ha sido de 0,03 y 0,06 en América Latina y el Caribe, respectivamente. Aún así, el Caribe es la otra región más afectada por la infección en donde en 2011 el 1% de los adultos estaba infectado.
 
El objetivo 7 es especialmente difícil para América Latina y el Caribe, pues esta es una de las regiones en donde se reúne la mayor merma neta de bosques con 3,6 millones de hectáreas al año entre 2005 y 2010. Debido al constante crecimiento económico de los países hemos visto un aumento de 1 a 1,6 miles de millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Igualmente encontramos los esfuerzos que han hecho los Estados pues es en América Latina en donde se han concentrado el aumento de áreas terrestres y marítimas protegidas, de 9 a 21,2, datos de 1990 y 2012, respectivamente. Garantizar la sostenibilidad del medio ambiente destaca que también que América Latina ha superado la proporción de la población que usa una fuente mejorada de agua, es decir, del 94% propuesto para América Latina, ya se tiene cubierto un 95% de la población. Así como ese tema, se encuentra también el uso de suelo y de aire y la interacción de estos con las acciones del hombre.
 

Finalmente el objetivo 8 corresponde a fomentar una alianza mundial para el desarrollo. América Latina y el Caribe ha visto como se han ido reduciendo los pagos por el servicio de la deuda externa como proporción de ingresos por exportaciones. Actualmente se encuentra en un 6,2%.
 
Entonces ¿qué más puede hacer América Latina y el Caribe? Los gobiernos latinoamericanos y caribeños deben promover que los recursos “bajen” al resto de la gente por medio de la inversión en más infraestructura y políticas públicas que conlleven a la constante superación de estándares mínimos que promueven los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Los gobiernos deben promover, de acuerdo al paradigma del Desarrollo Humano, una promoción constante de respeto a los derechos humanos así como a garantizar las oportunidades mínimas a sus ciudadanos que estos puedan desarrollarse adecuadamente en su entorno.
 
Y mientras en Latinoamérica la gente se debate y sale a las calles para salvaguardar sus derechos económicos y sociales, en Ucrania la gente toma las plazas para proteger sus vidas…


 

[1] PNUD, “Objetivos de Desarrollo del Milenio: Informe 2013”, [en línea], fecha de consulta: 18 de febrero de 2014, disponible en: http://www.un.org/es/millenniumgoals/pdf/mdg-report-2013-spanish.pdf
[2] González Amador, Roberto, “Existen en México 54.8 millones de pobres, 51% de la población” en La Jornada, [en línea], revisado el 30 agosto de 2013,  publicado el 20 de agosto de 2009. http://www.jornada.unam.mx/2009/08/20/index.php?section=economia&article=024n1eco