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Columnas y artículos de opinión
A salto de mata
Capacitación a maestros, ¿otra vez?
Gino Raúl De Gasperín Gasperín
5 de mayo de 2022
alcalorpolitico.com
Pues, sí. Según el anuncio que hizo la todavía titular de la Secretaría de Educación Pública, Delfina Gómez (la misma de los descuentos), en Chihuahua, al clausurar las Asambleas de Análisis del Plan de Estudios 2022 y Libros de Texto (SEP, 2022), esta capacitación para los docentes de ciclo básico es necesaria para entrarle a su reforma educativa.
 
Se les informa a los maestros que, como parte de los Consejos Técnicos Escolares, (que cada vez son más inútiles) tendrán que capacitarse, dos semanas antes de iniciarse el ciclo escolar, para emprender la reforma.
 
Estamos de acuerdo que la capacitación y actualización son una necesidad, por no decir urgencia. El conocimiento, el saber, la ciencia están en continuo y acelerado cambio, y no es posible que un profesional se mantenga con los conocimientos, habilidades y destrezas que haya adquirido en su formación. Vamos, que ni cualquier ciudadano puede quedarse con los conocimientos adquiridos. Siempre se presentará la necesidad de aprender más, de saber más.
 

Esto es verdad para cualquier profesional, sea médico, abogado, contador, arquitecto, ingeniero, programador, etc., también lo es para quienes tienen la responsabilidad de ser maestros. El aprendizaje obtenido en la Normal solo es la base, los cimientos del saber que el profesionista debe tener.
 
En el caso específico de los docentes, la capacitación y actualización implican una doble vertiente: no solo deben estar al día en los temas de enseñanza, en los contenidos, sino también en la forma de transmitirlos o, si se quiere, de facilitarles a los alumnos el aprendizaje. No basta saber matemáticas, ciencias o lo que sea, sino cómo hacer que los alumnos aprendan bien la materia. Así, cuando explica, por ejemplo, las partes de una oración gramatical, debe enseñar a los alumnos la forma más adecuada de identificarlas. No basta hacer definiciones, poner un ejemplo y después encargar 500 ejercicios, si el alumno ni siquiera comprendió de qué iba el asunto. Saber y lograr que el alumno aprenda hace a un bueno maestro.
 
En el caso de esta reforma que se anuncia, nos preguntamos si se puede «capacitar» y «actualizar» a todos los profesores en 15 días, y a punto de iniciar las clases. El maestro Abelardo Carro Nava, analista del medio educativo, político y social, se pregunta: «¿No sería esta una forma de reducir y desvalorizar una función tan sustantiva como lo es la docencia?, ¿no sería esta una forma de decirle al maestro y a la maestra que es un simple operador o instrumentador de un plan de estudios? (...) Si existiera una pertinente formación continua del profesorado mexicano, ¿tendría que capacitarse el magisterio para que implementara un plan de estudios» (https://profelandia.com/capacitacion-para-el-nuevo-plan-de-estudios-otra-vez-el-mismo-cuento/3/4/22).
 

A un mes de finalizar el sexenio de Felipe Calderón se dio a conocer una reforma al plan de estudios de las Normales del país, que, salvo error, omisión o enmiendas, es la que priva en la actualidad. Entonces escribimos que era una reforma cojitranca, miope y muy sesgada. No serviría para actualizar los conocimientos de los docentes ni para «acompañarlos», como dicen ahora, en la mejor forma de aplicarlos. Volvemos al punto de partida: lo que define a un modelo educativo son los fines que un país entero, no fraccionado, decide perseguir con las nuevas generaciones. Y esto empieza por la formación de los docentes, «expertos» (ahora les dicen) en el quehacer educativo.
 
Es bueno que en los centros escolares haya profesionales que apoyen a los docentes en las metodologías específicas de cada materia, incluso, de cada contenido temático para lograr los aprendizajes, pero esta idea no deja de ser una más de las utopías que se escriben en la «justificación» de un proyecto.
 
Todo sistema educativo rinde frutos sazones a un Estado, a una forma de gobierno. Pero no es con la sierra y el trascabo como se puede abrir paso en la selva intrincada de la educación. No hay modelos educativos universales porque no hay países con grupos étnicos, culturales, homogéneos. Apenas si los habrá lejanamente parecidos. Importar uno que en otro lado rindió frutos es una imitación extralógica. Habrá influencias, ideas, experiencias, ideales compartidos, pero no modelos. Estos deben responder, fundamentalmente, a lo que conviene a todo el país, a toda la nación. Y eso no puede ser definido por un solo individuo, ni por un grupo, sino que debe ser decidido a partir de la configuración multiforme, multicultural, de la comunidad. No se puede implantar el sistema educativo de Japón, Finlandia, Corea (Sur o Norte), Chechenia, Cuba, Mongolia o Kirguistán simplemente porque a esos países (o a sus gobiernos) le funciona, así sea estupendamente.
 

Los Constituyentes del 17 forjaron una ley nacional aportando cada grupo sus ideas e ideales, pero teniendo en la mira siempre el bien de toda la nación.
 
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