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Columnas y artículos de opinión
Diario de un reportero
En el fondo del pozo
Miguel Molina
6 de octubre de 2023
alcalorpolitico.com
Uno va de asombro en asombro. El más reciente fue la encuesta sobre la intención de voto que publicó El Universal: Claudia Sheinbaum, la candidata de Morena – porque eso es, aunque todavía no de manera oficial – lleva una ventaja de treinta puntos sobre Xóchitl Gálvez, la candidata del Frente Amplio por México (que también es candidata aunque todavía no de manera oficial).

Los que piensan mal y podrían acertar han señalado que María Teresa Ealy, la hija del director y propietario del periódico, es coordinadora de SUMA Construyendo Sociedad, que incluye a unas ciento treinta organizaciones sindicales y movimientos sociales en apoyo a Sheinbaum.

Pero la belleza está en el ojo del que mira, y en el caso de las encuestas la ventaja parece estar del lado del que paga. La respuesta de Gálvez fue breve y contundente: Bienaventurados los que están en el fondo del pozo, porque aquí ando yo.


Y si uno se pone a hacer cuentas, la mitad de los encuestados por El Universal que prefiere a la señora Sheinbaum representaría sólo a la mitad de los mexicanos. La otra mitad no ha dicho todavía por quién va a votar. Pero no se trata de que gane una y pierda la otra, sino de ver – o imaginar – lo que traerá una o la otra. Ese será ejercicio de unos meses y después asunto de un sexenio.

Jódase quien pueda

También será asunto de sexenios remediar lo que está pasando en escuelas de Nogales, Ciudad Mendoza, Maltrata, Acultzingo y Aquila, comunidades pobres lejos de todas partes, y sin suficientes servicios de salud. En varias escuelas de esas comunidades se siguen vendiendo alimentos chatarra, con altos contenidos de azúcares, harinas y aceites.


En La Carbonera como en Campanario, como en Palo Verde, como en La Rosa, como en Chicahuaxtla, como en La Cuesta, como en Necoxtla, como en El Nicho, como en Santa Cruz Muyuapan, como en La Sagrada Familia, como en Texmola y como en Ocotla, nueve de cada diez niños están malnutridos y desnutridos.

En Maltrata, según el DIF municipal, setenta y cinco de cada cien niños en cuatro de las doce comunidades del municipio presentan algún grado de desnutrición. Los problemas de obesidad y cardiovasculares son cada vez más frecuentes en todo el estado.

Pero el mal no se limita a las zonas pobres. Hasta mayo de este año había en Veracruz ciento ochenta y cinco mil doscientos setenta y seis personas con problemas de hipertensión, obesidad y diabetes.


Según Joel Uscanga Martínez, coordinador de la Unidad de Especialidades Médicas, en dieciocho municipios del sur de Veracruz, por ejemplo, hay un elevado número de pacientes con esos padecimientos, y han llegado a recibir como pacientes a muchachos de veinte años con diabetes e hipertensión.

Hay leyes, acuerdos, decretos, resoluciones, declaraciones y documentos que prohiben la venta de comida chatarra y refrescos embotellados en las escuelas, pero – como en el caso de las campañas políticas – nadie les hace caso. Cualquiera diría que quienes pueden dar órdenes no han pensado en el daño que causan a los niños.

Treinta y siete de cada cien niños mexicanos eran obesos el año pasado, y veinticuatro de cada cien muchachos entre doce y diecinueve años, y setenta y cinco de cada cien mayores de veinte años, según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición. Veinte millones de mexicanos están a punto de ser diabéticos.


No pasa nada ni va a pasar nada. Jódase quien pueda, porque los que toman las decisiones en Salud y en Educación parecen convencidos de que la ley no es la ley, y se preocupan más por ver qué les va a tocar en el segundo capítulo de la cuarta transformación, que de eso se trata.

Desde el balcón

Hay una luz como de otro día. Uno piensa en una tarde de domingo en el parque de Perote y en los atardeceres de Creta, cuando el sol se va como si no tuviera ganas, y la brisa es cada vez más fresca y levanta ocasionales remolinos de polvo. La malta es suave y despierta sabores de jerez en la lengua agradecida.


Uno mira pallá, entre las hojas de los árboles que crecieron en la vereda del parque frente al balcón, y oye a los niños que van y vienen, y sabe que dentro de poco terminará el jueves y comenzará a ser viernes. Hay un aire fresco. Es octubre, el mes de las lunas bonitas.