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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
Si hubieran sido mexicanos...
Miguel Molina
31 de marzo de 2023
alcalorpolitico.com
Estaban detenidos aunque no habían cometido ningún delito. Ese lunes los habían puesto en celdas que tenían rejas cerradas con candados. Les habían dicho que los mandarían de regreso al lugar de donde habían venido, unos huyendo del pasado o del presente, en busca de un futuro lejos de donde estaba enterrado su ombligo.

El miedo a que pasaran esas cosas los hizo encabronarse y quemar unos colchones en sus celdas. Los quemaron. Uno puede ver cómo comienza el fuego, cómo se hace más grande. Uno puede ver cómo salen los encargados del centro de detención – si tiene rejas y candados no es albergue, como han dicho – sin prestar atención a las llamas ni al humo, ni a los que no podían escaparse del incendio que crecía. Que se jodan los que están adentro.

Murieron muchos, y los que sobrevivieron van a pasar el resto de sus vidas recordando ese día. Pero los muertos fueron los que comenzaron el desorden, según el discurso oficial, que prefiere olvidar o no conoce el principio de que la autoridad – cualquier autoridad – es responsable de quienes tiene bajo su custodia.


Pero todo eso pasó, y los muertos casi anónimos son de otra parte: Venezuela, Honduras, quién sabe de dónde. Y quién sabe qué habría pasado si esos muertos hubieran sido mexicanos en Estados Unidos o en cualquier otra parte del mundo. Quién sabe qué habrían dicho los políticos, los poderes, los partidos, los opinadores, el señor del asiento de junto en un viaje largo de autobús.

Vicios del sistema

Esta desgracia muestra el lado más frágil del proyecto político del Movimiento Regeneración Nacional: los vicios del sistema. La idea de dar abrazos en vez de tirar balazos solamente se aplica al narcotráfico. Nadie abraza a los migrantes que, según la palabra del propio presidente, la decencia, y los tratados internacionales tienen derecho a buscar asilo y una vida mejor donde ellos elijan.


No sé ni me interesa saber si lo que pasó en Ciudad Juárez es culpa del neoliberalismo, de los conservadores, o de cualquier otro tipo de oposición. Las víctimas no tenían una agenda política sino ganas de seguir rumbo a Estados Unidos, como muchos mexicanos.

Tampoco me interesa saber que el secretario de Gobernación es responsable de una cosa y el secretario de Relaciones Exteriores es responsable de otra, porque es irrelevante. Lo que se hace ahora es lo que se hacía antes, y será difícil que cambie, porque así ha sido siempre. El migrante es una víctima propicia e indefensa.

Cuando uno ve a los guardias – o los agentes o los empleados o lo que sean – alejándose del incendio sin prestar atención a las llamas sabe que esto hubiera pasado en cualquier otro momento. Van y vienen y salen como si ya fuera hora de irse a sus casas o a donde van personas como esas cuando acaba su turno, mientras mueren quienes estaban bajo su custodia.


Aquí hay culpables y hay responsables, porque unos permitieron que se tratara a los migrantes como delincuentes y otros trataron como delincuentes a los migrantes. Y nadie los trató como personas.

Hay, hubo, habrá declaraciones. Habrá una investigación. Pasará el tiempo como sólo pasa en los escritorios, y pasará más tiempo, hasta que alguien olvide todo. Los muertos del lunes pronto serán una fugaz mención de la historia, y todo volverá a ser como antes, es decir como ahora. Hasta que pase otra cosa.

Desde el balcón


Hay un sol desganado que alumbra pero no calienta, y anda por ahí una brisa fresca porque la primavera todavía no sabe que ya es primavera. Paz habría dicho que está lleno de pájaros el mundo. Uno también. La malta ayuda. Y El Bardo habría dicho que los narcisos vienen antes de que las golondrinas se atrevan, y toman los vientos de marzo con belleza.