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Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Despojo intelectual
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
28 de octubre de 2021
alcalorpolitico.com
En nota publicada por un diario nacional se da cuenta de la nueva iniciativa de un organismo que antes promovía la ciencia y la investigación. En efecto, se trata de una cláusula de la convocatoria del programa «Investigadoras e Investigadores (sic) por México» que atenta directa e impunemente contra la propiedad intelectual de los científicos y de las universidades que producen investigación. Textualmente, la cláusula señala: «Salvo pacto en contrario, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología será titular de los derechos de propiedad intelectual que deriven de las obras, procesos, patentes, marcas, modelos de utilidad, diseños industriales, innovaciones o cualquier otro producto de investigación humanística científica, desarrollo tecnológico o innovación que realice o produzca el Personal del Programa. El Consejo podrá otorgar a la Institución Receptora, mediante la firma de un convenio, licencias gratuitas no exclusivas sobre los derechos de propiedad intelectual». (eluniversal.com.mx/16/10/2021)
 
Es sabido que pocas son las Universidades que promueven la investigación científica y tecnológica, y que agrupan a la mayoría de los treinta mil investigadores del país. Pero si las Universidades que generan patentes, marcas, modelos de utilidad, diseños industriales, etc., son pocas, esas pocas aglutinan el mayor porcentaje de actividades de esa índole. Esto significa que la iniciativa privada realmente dedica una raquítica inversión para producir patentes y marcas, y que es muchísimo el dinero que se paga por los derechos de marcas registradas en otros países.
 
En artículo publicado el 24/08/2013 en Al calor político (y me disculpo por la autorreferencia) escribí que el doctor Francesc Sole Parellada, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña y vicepresidente de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, ha expuesto con claridad las «claves para el crecimiento de la tercera misión de la universidad (la investigación)» (http://www.unileon.es). En este documento se refiere a la experiencia española y señala que, entre los años 2007 y 2011, los resultados que se han obtenido pueden ser calificados como un verdadero «milagro». Ahí van unos cuantos datos, aunque, aclara, no incluyen el cien por ciento de las universidades: «170 cátedras de empresa, 600 patentes anuales con un crecimiento anual del 6%, 240 patentes licenciadas, 120 empresas de base tecnológica creadas y 350 millones de euros de transferencia facturados [...] La enseñanza superior en España es, directa o indirectamente, la responsable del 13% de las patentes, y directamente del 30% del esfuerzo I+D (Investigación y Desarrollo), del 37.5% de su personal y del 48% de los investigadores».
 

¿Qué han hecho las universidades (mayoritariamente públicas) para lograr estos impresionantes resultados? Según el doctor Sole, esto: 1) crecimiento de la matrícula en las universidades, que pasó del 5% hasta el 50% de la población juvenil; 2) tiempo, pues para disponer de un grupo de investigación se requieren muchos años y «mucha dedicación»; 3) recursos económicos que no se obtienen del presupuesto de la propia universidad, sino que «hay que ir a buscarlos fuera de ella». Y añade: «la docencia va incluida en el salario pero los fondos para la investigación se buscan y encuentran en las convocatorias externas, en los contratos con las empresas e instituciones». Por eso, agrega, «no se consiguen fondos para mantener la investigación si no hay buenos proyectos con buenos currículos y lógicamente, con buena dosis de espíritu emprendedor».
 
Y remata el investigador universitario: 4) El último factor que hace posible esta nueva visión universitaria es contar con un marco jurídico y de gobernanza adecuados, es decir, «normas que establecen incentivos económicos y sociológicos a la investigación, que no limiten la autonomía de los investigadores individuales y de los grupos, que no los sometan a innecesarias y complejas reglas ni al laberíntico sistema de gobernanza universitario».
 
Aquí, en México, por iniciativa del Conacyt, toda investigación, toda marca, toda patente que surja de las universidades será propiedad oficial y ninguna y ningún catedrático ni alumno podrán tener derecho a los recursos económicos que de ello pudieran obtenerse.
 

La rectora y diversos directivos de la Universidad Autónoma de Querétaro han externado, con toda valentía, su oposición a la hasta ahora última (y la más peligrosa) acometida del Conacyt contra la comunidad de científicos y las Universidades del país. Indicaron que «Lo anterior condiciona a las universidades y centros de investigación a ceder la autoría del conocimiento que se desarrolla en las instituciones».
 
Y añaden: Esto «es “incomprensible” y busca "reclamar” los derechos de propiedad intelectual que se desarrollan en las universidades. La universidad realiza tareas de docencia, vinculación, investigación y extensión, y a través de ellas genera conocimiento. Por ello, agregan, parte de estas acciones corresponder al registro de propiedad intelectual de estudiantes y docentes, "fruto del talento y esfuerzo académico”».
 
Consecuencia lógica: al diablo la investigación en México y que España y otros países progresen mientras aquí seguiremos tirando dinero y buscando culpables del subdesarrollo.
 

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